Cuando finalmente volví en mí, me tomó un tiempo darme cuentadonde estaba. Desde el vistazo inicial a mí alrededor, supe queno estaba en casa, pero no conseguí más pistas que esa. Lahabitación era espaciosa y oscura y la débil luz venia de una pequeña yestrecha ventana cerca del techo, podía decirse que la mayor parte estabavacía, excepto por algunos estantes a lo largo de las paredes.
¿Estaba en un sótano? ¿El sótano de quién?
De lo que estaba seguro era de qué estaba atado a una silla. Tenía unterrible dolor de cabeza y mi nuca estaba palpitando con dolor en un puntoen particular, lo que me dijo que debí haber sido golpeado ahí. Cuando tratéde mover mis manos y pies, los sentí dolorosa y fuertemente restringidos alos brazos y piernas de una maciza silla. Intenté balancearme hacia atrás yhacia adelante esperando de alguna manera volcarla y romper la silla, perono se movió. Al parecer estaba atornillada al piso. Mi boca también estabaencintada y no pude hacer un sonido más fuerte que un patético lloriqueo.
Poco a poco comencé a recordar la lluvia, la casa vacía, la pesadilla quetuve, el llanto del bebé, y finalmente el golpe en mi cabeza. No tuve laoportunidad de ver quién me secuestró, pero si ellos no me habían matadohasta ahora, debía haber una buena razón para eso. De repente, también recordé a Ha-neul, abandonada en el fango, balbuceando suavemente,cuando me agaché para recogerla y perdí el conocimiento.
¡No, espera! El suave balbuceo no era un recuerdo. Me di cuenta querealmente podía escucharlo, ahora mismo, detrás de una puerta frente a mí.
¡Ha-neul estaba aquí! Repentinamente olvidé todo sobre mi extrañopredicamento. No me importó estar atado y que cada parte de mi cuerpoestuviese magullado o que mi estómago se revolviese por no haber comidonada en todo el día. Mi bebé estaba aquí y sonaba bien. Eso es todo lo quenecesitaba saber para darme la fuerza para elaborar un plan que nos saque aambos de aquí.
Luego recordé a Jungkook y lo imaginé regresando y encontrando nuestracasa vacía y mi pecho se oprimió en un doloroso espasmo otra vez. ¿Cómopodía advertirle que me espere ahí y no venga detrás de nosotros? Incluso silograba salvar a Ha-neul y alejarme de aquí, ¿cómo encontraría mi camino deregreso a él otra vez? ¿Y si nos estaba buscando en una direccióncompletamente opuesta? Para comenzar, no tenía idea en lo absoluto dedónde estaba en este momento.
¿Si nunca nos reuníamos nuevamente? ¿Si no conseguía sacar anuestra bebé de las manos de nuestros captores? ¿Si...?
Mis pensamientos fueron cortados por el rechinido de las oxidadasbisagras de la puerta. Estreché los ojos y distinguí una larga figura entrandoen la habitación, la oscura silueta delineada por la cálida luz de un fuego enalgún lugar de la habitación detrás de él. Estaba cargando una bandeja decomida.
Dos olores dolorosamente familiares me golpearon a la vez en elmomento que abrió la puerta. El primero era el de Ha-neul. Sí, ella estaba ahí,en la otra habitación, y ella estaba en calma. El otro era de Heechul, el Alfa de losBlack Ridgebacks, el hombre ahora de pie frente a mí.
Mi aliento quedó atrapado en mis pulmones.
—Buenas noches, Jimin, —dijo él con una calma inquietante como sinos hubiésemos separado solo hace algunas horas. No podía ver su rostro, laque estaba oscurecida por la sombra, pero podía imaginar sus profundasarrugas, la desgastada piel y sus brillantes ojos negro-aceituna. Su plateadocabello probablemente aún estaba atado en una elaborada trenza en la nucay sus incisivos sobresalían de su boca incluso cuando estaba en formahumana. A pesar de su avanzada edad, aún era el lobo más fuerte entre losBlack Ridgebacks y el legítimo líder de la manada.
Solo resoplé en respuesta ya que no podía decir más con la cinta sobremi boca.
Una vez que se movió más cerca de mí y se alejó del rectángulo de luzde la entrada, mis ojos se agrandaron ante la escena que se estabadesarrollando a sus espaldas. Una mujer, Thyra, su esposa, estaba agarrandoa Ha-neul en sus nudosas manos, acariciando su escaso cabello rubio ycantando una canción de cuna. Ella parecía completamente preocupada conmi bebé y la miraba como una maniática. Me di cuenta que probablementeeste era el primer bebé que Thyra había sostenido en los últimos veintitrésaños. El último había sido yo.
ESTÁS LEYENDO
Bebé accidental (Kookmin) PAUSADA
FanfictionLa manada de Jimin está apunto de desaparecer y la única manera de solucionarlo es robando bebés por ello se infiltra en la manada de Jungkook como niñera a pesar de no saber nada de bebés. Jungkook en cuanto ve a Jimin sabe que este es su compañero...