18_ Nuevo Descubrimiento

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—¡Yuuri! ¡¿Estás bien?! —preguntó Niel de forma exaltada llegando frente al pelinegro tras haber dado salto, tras salto sobre el tejado de la casa.
—N-Niel... ¿Qué haces... aquí? —Preguntó el menor, soltando unos cuantos jadeos, tal y como si hubiera corrido un gran maratón.
—Yuuri, esto no es normal... deberíamos entrar y... —Dijo el joven brujo, siendo callado al sentir las manos del azabache sobre sus mejillas y así, logrando atraerlo hacia él, dándole un beso repentino por parte del menor, el cual, trataba de hacerlo torpemente, ya que era su primer beso.
Niel se había dejado llevar levemente, pero antes de que sus manos se posaran sobre las caderas del menor, algo en su mente le hizo "clic", haciéndolo recapacitar en que eso no era lo correcto, atinando sólo a tomar de los hombros a Yuuri y así separarlo de él.
—Yuuri... ¿Qué tienes? —inquirió de forma preocupada el oji rojo
—siento mucho calor... Necesito que me toques —dijo Yuuri con voz distorsionada entre su lobo y él, dejando ver un ojo dorado y otro café
—Pero...
—Niel... tócame... ahg—dijo entre jadeos el menor, al mismo tiempo que se acercaba de forma lenta y peligrosa al mayor
—Yuuri, eres mi hermano menor, yo...
—Enséñame a besar... quiero respirar el aroma que desprendes —finalizó el menor, para momentos después, notar como Niel comenzaba a delinear sus costados, hasta que sus manos llegaron a su cadera.
—Niel... ¿Qué?... —finalizó Yuuri al sentir un leve piquete sobre su trasero, pero siendo callado tras sentir los labios del oji rojo sobre los suyos en un beso lento, al cual, respondió.
—Yuuri... sé que debí decirte esto antes... yo... no soy tu destinado. Pero te aseguro que sea quien sea, te encontrará y te dará la felicidad que nunca podré darte... Te lo prometo. —finalizó Niel, para luego ver al menor caer sobre sus brazos, quedando inconsciente a causa del somnífero, el cual le haría dormir por lo menos esa noche.
—Debemos ir dentro, y aunque no lo admita... ese idiota es el indicado para saber qué es lo que tienes. —se dijo, para luego cargar a Yuuri al estilo princesa y así, lograr llevárselo dentro del templo.
Niel se dedicó a saltar por el tejado, para llegar a la entrada principal, una vez ahí, pateó de forma brusca la puerta para poder abrirla, notando como sus hermanos se encontraban pasmados ante tal escena.
—Niel ¿Ahora que has hecho? —preguntó Zaquiel con tono burlesco
—Zaquiel, no es momento de bromas... Niel ¿Qué pasó? —Preguntó Anel en tono preocupado, procediendo a acercarse al menor, el cual aún dormía entre los brazos del oji rojo.
—Es su lobo —se escuchó un comentario tras de los hermanos, y estos tras haber volteado, notaron que se trataba de su padre, el cual, bajaba las escaleras con una pijama color blanco.
—Debe de estar pasando por algo fuerte, reflejando sus efectos en él—aclaró Kasai mientras avanzaba en dirección al menor —Necesitamos averiguar más de lo sucedido... Zaquiel deb...
—No te preocupes padre... mañana por la mañana lo revisaré a fondo—Aclaró Zaquiel, interrumpiendo a su padre, a lo que éste solamente asintió.
—Ahora, debemos llevarlo a dormir, pero... no puede estar sólo. Alguien tendrá que estar con él. —finalizó Kasai para colocar su mano sobre el hombro de Niel.
—Confío en que harás lo correcto —Concluyó el oji azul, yendo de regreso a su habitación.
—Oye Niel... crearé un par de dardos para lograr calmarlo —aclaró Anel, dirigiéndose nuevamente a la cocina.
—No te preocupes hermano... cuidamos de él desde que era un niño... y ahora en su etapa de madurez... ¿Qué podría salir mal? —Dijo el oji amarillo para palmear levemente a su hermano y así marcharse en dirección a la biblioteca en busca de unos datos que anteriormente había escrito, ya que éste se dedicaba principalmente al estudio de toda cosa o fenómeno extraño, llevando miles de hallazgos que seguramente, serían importantes para el mundo exterior.

Una vez que llegaron a la habitación del oji rojo, éste se dispuso a dejar al azabache envuelto en las sabanas, mientras el dormía en el suelo.
—Debo proteger a Yuuri... los reyes me encomendaron esa misión. — se decía una y otra vez el peli negro, quedándose dormido al poco tiempo.

AL DÍA SIGUIENTE:Niel había despertado casi a las 6 de la mañana, a lo que rápidamente se alistó y salió del lugar, dejando al azabache dentro, a lo que Zaquiel ingresó en ella, trayendo consigo un pequeño portafolio

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AL DÍA SIGUIENTE:
Niel había despertado casi a las 6 de la mañana, a lo que rápidamente se alistó y salió del lugar, dejando al azabache dentro, a lo que Zaquiel ingresó en ella, trayendo consigo un pequeño portafolio. Terminando por encerrarse dentro de la pieza.

Toda la familia se encontraba esperando en el pasillo, fuera del cuarto de "investigación" en espera de alguna noticia, novedad o ayuda que necesitase el oji amarillo.
—Yuuri ha despertado... necesito un desayuno ligero —pidió Zaquiel asomándose por un par de segundos para volver a entrar.
—Un par de toallas húmedas con agua caliente
—Un poco de miel y menta
—Y para finalizar... Niel... necesito que me hagas un favor —Pidió Zaquiel, llegando a espaldas de su hermano, el cual, esperaba fuera de la habitación del azabache menor al lado de su hermana y padre.
—¿Que?
—Necesito que entres para ver cómo reacciona Yuuri con tu presencia —explicó el oji dorado, notando cómo su hermano se levantó al momento para acatar su orden. —y ustedes dos, quédense aquí —aclaró—Niel, vamos —dijo, abriendo la puerta del cuarto, y tras estar dentro, notaron a un azabache desnudo que se retorcía sobre la cama mientras soltaba jadeos, el cual detuvo sus movimientos tras sentir el olor de Niel, volteando en dirección a éste.
—Yuuri... ¿Cómo te sientes? —preguntó el oji rojo, acercándosele poco a poco, pero lo que no esperaban, era que el azabache bajara tambaleante de la cama para proceder a ir a gatas en dirección a un rincón entre la mesa de noche y la pared.
—¡Yuuri! ¡espera! —Exclamó Niel de forma alterada, yendo al lugar donde se ocultó el menor, y tras llegar, notó el gran espacio que había bajo la mesa.

Yuuri se había construido un nido con la manta de la cama y sus ropas, quedando entre éstas.
—Yuuri... ¿Qué pasa?
—Está... caliente
—Ven... debemos examinarte para saber qué es lo que tienes
—¡No!... mejor ven tu —Pidió el menor, pero al ver que el contrario se resistía a estar con él, liberó una fuerte carga de feromonas, las cuales, comenzaron a segar a Niel, dejándolo jadeante.
—Ven conmigo —dijo, saliendo de su nido para abalanzarse sobre Niel y restregar su rostro sobre el pecho del contrario aun liberando feromonas de carga dulzosa.
—Bien, bien... interesante —se decía Zaquiel, mientras tomaba nota de todo lo que hacía Yuuri en ese estado.
—¡Hey tu idiota! ¡No te quedes ahí y ayúdame! —exigió el brujo en espera de ayuda
—Lo siento Niel, pero el deber de todo investigador es observar sin interferir... sólo así se logran adquirir datos más acertados —Mencionó el mayor sin ninguna intención de ayudarlo.
—Niel... Hueles bien —Mencionó Yuuri, llamando la atención de ambos hermanos.
—Dime Yuuri... ¿A qué huele Niel?
—huele a... rosas húmedas —respondió el menor, pero antes de poder quitarle alguna prenda, sintió un golpe sobre su nuca, quedando inconsciente sobre Niel, revelando a Zaquiel, quien interfirió antes de llegar a otra situación.
—Valla... mucha información por hoy. Ahora debo anexarlo todo para esta noche y, valla trabajo duro que realizo... ¿Eh? —se interrumpió al ver a su hermano en un estado que jamás imaginó verlo.
Niel sonrojado, con una respiración agitada y con sus feromonas de excitación en alto. No al nivel de Yuuri, pero regular. A lo que Zaquiel atinó al tomar el cuerpo de Yuuri para dejarlo sobre la cama, y tras tomar una sábana de repuesto, cubrió el cuerpo de éste para dejarlo descansar.
Una vez cumplido eso, no pudo evitar voltear en dirección a su hermano con una mirada seria, y tras unos segundos así, éste estalló en carcajadas que no se tomó la molestia en retener.
—Niel... jamás imagine verte en ese estado... ¿De verdad te afectó de sobre manera las feromonas de Yuuri? jajaja... ¿Tú? El gran Niel Hada... El que siempre está preparado para todo... el ejemplo a seguir... terminó siendo vencido por el aroma de un siberiano en celo... jajajajaja.
—¿Qué acaso a ti no te afectó? —refutó el oji rojo contra su hermano.
—Nop... Quizás porque me tomé un té fuerte de manzanilla... o porque no me presté a oler lo suficiente... o... porque tengo claras mis intenciones
—¿A qué te refieres?

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