Doceavo suspiro

368 55 27
                                    

Doceavo suspiro:

Cuando llegué a este hospital, Lotty me dejó muy claras dos reglas que aún hoy siguen vigentes:

1. No puedo saltarme ni una sola consulta médica, o de lo contrario ella aumentará el número de calorías en mis platos y subiría mis dosis de medicamentos (eso quedó particularmente claro, razón por la que no he faltado a ninguna sesión con Killian aunque las detesto).

2. Puedo recorrer libremente el área de casos especiales. Es decir, el piso tres; específicamente el ala este y el espacio común. El resto del hospital está prohibido.

Mis amigos recibieron las mismas reglas en su momento y, hasta entonces, las hemos cumplido. Claro que llega un punto en el que toda regla se vuelve un reto y, cuando pasas mucho tiempo en un mismo lugar, los retos se convierten en la única fuente de diversión capaz de distraerte del encierro.

Así que aquí estamos: dos esqueletos, un fantasma, un rarito y una chica hermosa rompiendo una regla, solo porque estamos sedientos de retos y hartos de nuestro encierro.

Lástima que los retos dentro de este hospital resulten ser tan...decepcionantes.

—Es exactamente igual a nuestro piso —señala Maggie, aunque eso es algo que ya todos notamos —. Mismas luces, mismos colores en las paredes, mismos pasillos...Vaya mierda de creatividad tenían los arquitectos de este hospital.

Pues sí, eso es algo que no le puedo discutir a mi margarita. El piso cinco—porque sí, fuimos lo suficientemente atrevidos como para subir no uno, sino dos pisos—resulta ser idéntico al nuestro, con la pequeña diferencia de que los pasillos aquí son un poco más concurridos. Nos abrimos paso entre la gente, intentando vernos tal y como las otras personas, pero lucir normales no es algo a lo que estemos acostumbrados. Algunas personas se nos quedan viendo mientras van caminando hacia sus consultas y resulta casi imposible ignorar sus miradas. Aún así, ellos siguen su camino y nosotros el nuestro.

Parece que ignorar es un arte que enfermos y sanos manejamos bastante bien.

—Vamos, esqueleto. No seas aguafiestas —dice Jacob, quien camina con más normalidad que nosotros. Tiene sus manos en sus bolsillos y parece completamente relajado —. No arruines el momento. Hacemos esto porque está prohibido, porque no se supone que estemos aquí ¿Acaso no sientes la adrenalina?

—Lo que siento es frío gracias a esta cosa —se queja ella, señalando el atuendo que trae puesto —. No sé porqué dejé que me convencieran de usar este ridículo vestido.

—Ridículo es que te quejes cuando te ves preciosa.

—Cállate, Everton.

—Tu siempre tan dulce. Es por esos hermosos comentarios que hacerte cumplidos siempre resulta un placer para mi, Margaret.

Ella bufa ante su sarcasmo, cosa que parece complacer a Jacob porque sonríe tan pronto Maggie rueda los ojos. 

No, todavía no sé cómo decirle a mi amigo que ninguno de sus hermanos es compatible para donar su médula ósea y salvarlo. No, aún no tengo idea de cómo actuar con respecto a ser el único entre nosotros que sabe lo bajas que son las esperanzas de vida de Jacob en este momento. No, tampoco sé si encontraré una forma de lidiar con todo esto. Por ahora, ignoraré que sé todo lo que en verdad sé y me concentraré en este decepcionante reto.

Resulta que ignorar es un arte que yo domino a la perfección.

Siento un suspiro a mi lado y volteo de inmediato a inspeccionar a Ume. Mi novia, que al inicio de esta aventura estaba particularmente emocionada de hacer cosas prohibidas, ahora se ve demasiado cansada y algo pálida para su color de piel, que suele verse un poco más café de lo que se ve ahora. Su mano se siente sudorosa contra la mía y me preocupa que se tambalea un poco al caminar. La quimioterapia le provoca mareos y náuseas; a veces el día después de aplicársela, a veces unas horas luego del final del tratamiento. Es doloroso e impredecible, pero puedo notar justo ahora que está comenzando a sucederle.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 28, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cuatro veces hasta luego || P.E 0.5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora