DESTINO - Kim Taehyung; BTS

Capítulo 4

Miré ya aborrecida mis apuntes, fijando la mirada a mi teléfono, encendiendo la pantalla. Las once de la mañana, debía ir a despertar a las tres jóvenes que pasaron la noche en mi casa. Entré a la habitación decidida a levantar las persianas, Júlia ya estaba despierta, con el móvil en mano, mirando las historias de Instagram y Andrea y Judit estaban dormidas cómo troncos. Entre risas fui corriendo y me lancé encima de la que era solo dos años mayor que yo.

— ¡Buenos días!— Grité con ganas.

— ¡Para! ¿Qué no ves que estoy durmiendo? Al menos despiértame bien. Joder... casi se me sale el corazón por la boca

— Mmm... ¿Qué pasa? ¿Por qué gritáis?— Balbuceó la enana.

Me levanté de encima de la chica y me puse de pies en tierra.

— Tengo ramen en la despensa, no he hecho desayuno, así que es lo único que hay

— ¿Tienes cereales?— Cuestionó la castaña.

— No

— ¿Y galletas?— Interrogó la mayor.

— Tampoco, ya os he dicho que no tengo nada más, sinó os jodéis i bailáis

— Joder es tu palabra favorita— Afirmó la última prima en hablar entre risas.

— Pues sí, joder

— ¿Y el ramen no es para comer o cenar?— Comunicó Andrea.

— No, el ramen se zampa a tooodas hoooras, es lo que se come en Asia veinticuatro siete

Tras exponer mi último comentario las otras rieron junto a mí. Amaba esas situaciones tan abiertas y sinceras con mis primas, se me hacían muy cálidas, y desde que llegaron nunca me había sentido tan querida en este país. Marché de su vista y fui a preparar cuatro boles de fideos instantáneos, revisando las noticias mientras el agua hervía, pero una en concreto me impactó.

Tenía mis ojos clavados en la pantalla, con una expresión de sorpresa mientras que oía los gitos de Júlia aproximarse a la cocina.

— ¡Elan! Has visto lo de...

La mayor se paralizó al ver mi cara, no se esperaba que ya hubiera visto esa información. Mis ojos pasaban y repasaban el título escrito en dicha pantalla "La misteriosa chica que niega su amor por Taehyung desupués de su pelea con otra fan".

— ¿Que es esta mierda? No me gusta nada. Puto destino.

— ¿Qué?

— Que el destino es un asco.

Y así es cómo el destino decidió no ser tan malo desde ese día.