Kira, Aina, Pollopez y Cristina volaban encima de Manolo, besto husbando y furro verdadero. Pol no sabia que hacer: ya casi habían llegado hasta Vicenç, pero mucha gente había muerto.
"Aún no ha acabado", pensó mientras aterrizaban cerca de la enorme cueva, "Edgar, más te vale por tu pene que hayas logrado recuperar el arma ancestral".
Todos se sentaron alrededor de una fogata. Manolo estaba exhausto, Pol se alegraba de que hubiera vuelto. Kira, por su parte, parecía preocupada por las cicatrices de Cristina: las tinieblas ya se llevaron muchas vidas anteriormente.
-Manolo.-dijo Pollopez, aún tratando de asimilar la masacre vivida hace poco-. Gracias por volver. ¿Donde estuvidte?
Manolo observó la lejania. Pollopez lo entendió perfectamente, por algo era el dios de todos los pollos y todos los peces.
-¿Como?-preguntó.
Según Manolo, su gran montaña no era ls única. Más allá del horizonte, habían más montañas, más dioses. Tal vez cientos, miles.
La suya era la única que tenia a un dios de dioses. La suya era la única donde se encontraba el nexo.
Archivos de las cumbres:
Nota de la autora:
Han pasado cosas últimamente. Sé que estos son documentos oficiales, pero dejaré aquí ayudas para el siguiente que lo lea. Sospecho que Jordi nos está engañando. Mañana lo seguiré hasta la cima. Quiero ver a Vicenç Aguilar con mis propios ojos
-Cristina, portavoz del dios de dioses, emisaria de alto rango, las cumbres.
ESTÁS LEYENDO
ATAQUE A LA CIMA
PoesíaLas cadenas se romperán. El exiliado ascenderá. [Parte segunda]
