𝐍𝐂𝐓 | STUFF -editando

lollipop; h. r.

҂ notas: uso de pronombre él y mención de caracteres sexuales masculinos. POV: RENJUN

Mierda, esto me estaba llevando al límite sin ni siquiera haber puesto un pie dentro de la situación, con tan solo escuchar como su mojada boca trabaja en aquella paleta que me había pedido hace unos minutos me estaba llevando a un profundo placer, lo peor de la situación era que no estaba enterado de lo que estaba causando en mi.

Porque así era él, sin la mínima intención ya me tenía duro y ansioso por tomarlo; mi vista no se aparto ni un momento, me encontraba cada vez mas concentrado en cada uno de sus movimientos, desde que la sacaba de su boca hasta que jugueteaba con su lengua, la metía lentamente mientras mantenía esa guerra de miradas que sosteníamos a la mitad de la sala.

—¿Qué tanto miras? —pregunto con un tierno puchero en sus labios que se mantenían brillosos por la saliva y dulce.

—¿Acaso no te das cuenta? —dije tratando de sonar lo menos ronco posible mientras mi mano bajaba lentamente hasta apretar levemente el bulto que se había formado entre mis piernas bajo su atenta mirada, involuntariamente soltó un pequeño jadeo que claramente escuche por el abrumador silencio que nos envolvía.

Volvió a posar la paleta entre sus labios para succionarla, sin poder contener mi claro deseo por él me fui acercando lentamente cayendo en cuenta que solo se encontraba con una de mis camisas que apenas y podía cubrir lo necesario, pose una de mis manos sobre su suave muslo causándole un respingo.—Chúpala, cariño —pedí en tono bajo para no soltar un gemido debido a la gran vista que estaba teniendo. Sus ojos solo reflejaba confusión, lo cual me hizo desearlo aún más, sin esperar tome su mano y la pose sobre mi dura erección, soltando la paleta gimió sonoramente; ejercí presión en su mano para que segundos después empezara a masajear, desde la base hasta la punta donde apretaba fuertemente sabiendo que eso me ponía demasiado.

No pude retener mis jadeos, por lo tanto empezó a meter su mano con ansias dentro de mis deportivos para tomar mi caliente erección entre sus suaves dedos con una pequeña sonrisa en sus labios debido al alto gemido que había soltado, nos sentamos correctamente sobre la alfombra y detuve sus movimientos para empezar a devorar esos dulces labios que siempre me encontraba deseando. —Por favor, Renjunnie —imploro en mi oído mientras sus caderas se restregaban encima de mi miembro, sin perder mas el tiempo me deshice de todas sus prendas esparciendo suaves besos por sus hombros y cuello mientras sus dedos se enredaban con mi cabello soltando leves suspiros, no podía aguantar mas necesitaba saciar mi deseo.

Pose dos de mis dedos sobre sus labios, con gran gusto los tomo y ensalivo, —te ves tan necesitado bebe — después de que estos estaban lo suficientemente mojados, los deslice hacia su rosada entrada, apenas había insertado uno ya se encontraba gimiendo agudamente pidiéndome mas, solo un par de minutos bastaron para que ya tuviera tres dedos bombeándolo fuertemente —mmgh...ren, necesito tu polla —gimió entrecortadamente en mi oído causándome corrientes de placer hacia mi hombría, me alinee en su entrada, metiéndome hasta que no había espacio alguno entre nuestros calientes cuerpos. Su interior era tan cálido y apretado que el placer me asfixiaba deliciosamente y sus gemidos me alentaban a seguir golpeándolo con fuerza.

—Ren...renjun, mas, más —gimió clavando sus uñas en mi espalda, las embestidas se volvieron continuas. El sudor empapaba mi frente debido a la velocidad con la que nuestros cuerpos se balanceaban de un lado a otro mientras mis rodillas raspaban en la alfombra, de sus labios comenzaban a salir maldiciones, sabía que estaba a punto cuando sus uñas empezaron a rasguñar mi espalda y su miembro que rebotaba sobre su abdomen tomaba un color más oscuro mientras derramaba gotas de pre-semen. Sus ojos vidriosos me miraban con reproche cuando salí de él, pero esa mirada cambio cuando tome su miembro sobre el mío para empezar a bombear salvajemente, mi cabeza daba vueltas y mi vista se ponía borrosa por lágrimas de placer retenidas —mierda... —gemí cuando sentí como su cuerpo empezó a temblar debajo del mío, deshaciéndose con gruesas cuerdas blancas manchándonos a ambos, basto de un húmedo beso con sabor a cereza para que mi clímax se apoderará de mi cuerpo.