Pasteleria Terroncito de Azucar.

Capítulo 7.- Tarta de huevo para la reconciliación.

Aunque nadie lo creyera, él estaba realmente preocupado por su amigo. Xichen se veía notoriamente desganado y no podía más que sentir enojo dirigido a Wei Ying ¿Cómo podría animarlo? Sentía que ya lo había logrado, era cosa de comparar el estado lamentable en el que llegó y que hace solo unos instantes ya estaba sonriéndole, claro, todo eso hasta la grandiosa interrupción de su tonto hermano.

Luego de que Wei Ying se retirara con Canela en los brazos, se quedó contemplando la belleza de su mesón, como si aquel objeto fuese a hablar y darle un consejo, sin embargo, el mesón claramente no tenía esa capacidad. Optó por lo simple, le dio un pequeño golpe en el hombro a Lan Xichen.

—Sinceramente no sé muy bien que hacer ahora... —comentó Jiang Cheng llamando la atención del otro.

— ¿Por qué lo dices? —Preguntó el mayor un poco perdido de lo que estaba pasando ¿De qué estaba hablando?

—Lamento si Wei Ying te hizo sentir mal o algo, juro que es un hermano tolerable la mayoría del tiempo... realmente aprecio tu amistad, ¿sabes? —dijo seriamente, mientras miraba el mesón— Wei Ying y Yanli siempre han sido del agrado de todos, pero yo no... —él siempre había notado que no era el alma de ninguna fiesta ni el favorito de nadie, por eso apreciaba tanto que alguien tan brillante como Xichen, le quisiera de manera honesta, incluso con su genio del demonio. —A diferencia de mis hermanos, tú eres el único a quien siento que... ¿Le agrado de verdad?

El tono usado en la pregunta en realidad escondía su nerviosismo, todas estas cosas eran realmente nuevas para él y se sentía absurdo al sentirse nervioso como una colegiala cuando solo estaba hablando de amistad ¡Por amor a todos los dioses, ya era un adulto!

Entonces Xichen notó algo muy importante, puede ser que Jiang Cheng ahora le había confesado parte de sus sentimientos, cosas que pocas veces lograba: que hablara del pasado o de lo que sentía; ese día había conseguido muchas respuestas, más de las que había obtenido en todo lo que llevaba su amistad.

—Por supuesto que me agradas así, tal y como eres A-Cheng —incluso se atrevió a rozar levemente su mano con la de Jiang Cheng, pero temía que si realmente la tomaba, no querría soltarla nunca más.

Jiang Cheng se encontraba apoyado en el mesón, pero al escuchar las palabras de Xichen, no pudo evitar cubrir su rostro con su antebrazo, se sentía tan avergonzado, y su corazón latía con fuerza, tan fuerte que sentía que acababa de correr una maratón.

Y solo estaban ambos en su cocina.

Por otro lado, Lan Xichen miraba las acciones de Jiang Cheng y solo intentaba pensar en las reglas familiares, "no debes ser codicioso" se repetían una y otra vez, sin embargo, solo deseaba levantar el rostro de su contrario, porque claramente estaba avergonzado.

Entonces, como un segundo rayo en este día, lo cruzó. ¿Acaso nunca nadie le había dicho a Jiang Cheng que él era agradable? Este se sentía como el triunfo más agridulce de su vida. Con razón el menor no entendía nada. ¿Tan malo era ser solo amigo de esta persona? Con razón sus hermanos estaban tan impresionados, pensó que cuando dijeron que no traía a nadie era una exageración, no que lo dijeran de manera tan... literal.

Si bien, en su corazón deseaba ser con quien Jiang Cheng compartiera el resto de sus días; por ahora estaba bien ser su amigo, y hacerle ver que era alguien genial.

—¿A-Cheng? Vamos, mírame ¿Te encuentras bien? —sus propios bajos deseos se hicieron más fuertes que las mismas reglas que estaban casi escritas en piedra. Deseaba ver las mejillas sonrojadas de Jiang Cheng, por lo que acarició un poco su cabeza, probando por primera vez la suavidad de sus cabellos entre sus dedos. Logró el resultado deseado, ya que Jiang Cheng levantó la vista de forma inmediata.

— ¿Sabes qué? Ya me dio sueño mejor subamos a dormir.

Y tal dijo Jiang Cheng, ambos subieron y tan pronto como llegaron a la puerta de una habitación, el menor se dio vuelta.

—Esta pieza siempre la usan los invitados, siéntete libre y acomódate como quieras, te traeré un pijama en un momento, ¿ok?

—En verdad, muchas gracias, A-Cheng. Por todo —se detuvo en el marco de la puerta, dándose la vuelta para quedar de frente, mirando aquellos ojos grises azulados directamente.

—Como sea, si vuelves a tener problemas existenciales sabes que tienes donde quedarte, supongo que Tarta de huevo será él más feliz —apuntó con su mentón hacia la cama, donde ya estaba el gato anaranjado mirando que sucedía en la puerta, la pieza de invitados era también el lugar favorito para tomar la siesta de Tarta de Huevo y Rollo de Canela. Ahora, los gatos normalmente escogen a sus dueños y no al revés, en este caso Canela y Wei Ying eran un desastre combinado y como tal, ella dormía plácidamente con él a diario por las noches.

—Parece que le agrado, ¿no?

—Es algo raro en él, debe intuir que eres buena persona o algo así.

—¡¿O algo así?! —exclamó Lan Xichen con una actuación de falsa ofensa, pero sencillamente Jiang Cheng se fue, dejándolo mirando al gato en la cama. Al rato volvió con un pijama en sus brazos.

—Me levanto temprano porque tengo que trabajar en la pastelería, pero odio que me molesten, asi que si bajas te quedas como estatua hasta que tenga la primera tanda de panecillos en el horno, ¿entendido?

—Entendido, A-Cheng, ten buenas noches.

Jiang Cheng se despidió con la mano y se fue a su habitación, dejando solo a Lan Xichen, quien entonces empezó a desnudarse para ponerse las 2 piezas de algodón ofrecidas, aunque se preocupo un poco cuando noto que ciertas partes, como los brazos, le quedaban algo "apretadas", de todas formas no era tanto, es decir, A-Cheng y él eran de tamaños similares...