Capítulo 5: ¡Vamos! Sin que nada nos detenga:

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El pedido de su hija tomó de sorpresa a Naruto, igual que a Boruto y los ponis presentes. ¿Por qué tomar esa carga tan repentinamente? Aunque por un lado a Naruto le enorgullecía que su hija presentara tantos deseos de continuar con la misión, no le gustó del todo lo último que dijo acerca de irse a Equestria.

- Himawari... ¿a que te refieres con que quieres venir? Sabes las diferencias temporales que hay entre nuestros mundos. Quedarte aquí un tiempo significaría...

- Lo sé, papá. Pero... realmente quiero pasar un tiempo aquí, prefiero eso que seguir siendo una kunoichi en Konoha.

- No es una decisión que deberías tomar a la ligera- Intervino Twilight- Aun eres muy joven, quizás deberías esperar...

- No soy mucho mas joven que la primera vez que papá vino aquí- Replicó Himawari- No es que no esté pensando en todas las consecuencias, pero hay algo en este lugar... no se explicarlo.

- Himawari...- Quiso intervenir Boruto, tratando de hacerla razonar- No tienes que quedarte aquí. Tienes responsabilidades en Konoha.

- ¡Seré una ninja, pero eso no significa que debo quedarme para siempre en la Aldea! ¿Y tu hermano, porque estas en mi contra? ¡Tu ni siquiera querías hacer esto!

- Bueno... es cierto que no me causa mucha gracia, pero...

- ¡Suficiente! – Declaró Naruto, levantando ligeramente la voz- Hablaremos de esto más tarde. No es algo que podemos decidir ahora mismo sin consultar a nadie. Sin decirle nada a tu madre...

Himawari abrió los ojos sorprendida, y luego bajó la cabeza, con mirada triste.

- Hablaremos de esto con ella y le preguntaremos que piensa. No podemos decidirlo entre nosotros solos. Es una decisión de la que todos debemos opinar.

Todos asintieron y Twilight guardó el pergamino con solo la firma de Boruto en este. Los tres ninjas se dirigieron a la salida con Twilight acompañándolos mientras Celestia y Luna se dirigían a los balcones para llevar a cabo su labor.

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Caía la tarde, y en el Carrousel Boutique de Rarity se encontraban esta, junto con Hinata y Fluttershy, haciendo tiempo mientras esperaban. Pese a que Hinata contestaba las preguntas de las ponis acerca de cómo es su vida en Konoha, ambas notaron que ella estaba de alguna forma apagada. Rara vez las miraba a los ojos, y cuando terminaba de contar algo bajaba la voz y miraba cabizbaja, sumida en sus pensamientos. Ni Fluttershy ni a Rarity les costaba mucho entender que esa era una situación muy incómoda para ella, y la tensión subía a medida que se quedaban sin temas para conversar. Finalmente, Fluttershy se acercó a Hinata y puso su casco en su mejilla.

- Oh... Hinata. No tienes que contenerte. Puedes confiar en nosotras. Dinos lo que piensas.

- Yo... te lo agradezco. Pero realmente no creo que...

- Por favor, querida- Insistió Rarity- No he vivido una situación igual, pero sé lo que es ocultar lo que piensas y sientes. Fluttershy y yo pasamos por eso. Solo se pondrá peor cuanto más lo alargues.

- Pero... pero...

- Es difícil. Pero Naruto no querría que lo ocultaras, y tus amigas tampoco...

Viendo que no tenía opción. Hinata por fin las miró a los ojos y las ponis abrieron ligeramente los ojos al ver sus párpados llorosos.

- Es tan... está pasando tan deprisa. Sabía que esto podía ocurrir, tuve un presentimiento desde el momento en que Naruto se convirtió en Hokage. La Aldea y sus habitantes son como su familia, y el estuvo dispuesto muchas veces a arriesgar su vida por ellos. No digo que esté mal lo que haya hecho... lo que está haciendo... pero... ¿Qué puedo...? ¿Qué es lo que debo...?

My Little Shinobi Tercera parte: Amistad que PerduraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora