LOVE ━ MINSUNG

¡ veinticuatro !

Al final, Minho había pasado una agradable tarde en el hogar Han, colocando plantitas en cada espacio vacío del jardín y aprovechando la forma tan agradable en la que la madre de Jisung le explicaba que no podía echarles agua a las plantas de forma brusca porque sino las rompería. A Minho, los momentos así le resultaban sumamente dulces y memorables; y la idea de seguir practicando ese tipo de cosas con Jisung en un futuro lo ponía, definitivamente, muy feliz.

Pero por más que se sintiese bien, le era casi imposible dejar de darle vueltas en su cabeza a la idea de que había alguien con la intención de separarlos.

No le molestaban las fotos en sí, de hecho, le parecía tierna la forma en la que Jisung se veía como un adorable muchacho entre sus amigos londinenses. Sabía, que le gustaría escuchar muchas más anécdotas de cuando Han estuvo en Londres, de cómo fueron sus estudios en la época de exámenes, cómo eran las fiestas que solía visitar y que cenaba cuando no tenía ganas de cocinar.

Tomó su celular y llamó a Hyunjin y a Changbin, esperando que ambos contestasen para poder contarles sus preocupaciones.

—¿Hola?

La voz cansada de Hyunjin salió por el parlante, seguida de un quejido de Changbin mientras que se veía en la pantalla, como subía y bajaba pesas en el gimnasio.

—¿Molesto? —preguntó Lee, apuntando la cámara del celular hacia su rostro para que sus amigos pudiesen verlo.

—No, puedo escucharte igual.

Minho se encogió de hombros.

—Bien, porque es un código rojo.

—Por dios, Minho. No tenés diez años como para decir eso.

Changbin rió mientras que Lee podía ver perfectamente como Hyunjin rodaba los ojos frente a la pantalla.

—Bien, algo pasó. Y no sé como sentirme al respecto.

—¿Te gusta una chica? —indagó Hyunjin, dispersándose bastante ideando escenarios que estaban realmente lejos de ser verdad.

—¿Te diste cuenta que el bizcochuelo con frutas es feo?

—¿Felix te pidió que cuides a su bendición?

—¿Tenés algún problema con mi bolita de amor? —preguntó Changbin, sin soltar las pesas.

Minho rodó los ojos.

—Ayer una cuenta anónima me mandó fotos de Jisung en Londres con otro chico.

—¿Entonces? —preguntó Hyunjin, mientras llevaba una cereza a su boca.

—Nada, eso.

—Creo que tu preocupación es estúpida —declaró Seo, acercándose al celular para tomarlo y buscar otra máquina para hacer ejercicio—. Lo que él hizo en Londres no debería molestarte, a fin de cuentas, no estaban juntos.

—No es por eso —aclaró—, sólo es... raro que me las hayan mandado ahora. ¿Por qué no lo hicieron cuando las fotos eran recientes? ¿O cuando podría haberme sentido mal?

—Deberías dejar de pensarlo tanto —dijo Hyunjin—. Sung te adora y estoy seguro de que vos lo querés mucho a él. No se preocupen por los demás.

Minho se quedó en silencio, evaluando lo que Hwang le había dicho. Aunque él había llegado a una conclusión parecida al recibir las fotos, recibir la opinión externa de sus amigos siempre lo había ayudado, y esa vez, no era una excepción.

—Bien, está bien.

—Antes de que cuelguen —los llamó Changbin—, Chris va a volver en un mes.