Los secretos de Zayn | Z. P. | (CANCELADA)

Capítulo 3: Duchas

Zayn

Hoy fueron unos ejercicios muy abrumadores, tanto que me dejaron con tan poca energía que hasta me canso de respirar.

Lo peor de todo es que esta vez fue al aire libre y que a su vez estaba el sol más fuerte que nunca.

Me fuí a las duchas para sacarme este olor asqueroso.

Saqué las prendas restantes y fuí a bañarme, abrí el agua y me relajé.

Estaba tan sumido en mis pensamientos que no sentí unas callosas y grandes manos.

- Hola zorrita. - Reconocí su voz, era el pesado arruina vidas, Liam.

Antes de que pueda rechistar, me dió la vuelta y de un momento a otro, me besó y estampó contra los azulejos de la ducha.

Creo que al parecer, alguien leyó la lista "secreta" que había en mi diario íntimo.

Le correspondí el beso que ahora se tornaba más caliente.

Sentí su pene semi erecto en mi abdomen, bajé mi mano y empecé a estimularlo.

- A-ah, no hagas eso princesita. - Gimió.

Que lo siga haciendo dice.

Bajó hasta mi cuello, y empezó a chupar y a morder.

Van a quedar marcas que tardarán días en borrarse.

- Quiero que todos sepan que no sólo fue un simple baño en las duchas de la escuela. Que alguien entró y te dió placer como nunca.

Cerré mis ojos antes de que me lo metiera.

- No cierres los ojos, quiero ver tu expresión de cuando te llene.- Dicho esto, me alzó y agarró mis piernas para meterlo en seco.

- M-más, q-quiero más. - Mordí mi labio con fuerza.

- Te daré más, pero no muerdas tu labio, quiero escuchar tus gemidos de puta.

Deslizó su pene hasta casi sacarlo por completo y lo metió con fuerza hasta el fondo, sus embestidas eran certeras y rápidas.

Es un poco doloroso, considerando que su pene, bueno... era gigante.

Era grueso y largo.

Me embestía brutalmente, como a mí me gusta.

Fuck, Liam es tan bueno.

- P-princesita-ah, m-me voy... a correr. Dijo entre jadeos.

- Házlo Daddy, lléname con tu leche.

Dió un par de embestidas más y ambos nos corrimos.

- Wow, el mejor polvo que tuve en la ducha, aunque haya sido el primero.

Me bajó y no dijo nada.

Abrí un poco más el agua fría y enjaboné mi cuerpo.

- Liam, ¿puedo bañarte?

- Sí, estoy muy cansado, gracias. - Dijo con una sonrisa.

Agarré el jabón y lo esparcí por todo su hermo- por su cuerpo.

Me dejó tocar más abajo.

Lavé cada parte de su cuerpo, hasta me dejó lavar su cabello.

Cuando terminé, se fue sin decirme nada.

Me bañé yo y me fuí a casa.