The Cure |Diakko| [AU]

XXVIII

POV AKKO

Una semana después

"Kagari vamos" Ya me empezaba a acostumbrar, mi mamá venía todos los días a las horas de visita, pero esta vez nos dirigíamos a un cuarto totalmente diferente, cuando entramos Lotte estaba con el detective.

"Lotte" Corrí hacía ella "¿Qué haces aquí?".

"Akko no pensaste que te dejaría acá metida ¿No?" Dijo apretándome a ella.

"Las dejo solas" El detective salió del cuarto.

"¿Cómo estás?.

"Bueno, no muy bien" Sentí un nudo en la garganta de solo pensar en Diana.

"Ella te dejó".

"Si".

"Lo siento Akko" Tomó mi rostro con sus manos "Sabes que nunca fue esa mi intención".

"Lo sé".

"¿Cómo están Bárbara y Sebastián?".

"Bien, por fin viviendo libres" Una sonrisa se dibujó en su rostro, se veía tranquila "Al igual que tú".

"¿Cómo?".

"Bueno es más importante tener una persona que sabe de algunos contactos que manejaba Andrew a una chica linda que lo único que hace es llorar en su celda" Dijo sonriendo aún más hacía mí.

"Idiota" Le dí un golpe en el brazo.

"Mira Akko el detective y yo hemos hablado, todo está listo para que salgas hoy mismo de esta cárcel".

"Lotte gracias" Tenía una extraña sensación, era agridulce.

"No Akko, era mi deber, además ya te lo dije, te amo y haría mucho más por ti de lo que imaginas" Se acercó a mí y sentí sus dulces labios, fue un beso tierno, con las frentes aún juntas, sonreía por primera vez en mucho tiempo.

"Vendré a visitarte" Frunció el ceño "No, es verdad" Dije tratando de convencerla que estaría ahí para ella, como ella había estado para mí.

"Te creo" Se separó de mí y me dio la espalda "Pero no estaré acá".

"Bueno, dónde quiera que estés iré a verte" La tomé de una mano, para que volviéramos a estar frente a frente.

"Akko, de ahora en adelante seré un testigo bajo protección".

"Pero" El detective entró al cuarto impidiéndome seguir hablando.

"Es hora Lotte" Lotte miró hacía él y asintió con la cabeza.

"Ok" Fue lo único que dijo.

Se acercó a mí y volvió a poner un dulce beso en mis labios "Adiós Akko cuídate y sé feliz" Era la segunda vez que alguien se despedía de mí en menos de un mes, y dolía mucho, yo miré al detective.

"No te preocupes, estará bien".

Salieron del cuarto y me dejaron sola, estuve sentada un rato esperando a que viniera el guardia por mí y devolverme a mi celda mientras me dejaban salir.

"Bien Kagari" Dijo el guardia entrando con todas mis cosas y algo de ropa "Tu madre te trajo esto y aquel de allá" Dijo señalando una puerta "Es un baño, cámbiate rápido" Hice lo que me dijo y me cambié de ropa, que bien se sentía volver a vestir normal.

"Listo".

"Muy bien, vamos" Me llevó hasta una oficina, donde estaba de nuevo el detective pero esta vez estaba solo.

"Siéntate Akko" Me pasó unos papeles.

"¿Qué es esto?".

"Es dónde firmas que Lotte amenazó con matarte si contabas algo".

"No" Dije rechazando el papel.

"Por favor, no seas testaruda... Ella ha hecho esto por ti" Dijo lo último casi susurrando para que nadie más lo oyera, tomé de nuevo el papel, al leerlo me di cuenta que era una supuesta declaración mía diciendo lo anterior.

"Muy bien, ahora eres libre".

Me dio la mano, un guardia me guió hasta donde estaba la puerta ¿Quién me esperaba al otro lado? No sabía, solo sabía que mi mamá estaría presente para mí, cuando la puerta se abrió no me defraudó, ella estaba a un lado de Kenta que tenía una mirada aburrida y al otro lado estaba Amanda, apenas me vio corrió hacía mí.

"Cariño, mi vida, eres libre, por fin libre" Dijo dándome besos por la cara.

"No más Mandy" Dije deteniéndola.

"¿Quién pensaría que tú serías la primera en ir a prisión?".

Todos reímos ante el comentario, siempre pensamos que sería ella la primera en meterse en algún problema y terminar en una celda, mi mamá fue la siguiente en abrazarme y por último Kenta.

Cuando volvimos a casa fui directamente a mi cama, debía descansar, las noches que había pasado en esa celda habían sido horribles, cuando entré en mi habitación fue inevitable no pensar en Diana, recordar tantas cosas, miré mi mesita de noche donde estaba un portaretrato, en el que estábamos los cuatro juntos, los gemelos, Diana y yo, era una excelente foto que Diana había tomado, lo tomé en mis manos y sabía que había terminado con cualquier posibilidad de estar de nuevo con ellos.