Capítulo 5 - Aroma a vainilla

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Ambos se miraron confundidos y algo incómodos. Yamaguchi bajó la cabeza pensando por qué intentó ir con Kuroo en vez de con él y le entristeció creer que compartir asiento le molestaría. Lo que menos quería en ese momento era complicar las cosas entre ellos.

Tsukki recordó entonces aquel día en el vestuario y cómo le dolió a Yams el hecho de que tratase de alejarse o fuese frío con él, así que le quitó la mochila a Yamaguchi y la metió en el porta equipajes del bus.

El minímo contacto que tuvo su piel con las manos de Tsukki hizo que sus pulsaciones se detuvieran por un momento para volver a latir con más fuerza todavía, llevando la sangre a sus mejillas y tiñéndolas ligeramente de rojo.

Tsukkishima se dirigió a las escaleras para subir al autobús. Ya con un pie en el primer escalón, Tsukki se giró y le hizo un gesto a Yams con la cabeza para que subiera. Esto extrañó mucho a Tadashi, que, tras volver al mundo real, no logró retener una pequeña sonrisa.

Al llegar al pasillo, Tsukki dejó que Yamaguchi se sentase primero, para dejarle el sitio de la ventana. A Tadashi le encantaba ver el paisaje en los viajes largos, todavía lo recordaba. A Yams le hizo mucha ilusión saber que seguía acordándose de aquello, pero seguía sin saber cómo mirarle.

Después de acomodarse en sus asientos, ambos desviaron la mirada y no dijeron ni una sola palabra. Yamaguchi metió la mano en uno de los bolsillos de su pantalón gris para sacar su MP4 y se puso los cascos. De todas formas, no iban a hablar.

Antes de que el autobús se comenzase a mover, miró de reojo a Kei, que tenía la vista perdida y parecía muy desanimado. Le pasaba algo

-YAMAGUCHI: ¿Estás bien?

-TSUKKISHIMA: Sí.

  Claro. Tsukki no es de esas personas que hablan de sus sentimientos. No se le da muy bien.

Entonces, el bus arrancó justo después de que Daichi les diera las últimas instrucciones para el viaje. Sinceramente, no había prestado atención. ¿Iban a estar 2 horas así? No. No podía dejarlo estar. Yams se armó de valor para quitarse un auricular y tendió su mano para ofrecérselo.

-YAMAGUCHI: ¿Quieres?

  Tsukki le miró aturdido y asintió al tiempo que se lo colocaba en el oído. De camino a recoger al equipo del Nekoma, ambos escucharon música juntos, aunque se podría decir que ni siquiera se dieron cuenta de las canciones que sonaban. Cada uno estaba centrado en una cosa: mientras Yams observaba el paisaje, Tsukki no podía dejar de contemplarle. Era casi hipnótico ver el la tranquilidad que reflejaba el rostro de Tadashi en ese mismo momento.

  Se encontraban a unos 10 minutos del centro de aquella gran ciudad y la temperatura bajó drásticamente. Yamaguchi empezaba a tener un poco de frío. Cuando Kei le cogió la mochila, se le olvidó sacar la sudadera, que ahora se encontraba en la parte trasera del bus. Un poco más tarde, Yams empezó a temblar ligeramente y, aunque su cabeza le decía que no lo hiciera, se acomodaba en su asiento una y otra vez mientras se acercaba ligeramente al sitio de Tsukki, hasta que sus brazos se empezaron a rozar.

-TSUKKISHIMA: Pero ¡Pero si estás helado!

  Tsukki se apartó bruscamente mientras un escalofrío atravesaba su cuerpo. No sabía si era por el frío de Yamaguchi o por el simple roce contra su piel, pero le sorprendió tanto que se podría decir que había saltado, quedándose al borde del asiento. Justo antes de que la mente de Yams se llenara de ideas equivocadas, Tsukki se quitó la chaqueta de estampado de leñador que llevaba atada a la cintura.

-TSUKKISHIMA: Toma anda.

  La mano de Tsukki dejó caer su chaqueta por encima de Yams, quien se tapó la cara en cuanto pudo porque no logró evitar sonrojarse.

A tu lado - TsukkiyamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora