𝑺𝒉𝒐𝒕𝒂𝒓𝒐﹅

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El calor estaba siendo sofocante, el vago aire del ventilador no estaba ayudando y el aire acondicionado estaba atascado, aunque le habías avisado a tu padre de esto dos semanas atrás te ignoro, alegando que así no llegaría una alta cuenta de luz.

Estabas a punto de tomar la segunda ducha de las últimas tres horas, pero una piedrita golpeando tu ventana llamo tu atención. 𝑆𝘩𝑜𝑡𝑎𝑟𝑜 apareció en tu vista con una playera holgada y su cabello revuelto como si se hubiese despertado hace unos minutos, —baja, vayamos a comprar algunos helados —grito.

Suspiraste y te arreglaste un poco, saliste viendo al pelinegro sentado en la acera, te regalo una sonrisa antes de tomar tu mano y empezar a caminar hacia la tienda más cercana. —Hace demasiado calor~ —te quejaste limpiando las pequeñas gotas de sudor que bajaban por tu ceja, Shotaro se encontraba de la misma forma hasta que una fresca brisa los calmo un poco.

Aunque su vista se detuvo en la forma en la que tus pechos se transparentaron debajo de tu playera dándose cuenta que no estabas usando sostén. Ahogo un gruñido y antes de poder perderse en lo bien que se veía el metal en tus pezones lo tomaste del brazo abriendo la puerta del negocio.

El frío aire relajo su cuerpo mientras comenzaban a ver todos los tipos de helados y bebidas en el contenedor, compraron uno de todos los sabores, pagaron y se despidieron de Jisung quien se encontraba trabajando su turno. —Deberíamos ir a mi casa —invito, aceptaste rápidamente sabiendo que habría aire acondicionado y no quedaba muy lejos de donde se encontraban.

Corrieron para que no se derritieran los helados y llegaron tomando grandes bocanadas de aire antes de deshacerse de sus zapatos en la entrada para subir a su cuarto alegando que sus padres estaban visitando a sus abuelos por lo que no había nadie en casa. Te lanzaste en su cama y te deshiciste de la envoltura de la paleta metiéndola a tu boca.

Shotaro se sentó a tu lado, viendo su celular por un momento para poner música y destapar la burbujeante soda que había escogido. Pasaron minutos en un cómodo silencio hasta que sus ojos volvieron a pegarse en tu figura, específicamente en tu lengua saboreando tu paleta.

Las gotas de helado derretido se acumulaban en tus hinchados labios y tú garganta subía y bajaba disfrutando del dulce sabor, sus ojos siguieron su recorrido notando el sonrojo en tus mejillas junto con las pocas pecas que las adornaban, hasta caer finalmente en tu brillante mirada.

¿Te gusta lo que ves? —susurraste metiendo por completo lo que restaba de la larga paleta, el hielo se deshizo en tu boca y soltaste un lascivo suspiro antes de limpiar cualquier resto con tu muñeca para después tirar la basura en el cesto cercano. Regresaste tu vista al chico con su pecho comenzando a subir y bajar rápidamente junto con el bulto de su entrepierna.

Estabas a punto de deslizar tu mano por su torso, pero la tomo y se posicionó sobre ti —deberías dejar de ser una mocosa, rogando por atención —siseo sobre tus labios antes de comenzar a besar tu cuello manteniendo tus manos sobre tu cabeza en un firme agarre, los pequeños jadeos que comenzaron a salir de tus labios delataron la sensibilidad que tu cuerpo sufría.

Cada roce de sus manos podía hacer que te deshicieras en gemidos rogando por algo más, casi obligándote a olvidar el abrumador calor que ahora solo se encontraba palpitando en medio de tus piernas, —por favor, Shotaro —pediste viéndolo a los ojos de la forma más inocente que pudiste.

Sabías que eso lo obligaría a deslizar cada prenda fuera de tu cuerpo hasta tenerte desnuda sobre su regazo, sintiendo la humedad y calidez de tu coño sobre la erección de la cual tuvo que hacerse cargo durante algunas semanas antes de poder tocarte por completo.

Tal vez fue la espera que hizo que sus movimientos tomarán la rudeza y desesperación necesaria para tenerte gimiendo patéticamente, —necesito tenerlos en mi boca, cariño —siseo antes de lamer lentamente tu caliente carne y el frío metal haciendo que su polla se estrujara dolorosamente deseando estar dentro de ti.

Las reacciones de tu cuerpo estaban sorprendiendo a ambos, jurabas que podrías correrte con la suficiente concentración y la forma en la que tus caderas se molían sobre él. —Sho~ creo qu-... —comenzaste a balbucear palabras sin sentido cuando sus labios se enroscaron completamente sobre tu pezón mientras sus dedos jugueteaban con el otro.

Quiero que te corras alrededor de mi —bajo un poco el elástico de sus pantalones haciendo espacio para que su pene saliera rebotando contra su abdomen, tu boca se hizo agua pero la necesidad de tenerlo dentro tuyo era mayor, así que rápidamente lo tomaste guiándolo a tu entrada hasta que sus caderas chocaron sin hacer algún otro movimiento, solo disfrutando la calidez de sus cuerpos fusionándose.

Su boca regreso a tus pechos, mientras tú disfrutabas la forma en la que sus prominentes venas acariciaban tus paredes y su glande tocaba tu punto, tus ojos rodaron detrás de tus párpados y tu lengua colgó de tus labios cuando guiaste su mano libre a tu pequeño e hinchado clítoris, comenzando con suaves movimientos circulares.

Mírate, tan bonita —susurro sobre tu piel bañada en su saliva admirando tu sonrojado rostro y tu cuerpo temblando acercándose cada vez más a tu liberación, pudo sentir tus paredes apretándose en su pene, junto con los lindos gemidos de su nombre convirtiéndose en agudos gritos de placer cada vez que su boca succionaba y sus dedos sobre tu manojo de nervios.

Hasta que con un pequeño empujón de sus caderas contra las tuyas y el delicado roce de sus dientes contra tu piel, hizo que el espiral de emociones explotara deliciosamente dentro de ti haciéndote chorrear sobre él. Tus brazos se enrollaron en su cuello con tus caderas rebotando sobre el ayudándote a llevar tu dulce orgasmo al final.

Has sido una buena chica, pero no hemos terminado —se burlo admirando las marcas en tu pecho y cuello, mientras poco a poco volvías a la realidad con espasmos atravesando tu cuerpo, aunque no dejo que descansaras acomodándote debajo de el antes de besarte desesperadamente.

—Has sido una buena chica, pero no hemos terminado —se burlo admirando las marcas en tu pecho y cuello, mientras poco a poco volvías a la realidad con espasmos atravesando tu cuerpo, aunque no dejo que descansaras acomodándote debajo de el antes d...

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𝐍𝐂𝐓 | STUFF -editandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora