-YAMAGUCHI: Y-Yo Siempre trato de estar contigo Intento hacer que te rías, que te lo pases bien. Pero tú nunca notas nada.
Tsukki estaba bastante confundido. ¿De quién estaba hablando? No lo sabe todavía, pero en cuanto lo averigüe irá directamente a hablar con esa persona. Yamaguchi no merecía estar llorando por nadie y no iba a permitirlo.
-YAMAGUCHI: ¿Tanto te cuesta sonreírme de vez en cuando? ¿No puedes mostrarme cómo te sientes porque no confías en mí? ¿Es eso? No puedes ni siquiera llamarme o escribirme como haces con Kuroo. ¿Qué te ha pasado Tsukki? ¿He hecho algo mal?
Tsukkishima no era capaz de creerse lo que acaba de escuchar. Estaba acostumbrado a ver cómo Tadashi lloraba porque alguien se había metido con él o porque había visto una serie triste y no había podido evitar ponerse sentimental. Yams era alguien muy sensible y Tsukki estaba acostumbrado a protegerle, pero ser el motivo por el que lloraba le sorprendió enormemente y le dolía. Le dolía mucho.
No pudo siquiera articular una palabra. Sus gafas estaban empezando a empañarse. Cogió su chaqueta y decidió salir corriendo a tomar el aire. Con los ojos rojos e hinchados, Tsukki se sentó en la hierba húmeda. Hacía mucho frío fuera, pero se quedó con la prenda de abrigo de la mano, no podía pensar en otra cosa más que en lo que acababa de escuchar.
-TSUKKISHIMA: Yams... ¿En serio te sientes así?
Cada vez se colaban más lágrimas por debajo de los lentes de Tsukki. Nunca pensó que podría llegar a hacerle daño.
-TSUKKISHIMA: Claro que me gustaría poder hablarte como si nada, pero no puedo. Me encantaría pasar un rato contigo sin ponerme nervioso y desearía poder contarte cómo me siento sin que me tiemble la voz al ver tu mirada posarse en mí tan atentamente y tu sonrisa intentando calmarme sin ningún efecto. Tú y tu presencia hacen muy difícil todo eso y no sé muy bien por qué.
Yamaguchi decidió lavarse la cara y despejarse antes del calentamiento para que nadie notase nada. Después de cambiarse, salió de los vestuarios hacia la pista.
-SUGAWARA: ¿Yamaguchi sabes dónde se ha metido Tsukkishima?
Tadashi recordó entonces haberle visto entrar en el gimnasio, por lo que fue a los cambiadores a buscarle sin éxito. Yams se asomó a una de las pequeñas ventanas con barrotes y vio allí a Tsukki, sentado en el suelo y mirando a la nada.
-YAMAGUCHI: Suga, Daichi, voy a fuera un momento. Empezad sin mí.
No sabía qué estaba haciendo Tsukki allí, pero tenían que entrar enseguida o el capitán se enfadaría. Según se iba acercando se daba cuenta de que algo no andaba bien. Kei estaba con las rodillas pegadas al pecho y parecía estar... ¡¿Estaba llorando?! Efectivamente, varias gotas de agua se resbalaban por sus mejillas. Era la segunda vez en toda su vida que veía a Tukkishima llorar.
-YAMAGUCHI: T-Tsukki...
Le partía el corazón verle así. Yamaguchi decidió sentarse a hablar con él para ver qué le ocurría. Tenía bastante frío, pero ahora eso no importaba.
-YAMAGUCHI: ¿Qué haces aquí fuera?
-TSUKKISHIMA: No lo sé.
Kei se quedó mirándole con una falsa sonrisa en su rostro. Se le entrecortaba la voz entre el frío y las lágrimas. No podía verle en ese estado. Era demasiado doloroso. A Yams le sorprendió mucho encontrarle tan vulnerable. Yamaguchi sabía que a Kei no le gustaba el contacto físico, pero no se pudo contener y decidió abrazarle tiernamente para tratar de calmarle.
Tsukki notó sus brazos rodeándole cálidamente y su pulso comenzó a acelerarse de forma repentina. No entendía qué estaba sucediendo, ni por qué sentía mariposas en su vientre. Esta sensación tan extraña le abrumaba. Unos segundos más tarde, sintió el calor en su rostro y, de inmediato, apartó a Yamaguchi, desviando la vista a otro lado para ocultar sus mejillas sonrosadas.
-TSUKKISHIMA: Estás helado.
Yams quedó algo confundido. Acababa de abrazarle y no le había llamado idiota, ni se había mostrado enfadado, ni siquiera parecía molesto. Aunque le había apartado, parecía que Tsukishima sí necesitaba ese abrazo, porque se habían quedado un rato así antes de separarse.
Yamaguchi estaba incorporándose para ponerse de nuevo en pie, pero entonces, Tsukki le posó delicadamente su chaqueta sobre los hombros para que se quedase un rato más sin pasar frío.
Yamaguchi notaba que, dentro de su delgado y delicado cuerpo, algo estaba a punto de explotar. Jamás hubiese imaginado que Tsukki tuviera un lado tan... ¿Dulce? No sabía muy bien qué le había hecho actuar así, pero esto le hizo sonrojarse hasta el punto de parecer un tomate.
Mientras tanto, la mente de Kei no paraba de intentar procesar todos los sentimientos que había tratado de ocultar evitando e ignorando a Yams.
"Yo no sé tratarte como te mereces, como quieres, como necesitas... Es por eso que no entiendo por qué no te buscas a otro mejor amigo. Hay muchas personas mejores que yo, que saben cómo actuar contigo y seguramente te entiendan mejor que yo. Cualquiera te podría gustar, no me entra en la cabeza por qué me elegiste a mí..."
-TSUKKISHIMA: ¿Por qué yo?
-YAMAGUCHI: ¿T-Tsukki?
No se había dado cuenta... ¡Acababa de decir eso en voz alta! No pudo evitar avergonzarse e intentar tapar su cara, ya de por sí enrojecida, con el cuello de la camiseta.
-YAMAGUCHI: ¿Qué quieres decir?
-TSUKKISHIMA: N-Nada.
Lo entiende, no puede confiar en él. Siempre lo ha sabido, pero supongo que duele más escuchar cómo la persona por la que no deja de preocuparse ni un segundo no es capaz de confesarle que no está bien. Si él puede hacerlo cuando necesita ayuda, ¿por qué Tsukki no? Yamaguchi bajó la cabeza, decepcionado y disgustado a la vez, mientras le devolvía la chaqueta con una sonrisa triste.
-YAMAGUCHI: Si no quieres contármelo no pasa nada, supongo.
-TSUKKISHIMA: No. No es eso.
-YAMAGUCHI: ¿Entonces?
-TSUKKISHIMA: Solamente... No entiendo por qué sigues aquí.
Yams lo miró confundido. ¿Está pidiéndole que se vaya?
-TSUKKISHIMA: En verdad no te merezco, sé que algún día te darás cuenta y tengo miedo de que llegue ese día.
Tsukki se levantó calmado, decidido a entrar de nuevo al gimnasio para evitar oír lo que temía, que tenía razón... Entonces, Yamaguchi reunió el coraje suficiente para agarrar a Tsukkishima de la muñeca y retenerle solo un poco más.
-YAMAGUCHI: ¿Por qué dices eso? Qué tontería.
-TSUKKISHIMA: Hazme caso Yams, sé de lo que hablo.
-YAMAGUCHI: No. Hazme caso tú a mí. Te estoy diciendo que es una chorrada. Tú siempre serás mi mejor amigo, da igual lo que pase.
Por alguna razón, a los dos les dolió infinitamente esa frase, o más bien esas palabras: "mejor amigo". Para mucha gente esto hubiese sido una confesión conmovedora y emotiva, pero para Tsukki fue un golpe de realidad y para Tadashi fue un recordatorio de lo que tenía que grabarse a fuego todos los días para no cometer ninguna estupidez.
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A tu lado - Tsukkiyama
FanfictionDos jugadores de voleibol (aparentemente idiotas) no se dan cuenta de que la "amistad" que trataban de salvar era en realidad el resultado de sentimientos enterrados y promesas infantiles. Todo el equipo menos ellos notan la enorme tensión que hay...