dieciocho

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"we should be lovers instead"

tanaka, nishinoya y hinata retan a yamaguchi a hacerle una broma a tsukishima con una canción.

– pido piedad. – reclamó el pecoso, para nada feliz de haber perdido la apuesta con su amigo y dos de sus senpais.

– ¡no seas miedoso! – gritó el pelinaranja, dándole un golpe en la espalda como "motivación".

– gallina~. – canturrearon los dos mayores, claramente siendo los maduros en la situación.

después de unos cuantos minutos, el chico al que estaban esperando llegó al gimnasio, para desgracia de tadashi. 

– hey. – saludó el más alto, con un tono de confusión de porque estaban los otros cuatro chicos viéndolos expectantes.

– uhm, ¿tsukki? debo decirte algo. – titubeó el pecoso, dando unos pocos pasos hacía donde tsukishima estaba parado.

– ...te escucho. – aún seguía dudoso, pero viniendo de su amigo, tsukishima escucharía lo que sea con atención. aún si no lo pareciera.

– quiero arruinar nuestra amistad... – comenzó tadashi a recitar la letra de aquella canción que sus amigos le dijeron.

– ¿que? – era difícil decir si tsukishima se veía asustado, confundido o incrédulo. o todas la anteriores.

– deberíamos ser amantes... – continuó el pecoso, un ligero tono rosa en sus mejillas, oculto bajo sus pecas.

tsukishima, por su lado, estaba sin emitir sonido y con su sonrojo sin poder ser ocultado. 

– no se cómo decir esto... – murmuró el peliverde, sin siquiera querer ver la expresión que tsukishima tendría justo ahora en su cara. solo esperaba que supiera que era una tonta broma.

– porque eres mi amigo más querido... – tadashi ya no podía de la vergüenza, aún peor sabiendo que los otros tres estaban aguantando la risa tras de ellos.

– acepto. – interrumpió tsukishima una vez se recuperó de la confusión. sabía que lo más seguro es que fuese un juego, pero hey, el también podía bromear.

el cuello de yamaguchi casi truena de lo rápido que alzó la cabeza para mirar al más alto. 

– ¿QUÉ? – gritaron los tres espías de fondo, por un momento olvidando que ellos estaban "ocultos".

– ¡lo sabía! ¡asahi me debe 5 dólares! – fue lo primero que se escuchó de nishinoya una vez el shock por la reacción de tsukishima pasó. 

única excepciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora