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7 de febrero del 2018

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7 de febrero del 2018

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—Estás loca.

—Claro que no —negó Samy.

—Sí que lo estas. —insistí riendo y todo en la mesa también lo hicieron.

Me encontraba en la cafetería con los chicos, había pasado dos días desde el suceso en la terraza, la carta anónima y la charla con Mark.

Había recibido otra carta más pero no le tomaba mucha importancia, tampoco se lo había dicho a alguien porque sé que van a decir que es alguna broma de mal gusto de algún idiota que no tiene nada productivo que hacer. En estos dos días Álvaro no se volvió a aparecer, quiero pensar que el motivo es porque no he estado sola —a excepción de cuando me baño, cambio o duermo— pero supongo que solo estoy intentando justificar mi posible locura.

Ahora el hecho de que le estuviese diciendo loca a Samantha era porque ella me había conseguido una cita a ciegas con un primo de ella, me mostro una foto y no es feo, pero por ahora lo que me importa es que cada vez falta poco para graduarme y aun no sé qué carrera escoger.

—Amor dile que es una buena idea —insiste mi amiga ahora mirando a su novio, Mark.

El solo niega divertido por la situación, los chicos y yo sabemos que una parte de él, alberga la esperanza de que Diego volverá y que todo podría ser como antes. Lo entiendo porque yo también tengo esa misma esperanza, aunque no lo diga en voz alta.

—¿No te has puesto a pensar lo incomodo que sería después, en el caso de que no funcionaran las cosas entre tu primo y yo? —respondo para luego terminarme mi jugo de naranja.

—¿Y si las cosas resultan? —argumenta.

—Lo dudo.

—Eres muy pesimista, Isa. —refunfuña.

—Soy realista, Sami. —contesto para luego retirarme de la cafetería del colegio.

No me lo tomen a mal, pero antes de que suene el timbre me gusta ir a la terraza para poder pensar con claridad, mis amigos saben que el tema de las relaciones amorosas suele incomodarme. No tengo cabeza para pensar en una relación, ya lo intenté y no funcionó.

Cartas al Anónimo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora