24 de diciembre del 2010.
La puerta hizo un sonido espeluznante cuando fue abierta, el polvo y los los crujidos no eran de a menos. ¡Aterrador!
Eso fue lo que pasó por la mente de las dos chicas que, con el corazón acelerado, entraban a la inmensa casa.—Jo, esto no era exactamente lo que estaba cuando dijiste que llevaba años abandonada.
—Na, no importa, no es como si lo hubiera sabido tampoco, el viejo solo dijo que estaba algo desaliñada.
—Ya, desaliñada—la del cabello negro como la brea, respondió, media enojada media sorprendida por ver lo estropeada que se encontraba el lugar recién arrendado.
La otra chica, más bajita y regordeta, con un precioso cabello rubio cayéndole por los hombros hasta la cintura, caminó a lo largo del corredor iluminado por el sol que se filtraba de las ventanas.
—Es extraño...—la pelinegra, moviéndose con cautela, viendo por todos lados por su temor a los insectos, susurró para si misma.
—¿Qué es extraño?—la rubia la había escuchado.
—Es... No sé, este lugar es espeluznante, supongo porque ha estado deshabilitado por años, pero al mismo tiempo da tranquilidad, ¿cómo explicarlo?
—¿Te refieres a que por más que esté en mal estado no hay una áurea oscura? ¿Que se siente tranquila?
La pelinegra quedó de pie en medio a la sala, lejos de su compañera que había subido las escaleras al segundo piso.
—¡Exacto! Podría dormir aquí y sería con una paz interior extraña. No sé, mujer, quizá me esté volviendo loca.
Desde arriba, la amiga exclamó riéndose: —¡No estaría muy segura de eso! ¡¿No haz escuchado lo que se dice de este lugar?!
La pelinegra rodó los ojos, sabiendo como era su amiga y como la mayoría de veces inventaba cualquier tontería para jugarle sus bromas pesadas.
Así que no respondió, soltó el bolso en la mesa de madera podrida de la sala, y observó con más atención lo que sería su futura casa junto a su compañera. No estaba mal, se dijo, una buena limpieza y quedaría como nueva, en fin de cuentas era grande y estaba bien posicionada en el mapa de la ciudad, habían supermercados cercas y escuelas, y aunque ahora no tenían en mente adoptar, quizá en un futuro podría suceder. Nunca se sabía.—¿En serio no haz escuchado lo que se dice de este lugar, Marie?
Marie, la pelinegra, miró hacia su novia cuando ella volvió bajando las escaleras—¿Estás queriendo jugar conmigo una vez más? Esta vez no te sales con la tuya—enarcó una ceja.
—Uhm, uhm—negó—No es una broma, hablo en serio, ¿No leíste sobre aquél viejo misterioso que vivió aquí? Solo y encerrado por el resto de sus días, dicen que deliraba y que por las noches ponía música romántica a todo volumen para bailar con su difunto marido, quién por cierto, se suicidó en la bañera—ella puso cara de pocos amigos, completamente seria—Aunque... Quizá fue él mismo quien lo asesinó, ¿no crees? O quizá no estaba loco y realmente bailaba con su fantasma... O quizá... ¡Bho!
Marie sobresaltada por el susto, cayó sentada sobre una pila de viejos periódicos y cuadernos viejos que no había notado hasta este momento.
—¡Dios mío, Ángela! ¡Estás loca!—con el corazón en el pecho respiró hondo. Era miedosa, eso no era algo nuevo, y al parecer su pareja le gustaba sacar provecho de ello—Tonta—bufó quitando el cuaderno de tapa dura que había lastimado su trasero al caer.
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El diario de un fantasma | Kookmin FINALIZADO.
FanfictionHay un diario que guarda los sentimientos dolorosos de alguien que una vez experimentó el verdadero amor. Porque dicen que solo una vez se enamora el alma, pero lo que no dicen es que hay amores sempiternos, e incluso si el corazón de un amante dej...