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14 de febrero del 2006

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14 de febrero del 2006

Una de mis fechas favoritas es el día de San Valentín, porque puedo pasarlo con mi abuelita.

Mis papás se encontraban en el trabajo por lo que mi tío Bruno me dejó en la casa de mis primos, dónde mi abuelita comenzó a vivir hace casi dos años. Tengo un hermanito de 7 meses, el cual lo cuida una prima de mi mamá.

A pesar de que tengo 4 años —faltan algunos meses para que cumpla mis 5 años— tengo muy en claro que ella está enferma, según mi mamá tiene cáncer —aún no sé de qué trata la enfermedad—, y por más que le he dicho que la llevemos al doctor ella siempre responde lo mismo:

"Tu abuelita ya no quiere ir al doctor, ella quiere descansar"

Se que ella llora por las noches, mi papá trabaja hasta muy tarde mientras que mi mamá trabaja y estudia. No me gusta ver a todos tan tristes, pero mi abuelita dice que es el estrés del trabajo.

Apenas llegó a la casa de mis primos ingreso a la habitación de mi abuelita, me acerco a su cama y le muestro la boleta de calificaciones mientras sonrío con orgullo, había conseguido el segundo lugar entre las mejores notas de mi curso, tal vez para muchos no eran muy importante, pero para mí era un gran logro.

¡Abuelita! —Sonrió mientras me subo a la cama con cuidado para no lastimarla.

Mi linda, pajarita —responde mientras acaricia mis regordetas mejillas— ¿Qué tal escuela?

¡Tengo el segundo lugar! —suelto un grito de emoción mientras ella ve la boleta y sonríe.

Te dije que lo ibas a lograr, mi pajarita

—Lo sé...

Eres una niña muy inteligente, mira que ya hablas mejor que otros niños de tu edad —me guiña un ojo y río.

¿Mami y papi no vendrán para salir? Dijeron que íbamos a salir los tres juntos por San Valentín —pregunto y noto la mirada de tristeza de mi abuelita.

Cartas al Anónimo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora