Especial de Navidad

1.2K 17 11
                                    

Sofía terminó de vestirse y se miró al espejo. Vestía un vestido rojo por la navidad. A diferencia del de su hermana, que era navideño, el suyo era simplemente rojo. Nada muy llamativo para una niña de 12 años. Todavía no tenía espinillas y estaba recién entrando a la pubertad. Salió del baño y fue a la cocina a ayudar a su mamá. Estaba preparando todas las cosas para la cena, ese año serían solo ellos. Su familia paterna estaba en otra ciudad y su familia materna estaban comprometidos con sus otros lados de la familia. Así que este año serían ellos solamente.

Poco después de comenzar a ayudar se dio cuenta de que su mamá estaba enojada. Era muy obvio cuando se ponía así, y tener que hacer casi todo lo de la cocina ella sola para navidad la estresaba bastante. Su padre estaba trabajando y llegaría a las ocho de la noche, cuando ya estuvieran por comenzar a comer.

- ¿Y Isidora? -le preguntó a su mamá ya que no quería ser la única ayudando y Benjamín era muy chico para ayudar en la cocina

- Estaba haciendo mal las cosas y no se había cambiado de ropa así que le di unas nalgadas y la mandé a su habitación

Bueno, sería solo ella ayudando. No valía la pena discutir de lo injusto que era que ella fuera la única que ayudara, o que le hubiera dado nalgadas a Isidora por no hacer muy bien las cosas cuando tenía solo nueve años, y que todavía faltaban dos horas para que empezaran a celebrar oficialmente así que no había necesidad de mandarla a vestirse ahora mismo.

Siguió ayudando en la cocina por una media hora más hasta que llevando un plato con una ensalada se le cayó por accidente y se rompió. La ensalada, quedó inútil al haber caído al suelo.

- ¡Sofía! -gritó su madre

- Mamá perdón -dijo con miedo Sofía

Su mamá se le acercó y le dio cinco nalgadas.

- Por descuidada -le gritó su madre mientras a la preadolescente le caían unas lagrimas- Ahora tendré que hacer la ensalada toda de nuevo

- Perdoon

- Ni perdón ni nada. Anda a tu cuarto y quédate encerrada, cuando termine con esto voy a ir a darte tu castigo

- Pero si fue un accidente -protestó Sofía, a lo que su madre la dio vuelta, le sacó sus calzones multicolor tirándolos al suelo y le dio unas diez nalgadas sobre su vestido, que apenas cubría su trasero desnudo. Probablemente si fuera un día normal simplemente la hubiera mandado a su cuarto y ahí le habría dado un castigo liviano

- A tu habitación ahora mismo y reza porque pueda hacer la ensalada sin problemas

Sofía se fue corriendo a su habitación, llorando y dando un portazo. Se tiró a su cama a llorar contra la almohada. Era tan injusto que sus padres les pegaran como les diera en gana. Era tan injusto que todos los padres le pegaran a sus hijos tan solo por ser niños con la excusa del mal comportamiento. Hace tan solo unas semanas su amiga Macarena había roto una ventana por accidente en el colegio y entre su castigo y el de sus padres había quedado sin sentarse por una semana. Realmente los primeros cinco minutos de cada clase eran escuchar a Maca llorar por el dolor, para que luego un profe fuera y le diera unas nalgadas para que se quedara tranquila.

Después de unos cinco minutos se calmó. No era tanto el dolor, la verdad a diferencia de su hermana, que a ella le pegaban todos los días, ella ya estaba más acostumbrada a los golpes. Era la impotencia de que su madre se enojara con ella por algo que no era su culpa y le pegara. Más encima en navidad. Bueno, víspera de navidad, pero ellos lo celebraban el 24 en la noche y ahí recibían sus regalos y cenaban.

Se quedó pensando unos minutos, quince, o tal vez media hora. Pero cuando terminó de pensar decidió que iba a salir de su habitación e iba a enfrentar a su mamá en modo de protesta. En su interior sabía que era una mala idea, su mamá simplemente le iba a pegar, pero estaba muy enojada como para que le importara.

Al cuidado de mis hermanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora