Capítulo 1

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Se escuchaban sus risas por todo el estadio, cosa que hacía que los fans gritaran aún más.

Los siete chicos caminaban por todo el escenario mientras que yo apretaba con fuerzas mi mochila entre mis brazos y los miraba con total felicidad.

Empezaron a interactuar con las fans y internamente me moría cada vez más. Taehyung se acercaba.
Mi respiración se entrecortó y mi corazón latía más rápido que el motor de un Ferrari. Él estaba ahí, agachado en el borde del escenario, regalándonos esa sonrisa que únicamente él sabía hacer.

Se levantó, pero antes miró hacia el público, lentamente recorriendo las miradas de la gente que estaba más cerca, pasando por la mía y nos volvió a sonreír.
¿Un humano podía llegar a ser tan ideal? Pues lo confirmo, sí se podía.

Cantaron la última canción de despedida antes de irnos, mis ojos estaban repletos de lágrimas, hacía tiempo que no me sentía tan llena, aún que para sincerar, ellos siempre me daban lo que necesitaba.

Al terminar me levanté y agarré todo lo que había comprado, soltando un suspiro me di media vuelta y me dirigí hacia la salida.

— Gracias...— susurré en voz baja.

— Qué, ¿Cautivada? ¿Eufórica? ¿Enternecida?— dijo una chica la cuál no conocía.

— Algo así— repetí mi acción.

La chica me increpaba con tantas preguntas y yo, me empezaba a irritar. No es que me tenga por alguien impaciente, es que ella era una chica realmente pesada y cansina, cosa, que solo a pocos le gustaba.

Le di una falsa sonrisa y me alejé de ella, para irme en dirección a mi casa sin que ninguna persona interfiriera en mis pensamientos.

Al llegar, me tiré de un salto a la cama y mis ojos no tardaron mucho en cerrarse sintiendo la pequeña brisa de invierno que entraba por la pequeña apertura que había dejado en la ventana de mi habitación.

El despertador no paraba de sonar, significado que empezaba un nuevo día para mi.
Cómo siempre, hice la misma rutina; levantarme, desayunar, hacer la cama, vestirme y prepararme. Y por si se llega a pensar, no, no me lavo los dientes por la mañana, ¿Quién hace eso? pues solamente los que llevan aparatos dentales o son unos maniáticos perfeccionistas en la higiene personal, cosa que yo, no.
Ya tenía suficiente con lavarme los dientes por el mediodía y noche, cómo para malgastar más capas de mis blanquecinos dientes con pasta dental.

Antes de salir de mi apartamento me di un último vistazo en el espejo, no es que pensara que soy muy guapa, es que mi trabajo expone toda mi cara y cuerpo y no quiero estar hecha un horco. Repeiné con mis manos un poco mi cabello suelto y ¡listo! ya me podía ir a otra aburrida sesión de fotos.

Mientras estaba sentada en el autobús no pude evitar pensar en mi futuro, ¿Mi carrera cómo bailarina funcionaría? ¿Después de tanto esfuerzo e intentos fallidos lo conseguiría?, pues sinceramente no lo sé. Solo sabía que mi devenir estaba en las manos del "destino" cosa que nadie creía.

— Si te esfuerzas y das lo mejor de ti lo conseguirás— solía decir mi madre.

Esa frase resonaba como un altavoz en mi cabeza. ¿Era verdad que si quería hacer algo debía darlo todo y ya? tampoco lo sabía. Lo dejaría todo en manos del dichoso destino. Por que en ese momento no tenía ni una sola religión para rezarle a cualquier dios, me tenía a mí y a la realidad.

El autobús estacionó justo en la parada que me correspondía, apagué la música de mis cascos y bajé algo despreocupada. Moví mis pies en dirección a la empresa donde trabajaba, con una pequeña sonrisa me dirigí a la recepcionista y le dije;

— Buenos días Heein.

— Buenos días Elan, ten un buen día.— me miró agradablemente.

Heein era la recepcionista de la empresa, creo que a una mejor no podrían haber contratado, cae bien a todo el mundo y tiene un don para hablar con la gente, hasta con los más desagradables.

Terminando mi jornada de trabajo cerré la puerta del camerino dónde me habían peinado y maquillado para volverme a poner mi ropa de antes. Salí con mi mochila en mano y me encontré con algo que realmente no me esperaba.

— Oleada de fans— solté antes de apartarme del camino de esas chicas desesperadas.

Instantes después me intenté situar en lo que pasaba; chicas, merch que solo una verdadera fan reconocería y... ese exótico vestuario que solo ellos llevarían.

— Oh dios mío... ¡BTS está aquí!— gritó una chica.

Mierda, debería haberme lavado los dientes.

DESTINO - Kim Taehyung; BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora