Capítulo 7: Brillar como el Arcoíris, Amistad que Perdura a través de las edades

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¡Aquí está! Fue una noche trabajosa, pero logré terminarlo, para este día. Considérenlo mi regalo de navidad para todos aquellos que la lean, el último capítulo de esta trilogía, que empezó hace al menos 6 años atrás. Sin mas que decir, ¡disfruten el capítulo, y Feliz Navidad para Todos!

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De repente, toda Konoha quedó en silencio cuando Naruto comenzó su tarea, su última misión.

Sin dudarlo, Naruto colocó su mano sobre su estómago y una serie de llamas azules se formaron en su mano, los demás no podían verlo, pero en el brazo de Naruto aparecieron marcas de sello, las cuales eran la llave por la cual Naruto podía abrir o cerrar el sello a voluntad. Acto seguido, colocó su mano en forma de garra sobre el lugar exacto donde estaba el sello en su estómago y dio un giro.

Al retirar su mano, de su estómago comenzó a brotar chakra, pero no el chakra azul de Naruto, sino el chakra rojo de Kurama, quien... por órdenes de Naruto, comenzó a moverse y a acumularse en una zona debajo de la Torre del Hokage que previamente fue evacuada y limitada con cintas para darle lugar al Zorro para manifestarse físicamente.

Sin embargo, hubo un imprevisto. Apenas Naruto liberó el sello, el hechizo de Twilight desapareció por completo, haciendo que todo el dolor del veneno de Hidan, aun activo en los órganos y el chakra de Naruto, apareciera de repente. El dolor golpeó al ahora ex-Hokage como un Chidori, y le hizo retorcerse al punto de que puso una rodilla en tierra. Muchos, incluyendo a Hinata, Boruto, Himawari, Shikamaru y varios de los Kages y antiguos Kages quisieron ir a socorrerlo, pero Naruto simplemente levantó su mano para detenerlos y sonrió pese a que no podía ocultar el dolor.

Dentro del chico, Kurama sentía emociones encontradas. Sintió la oportunidad, sintió su chakra poco a poco salir de ese lugar, ese oscuro y cerrado lugar en el que estuvo por tanto tiempo, y sin embargo, sentía... ¿incertidumbre? Había estado con Naruto desde que nació, lo vio crecer, mejorar, trató de usarlo, e incluso lo odió durante gran parte de su vida, pero también fue el primer humano con el que se sintió cómodo, el primero en llamarlo "amigo", y ahora... cuando llegó el momento de por fin ser libre, sentía dudas al tener que abandonarlo.

Había estado con muchos Jinchurikis, había visto pasar las vidas de muchos ninjas, hombres y mujeres grandes. Todos los hombres mueren, todos los Kages en algún momento abandonan su lugar para dar paso a la siguiente generación, y con cada año que pasaba, Kurama sabía que este momento se acercaba y tuvo mucho tiempo para prepararse. Sin embargo, allí estaba: la tristeza; la pena y el dolor de ver morir a alguien que no solo fue su amigo, su compañero, y el salvador que había esperado por tanto tiempo, sino que fue uno de los más grandiosos seres humanos que tuvo la suerte de conocer.

Jamás lo olvidaría ni dejaría a otros olvidarlo, y llegó a pensar que el vacío que sintió al dejar de sentir su presencia nunca volvería a llenarse.

Mientras el chakra de Kurama se materializaba fuera del cuerpo de Naruto, el chico le hizo una señal a las Mane Six. Hasta ese momento, sentía como su vida poco a poco iba perdiéndose, el dolor seguía acrecentándose, y haciéndole perder fuerzas, pero cada vez que recibía una punzada de dolor, redoblaba sus esfuerzos. Esto no pasaba desapercibido a los que lo miraban de cerca, quienes sentían una gran impotencia al ver sufrir a la persona que había significado tanto para cada uno de ellos, y no poder hacer nada para aliviar su dolor. Bueno... no exactamente nada.

La señal que Naruto le hizo a las Mane Six hizo que Twilight mirara a las CMC y asintiera. Estas, que miraban a Naruto adolorido con lágrimas en los ojos, captaron la afirmación de Twilight y comenzaron a tocar sus instrumentos.

My Little Shinobi Tercera parte: Amistad que PerduraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora