II

194 10 0
                                    

Jungkook 

A hurtadillas eché una rápida mirada en Jimin durmiendo antes de dirigirme a hacer mis rondas matutinas.

Necesitaba estar seguro...

¡Maldición! Mi corazón otra vez. No paraba de hacer su ridículo baile desde anoche. Escuché su respiración toda la noche hasta justo antes del amanecer, cuando me aseguré que finalmente había caído dormido después de algunas difíciles horas, me aventuré a abrir una pequeña grieta en la puerta y mirar su sereno rostro.

Mi corazón se volvió salvaje así como todo mi cuerpo.

Prácticamente podía sentir mi sangre recorrer y zumbar en mi sistema, haciéndome parar en el borde como si estuviese electrificado. Así que no estaba equivocado. Era él. Mi pareja predestinada. Y justo cuando pensaba que los otros estaban inventando todo el concepto de parejas predestinadas y que solo estaban pretendiendo estar perdiendo la cabeza por alguien porque pensaban que era tiempo de iniciar una familia...

Había escuchado historias de ritmos cardíacos deteniéndose y palmas cubriéndose de sudor, de escalofríos recorriendo las espinas dorsales y un hormigueo de piel de gallina extendiéndose sobre los brazos, pero nunca esperé sentirlo por mí mismo. Especialmente no por alguien que había conocido hace menos de un día. Espera. Eso estuvo mal. No conocía al tipo.

Apenas había intercambiado una o dos oraciones con él y, sin embargo, mi cuerpo sabía que él era el único.

Demasiado mal que él también fuese el único en la isla en quien no confiase. Pensaba que toda la idea de traer un forastero era demasiado riesgo, pero los ancianos no me habían escuchado. Ahora mismo necesitábamos hasta el último miembro de nuestra manada para defender la frontera norte y no podíamos dejar atrás más que a un par de enfermeras en la villa para cuidar de los niños. Las mujeres eran tan guerreras como yo lo era, aunque yo era uno de los líderes naturales por aquí.

Contemplé la sonrojada y tierna piel de Jimin con marcas de almohada en sus mejillas, y sus pestañas rubio oscuro aleteando delicadamente en sus sueños, su alborotado cabello color miel esparcido sobre la funda de la almohada. Era una visión. Nunca había visto a un hombre tan imposiblemente atractivo con su pequeño pero ágil y fuerte complexión y un precioso rostro de niño. Decidí que no debía poner mi responsabilidad como un Alfa en segundo lugar solo porque mi cuerpo anhelaba incontrolablemente a este hombre. Necesitaba mantener un ojo en él, tan duro como esto sería para mí, para asegurarme que no representaba un peligro para mi gente.

Armado con determinación, dejé la cabaña antes que se levantase y me dirigí hacia las barracas para ver cómo iban los preparativos. Comenzando hoy, necesitaríamos patrullar la zona norte de la isla por turnos todo el día.

Nuestra paz y la vida por la que habíamos trabajado tan duro por construir por nuestra cuenta en la isla Yeongdo-gu había sido amenazada por una manada de la península vecina durante una noche de asedio y aunque habíamos peleado con ellos hasta sacarlos de la isla, necesitábamos asegurarnos que no intentarían más ataques.

Todo estaba en orden y utilice un par de horas discutiendo estrategias con el resto de los líderes, mientras los otros miembros estaban inspeccionándolas raciones y marcando los números de los equipos en los libros de contabilidad. Aunque algo persistía al fondo de mi cabeza. Estaba inquieto y quería atribuirlo al hecho que aún no había desayunado, pero la verdad era que no estaba concentrado en nada más que en volver a ver a Jimin. Traté de dejarlo atrás siendo conscientemente prudente.

No solo ser un Alfa increíblemente excitado que necesitaba arreglarlo con una nueva droga que había descubierto...

—¿Todos ustedes muchachos están aquí? —Pregunté a mis amigos casualmente. —Creo que podría ir a la enfermería y revisar al nuevo chico antes de retirarnos por el día. Quiero asegurarme que esté bien instalado.

Bebé accidental (Kookmin) PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora