¡ treinta y tres !

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Minho le dijo a Jisung que necesitaba un tiempo para pensar, que no quería que se fuera del departamento, pero sí necesitaba un tiempo de descanso, unos minutos a solas para ordenar sus ideas. Han, luego de recordarle varias veces lo mucho que sentía todo lo que había pasado, fue a bañarse. 

Su corazón se estrujaba frente al simple pensamiento de que, probablemente, en ese momento la cabecita de su novio estaría pensando en todas las cosas que alguna vez hizo mal, intentando buscar motivos que explicaran aquél beso. 

Hizo lo más rápido que pudo, queriendo volver a abrazar a Minho cuanto antes. Deseaba sentir la respiración pesada del mayor otra vez junto a su cuello, dormir junto a él y sentir sus manos acariciarlo despacio.

Al salir del baño, se encontró con la habitación vacía, la cama tendida prolijamente y el silencio adueñándose del lugar. El aura del lugar era triste, oscura. Jisung apenas podía recordad los días en los que, años atrás, el departamento se sentía igual de vacío que en ese momento; sin embargo, Minho si estaba ahí, Minho estaba con él.

Luego de vestirse con una remera de Lee que ya había autoproclamado propia y unos bóxers negros que no sabía bien a quien de los dos le pertenecía, dejó la habitación para buscar a Minho. Añoraba sentirlo entre sus brazos, y bien sabía, que esa noche no lo soltaría ni siquiera unos segundos. 

Al entrar a la pequeña cocina, se encontró con Minho sentado frente a la mesa, mirando un punto perdido entre el escurreplatos y con una taza de café humeante en sus manos. Jisung se acercó a él por detrás, posando su mentón sobre el hombro del mayor y envolviéndolo con sus brazos.

—¿Querés un café? —preguntó Minho, pasando despacio una mano por el brazo de Han.

—No, gracias. ¿Vamos a la cama?

Minho no respondió, sólo que soltó la taza y con ambas manos libres, apretó con fuerza el abrazo que Jisung mantenía sobre él. No quería sentirlo lejos, no quería sentirse frío.

—No voy a irme a ningún lado, Honnie.

Minho cerró los ojos, inhalando el perfume tan varonil que Han utilizaba. Llevó una mano a la nuca del menor y giró el rostro, quedando enfrentado al muchachito que tanto adoraba y tanto dolor le había causado. 

—¿Lo prometes? 

El corazón de Jisung se rompía frente a esa imagen, a sabiendas de que era únicamente su culpa que el mayor desconfiase tanto. Asintió despacio, rozando la punta de su nariz con la de Minho.

—Lo prometo.

Minho sonrió a penas, decidiendo terminar con la poca distancia que los separaba y unir sus labios. Besó a Jisung despacio, con cuidado, el cariño que le sentía brotando por cada parte de su cuerpo. Y le gustó sentir que el contrario lo besaba de igual forma, recordándole lo mucho que lo quería y lo terriblemente mal que se sentía por todo lo sucedido.

Sus belfos se acariciaban con delicadeza, encontrándose como si fuera la primera vez. Jisung dejó de abrazarlo y llevó una mano a su rostro, acariciándolo con suavidad, transmitiéndole todo el amor que sentía por él. 

Antes de que Minho pudiera separarse de él por la falta de aire, Jisung se encargó de dejar varios besos cortos y rápidos en sus labios, sonriendo cuando un suspiro abandonó los belfos de Minho. Entrelazando sus dedos con el cabello de Jisung, volvió a atraerlo hacia él. Necesitaba sentirlo, tenerlo junto a él, pegado a su cuerpo.

—¿Vamos a acostarnos? —preguntó Jisung separándose unos milímetros, a la vez que chocaba su frente con la del mayor y dejaba piquitos en los labios de Minho.

—¿Vas a abrazarme para dormir?

Jisung besó la frente de Minho con devoción.

—Siempre, Honey. Siempre. 









huh kinda short:(

LOVE ━ MINSUNG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora