𝐍𝐂𝐓 | STUFF -editando

𝑇𝑒𝑛﹅

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Los mensajes subidos de tono que te dejaba entre tus libros estaban enviándote al borde de la locura.

Donde siempre terminabas mojada al final de clases rezando por llegar a tu dormitorio y tocarte hasta saciarte pensando en él, imaginando la sensación de sus suaves dedos recorriendo lentamente cada parte de ti, manteniendo en tu memoria los toques debajo del escritorio y los besos que compartían al final del pasillo.

Toda esa tensión se estaba acumulando poco a poco y él parecía disfrutar la frustración que sentías de tenerlo entre tus piernas.

Pero sus planes se vieron jodidos cuando tu empezaste a jugar de la misma forma, siempre ansiaba que te sentaras a su lado para mantener su mirada fija en el pizarrón mientras tu pequeña mano apretujaba su miembro mordiendose el labio para no soltar ni un gemido, o esas veces dónde restregabas tu cuerpo descaradamente contra él cada vez que se encontraban solos en la biblioteca.

Después de días pensándolo necesitaba follarte de una buena vez, su único problema eran los guardias de seguridad que se encontraban en todo el puto campus evitando que cualquier chico entrase al dormitorio de las chicas y viceversa, —supongo que eso lo hace aún mas excitante —susurraste sobre su oído después de que te acorralara en tu casillero contándote el plan.

El gimnasio había sido el lugar acordado, debajo de las gradas lo cual era para nada romántico pero de alguna forma debían hacerlo antes de volverse locos por completo.

La oscuridad reinaba en el lugar mientras seguías caminando volteando a todos lados evitando ser vista hasta que una gran mano te jalo haciéndote chocar contra su firme torso —vienes lista ¿cierto? —su caliente aliento chocando contra tu nuca te había sacada un gemido y Ten creía que con solo escucharlo su pene se endurecía aún más palpitando dentro de su pantalón.

Sus dedos masajearon tus muslos llegando hasta tu zona haciendo deliciosos círculos sobre la fina tela la cual hizo a un lado abriendo tus pliegues con su dedo medio, —ya estás demasiado mojada pequeña perra —tu no podías hacer nada más que aferrarte a sus brazos que rodeaban tu cintura mientras restregabas tu trasero contra su dura erección sacando jadeos por parte de ambos.

Dos de sus dedos se mantenían jugando en tu clítoris esparciendo húmedos besos en tu sensible cuello, —mgh... por favor Ten~ —gemiste entrecortadamente, tu mano se abrió paso por sus cuerpos hasta llegar al resorte de pantalón bajándolo un poco hasta liberar su pene y empezar a esparcir el pre-semen sobre su punta.

Como pudiste te liberaste de sus brazos y empezaste a bombear rápidamente su miembro tal como lo había soñado, no pudieron soportar más y sus labios se acariciaron violentamente mientras sus manos ahora trabajaban en tus endurecidos pezones debido al frío, —¿estás hambrienta por el pene de papi? —pregunto separándose con un fino hilo de saliva juntando sus bocas, te tomó firmemente de los muslos haciéndote enredar tus piernas en su cintura, desgarro tus bragas y no te dio tiempo de reprocharle cuando ya lo tenías penetrando tu entrada duramente.

Los gemidos salían ahogados, simplemente fue una explosión de placer que los hizo temblar, por fin se había roto la tensión de una forma que los tenía pidiendo por más, perdieron la noción del tiempo mientras su pene seguía moliendote y sus oscuras miradas prendidas en lujuria se mantenían conectadas.

Esa noche llegaste a tu dormitorio con las mejillas ardiendo en un rosado tono y sin bragas mientras el frío viento palpaba tu zona, Ten por otro lado no pudo sacar las calientes imágenes de su mente recordando cada facción de tu cara hundida en placer teniendo que tomar una fría ducha. Sin duda alguna el deseo nunca desaparecería junto con las frías noches en las que terminaban bañados en sudor y temblando después de haber tocado la cima juntos.