La otra cara de la montaña

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Pol, Kira y Aina llevaban tres horas agarrados de sus respectivos pollos, volando por encima las tierras de la montaña. Cuanto más se acercaban a la otra cara, cada vez hacia más frio. También era cierto que al haber pocos panteones, Vicenç Aguilar enviaba poca luz divina. El cielo era aún más nublado que la región montañosa en la que residian, enormes nubes grises dominaban las alturas.

-Los pollos están cansados.-dijo Pol.

-¿También te lo han dicho por privado, como lo de manolo en el tercer capítulo?-preguntó Kira-.

-No, ¿pero quien no estaria cansado después de cargarnos 3 horas?

-Tienes razón-murmuró Kira-. Estamos sobrevolando un bosque de avetos. Podemos bajar y hacer una fogata, ya que estamos.

Los tres bajaron hasta la espesura del bosque. Pol empezó a cortar leña con su lanza, Kira se quedó junto a Aina, quien parecía realmente decaida. El ambiente del grupo era relativamente incómodo, nadie hablaba y la desconfianza se sobreponia sobre ellos.

Finalmente hicieron su fogata y contemplaron las llamas en silencio. Finalmente Kira habló:

-Pol, ¿Quien es exactamente Vicenç Aguilar?

De pronto, la tierra empezó a temblar. Aina, Kira y Pollopez se pusieron en posición de ataque, pero su enemigo era incombatible: una avalancha de nieve se les aproximaba desde la pendiente de la montaña.

-¡Mierda!-maldijo Kira-. A tomar por culo la tranquilidad.

Pollopez invocó con su lanza una enorme ola que chocó contra la nieve, derritiéndola. Cuando el peligro pasó, observó dos sombras en la lejania, vestidos con gruesos abrigos.

"No ha sido un accidente...", Pensó, "han intentado matarnos, el desprendimiento ha sido provocado".

Pol agarró su lanza con fuerza y empezó a correr hacia las figuras de negro en la lejania. La subida era muy empinada, pero el entrenamineto de Pedro-Sama pareció servir de algo: sus fuerza era la de un gallo indonesio, y su resistencia la de un pez de las profundidades. Era imparable.

Una de las sobras, al ver a Pollopez invocó su lanza-misiles soviético. Pol esquivó el explosivo y corrió más rápido hacia ellos. Uno de los hombres soltó el saco que llevaba para poder correr mejor. Pol al cabo de unos minutos llegaría hasta ellos, pero algo llamó su atención: el saco que habian soltado se movia. Dejó escapar a los dos hombres y corrió hasta el saco, que yacía en la nieve. Al abrirlo, una chica de pelo corto y oscuro vestida con el mismo uniforme de emisaria que Ashlee se encontraba inconsciente.

Cristina, la antigua portavoz, había sobrevivido a la caída.











"¿Donde estoy?", Pensó Cristina. Le dolia el cuerpo. "Estaba en la nieve... Herida... Hacía frio".

Lentamente abrió los ojos. Delante suyo había una gran fogata. Kira estaba tirando más ramas al fuego, Aina se encontraba sentada en una esquina junto a Pol.

-¿Eh?-Kira se volteó hacia Cristina-. ¡Chicos, ha despertado!

Cristina parecía asustada. No comprendía donde estaba.

-¿Estás herida?-preguntó Kira a su lado-. ¿Quienes eran esos tipos?

Cristina no entendia de que hablaban. ¿Que tipos? Perdió el conocimiento y luego... Observó a su alrededor, reconoció la lanza de Pol.

-¡No confio en ella!-dijo Pol-. ¿No es así, emisaria?

Kira y Aina parecían sorprendidas, Cristina estaba asustada.

-¿Eres una emisaria?-dijo Kira llevando su mano a la plumilla-.

-¡Por favor no!-suplicó Cristina-. Quiero.... Quiero vivir.... Pensé que estaba muerta.... Deberia estar muerta.... De algún modo sigo aquí.

Pol dejó su lanza y se sentó junto a Cristina, parecía asustada. ¿Como había acabado allí?

-Jordi...-murmuró Cristina-. Él... Nos engaña a todos...

-¿A que te refieres?-dijo Kira-.

-Los emisarios... No somos los portavoces de Vicenç.... Somos los portavoces de Jordi.....

Kira parecía impactada, Pol resultó implacable.

-¿Vicenç Aguilar... No existe?-preguntó Kira. Era difícil de asimilar-.

-No estoy segura.-dijo Cristina-. Los emisarios solo tenemos permitido estar en las cumbres... La puerta que nos lleva a la cima está sellada. Jordi dice cruzarla para hablar con Vicenç... Pero yo lo seguí. Simplemente se quedó allí plantado, no abrió la puerta.

-¿Entonces... Vicenç Aguilar es falso?-murmuró Kira-.

-Sea como sea.-dijo Cristina-. No os deberia haber contado nada... Jordi no sabe que estoy viva.

Cristina soltó una lágrima. No comprendía como su vida había terminado así. Sus compañeros, su hogar en la cima... Ya no podría volver.

-¡Exiliado!-gritó Cristina refiriéndose a Pol-. ¡Toma tu lugar en la cima! ¡Jordi te tiene miedo! ¿Sabes que hay detrás de esa puerta? ¿Sabes si Vicenç es real?

Pol no respondió, durante toda su vida vio a los emisarios como sus enemigos. Primero Pedro, ahora Cristina... ¿Quien era el villano en verdad? Después de todo, él era quien habia destruido el orden en la montaña.

-¡Pol!-Kira agarró a Pollopez por el cuello, Pol no se inmutó-. ¿Vicenç existe? ¿Si no es así, para qué hemos estado luchando?

-¡Vicenç Aguilar existe!-dijo Pol seriamente-. ¡Él es el motivo de nuestra lucha! Cristina, no se que sabrás tú, pero detrás la última puerta se encuentra Vicenç.

-¿Me lo prometes?-murmuró Kira-.

-Vicenç existe.-afirmó Pol-.

Cristina parecía frustrada y a la vez aliviada de haberselo contado a alguien. Empezó a reir y a llorar a la vez. Que irónico que un exiliado supiera más de las cumbres que ella.

"Pollopez", pensó, "el exiliado que reclamará su lugar en el panteón... No hay duda, es él".

Kira tendió la mano a Cristina. Ella parecia querer darle la mano, pero en su lugar, se levantó, ocultando su mano en el bolsillo de su uniforme de emisaria.

-Nosotros queremos cambiar este mundo.-dijo Kira-. ¿Quieres ser parte del gran cambio?

Cristina sonrió. No estaba segura pero... Tal vez volveria a tener un motivo por el que vivir.

De pronto, un gallo albino corrió entre la nieve y aterró sobre el brazo de Pol.

-¡Kira, Aina!-gritó-. Manolo nevado ha encontrado un campamento militar que no sale en los archivos de los dioses.

-¡És la base militar de "ella".-dijo Aina-. La líder de la mafia divina, дочь Путина.

-¿дочь Путина?-murmuró Cristina-. Ella ayuda a los emisarios con proyectos para Jordi. ¿Ella es de la mafia?

-No hay duda.-dijo Aina-. Es quien hace que gane las elecciones cada cuatro años.

-En ese caso.-murmuró Pol-. Si la cueva que dice Aina existe, una vez acabemos con su mafia, llegaremos directamente hasta Vicenç.







Archivos de las cumbres:

Mafia divina:

Con influéncias de la antígua mafia soviética de los mortales, antes de la activación del Nexo y la creación del mundo divino/mundo astral.


ATAQUE A LA CIMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora