CAPÍTULO 2.

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Estaba en su habitación, era de noche, solo que estaba seguro de estar muy cansado para estar despierto. De pronto, una silueta le llamo la atención, en la esquina había alguien, eso le inquieto.

No había invitado a nadie, y hace un momento sabia que solo estaba él. El contexto pareció aturdirlo más cuando la silueta se acercó a los pies de la cama, Johnny se apoyo en sus codos sorprendido, notando que quien lo miraba era Daniel.

¿Cómo carajos había entrado?

Estaba por preguntar cuando, notó que el chico solo llevaba puesta una de sus camisetas, más preguntas llegaron a su mente. Pero LaRusso le sonreía con esa sonrisa de que sabia que estaba ganando, sintió rabia y sin embargo no hizo nada para sacarlo de ahí. Ni siquiera cuando el moreno comenzó a subirse a la cama y a gatear hacia él, poniéndose sobre su regazo, con ambas rodillas a cada lado de su cadera. Johnny sintió que se le estaba secando la boca, Daniel dio un saltito, chocando con aquella parte que Johnny deseaba que no se despertará.

—Házmelo, Johnny. —susurró Daniel cerca de su oído, el rubio suspiró entre cortado. — Házmelo fuerte, sin piedad Johnny.

Antes de que pudiera hacer algún movimiento, un ruido incesante empezó a sonar y todo el ambiente lleno de una nueva lujuria se desapareció. Johnny abrió los ojos, encontrándose de frente con el techo, sin LaRusso en ninguna parte y con una erección que le había dado miedo descubrir que estaba ahí.
Se paso más de media hora en el baño, las clases podían esperar, durante este año, aunque se había prometido hacer todo bien, el incidente de la playa hizo que su promesa decayera en un instante. No quiso tocarse, se ducho dos veces con agua fría, forzando a su cuerpo a no reaccionar ante ningún recuerdo, ningún sueño tonto ni deseo absurdo. Porque aquello era totalmente patético en muchos sentidos. No podía sentirse a si por un tipo, mucho menos por LaRusso. "ah ah ah".

—¡Maldita sea, ya cállate!

Se sintió estúpido al notar, que no había nadie a quien gritarle.

Estaba a punto de vagar por cualquier otra parte, que estuviera lejos de la escuela, pero era también su ultimo año. Le daba igual, pero no tan igual.
Según Tommy, algo estaba pasando con Johnny, andaba raro, como si estuviera con algún peso de problemas encima, parecían ser lo suficiente tensos, como para que no hablara con ninguno del grupo. Incluso ignoraba la oportunidad de hablar con Ali, cuando ella pasaba por su lado.

Pero Johnny no tenia ganas de hablar con Ali, si eso significaba cruzar miradas con LaRusso, jamás pensó que la tensión podría crecer entre ellos. Por un lado tenia ganas de estamparlo contra alguna pared y golpearlo, porque era un idiota que se metía donde no lo llamaban, atrayendo problemas y luego estaba la sensación contradictoria, de querer estamparlo contra la pared y ver si era tan flexible como había visto que era. Pero no, esa era una terrible idea. Mala en realidad.

Al estar metido en sus debates mentales, no pudo notar que se estaban encaminando hacia la miseria que trataba de evitar. Con una risa juguetona, Tommy señalo a Ali, a Johnny le pareció extraño la forma en que el chico había estado captando donde estaba Ali, incluso parecía más entusiasmado en encontrarla, que él mismo. Y eso que era su ex novia.

Pero ella solo estaba con Susan y Barbara, aquello era inusual desde que comenzaron la escuela, porque Daniel estaba pegado a la chica, no tenia amigos, así que era hasta triste verlo detrás de Ali, tratando de ser incluido en el grupo que ella ya tenia. Johnny pudo pensar en una oportunidad para coquetear, sonreír con esa sonrisa que siempre encantaba. Pero esos no fueron sus pensamientos.

—Tengo que ir al baño. Ya vengo. —Le dijo a Bobby, dando media vuelta. Bobby se le quedo viendo sin entender mucho, pero pensó que se trataba de alguna estrategia genial del rubio.

En realidad solo comenzó a caminar, mirando hacia los lados, en busca de una cabellera castaña. LaRusso no podía estar lejos, había estado en la mañana por ahí, suspiro. Tenia molestia por no entender lo que estaba haciendo, busco en los lugares más simples de la escuela. Estaba a punto de volver con el resto de los Cobras, cuando un ruido en el laboratorio le hizo detener, asomo su cabeza por curiosidad, pero la curiosidad solía matar al gato. Abrió sus ojos, notando como LaRusso ahí adentro. No estaba solo, un tipo, que no podría asegurar era el mismo de las duchas lo estaba sosteniendo sobre una mesa, mientras se besaban con agresividad. Johnny quiso entrar pero como si se tratara de un roedor, termino escondiéndose detrás de unos casilleros, cuando ambos chicos aun con las ropas algo revueltas por el "besuqueo", salían del laboratorio. Johnny no podía creer lo hipócrita que era Daniel, ocultándose para besar a otro hombre, incluso con Ali cerca -no en realidad, pero le indignaba-.

—¿Puedo verte más tarde? —el tipo preguntó. Abrazando a Daniel por detrás, rodeando su cintura para luego llenar de besos el cuello moreno.

—Depende.

—Vamos, no me puedes dar de probar cereza, si no me dejas también probar el pastel.

—Tal vez no te lo mereces, Connor. —respondió Daniel, soltándose del agarre del chico.

Johnny pudo reconocer estaba vez quien era. Connor, compañero en el equipo de fútbol, el tipo se veía tan serio. Pero tocando a Daniel parecía perderse del mundo. Johnny estaba sintiendo molestia. Ahora resulta que tocar y follar con Daniel era algo genial. No podría serlo.

El timbre sonó, separando más a Connor de Daniel, despidiéndose a la distancia. LaRusso estaba solo. Johnny sonrió de forma arrogante, moviendo un poco el flequillo, acercándose a Daniel, para perturbarlo un poco. Por esconderse de Ali y porque le gustaban aquellos tipos. Toco con su mano, el delgado hombro, esperando una reacción de miedo, cuando notará que estaba pasando, pero lo único que recibió fue un leve choque en su entre pierna con el trasero de LaRusso.

¿QUÉ DEMONIOS?

—¿Volviste por más...—la pregunta que hizo Daniel, murió en su boca, al momento de voltear y encontrase cara a cara con la persona que no quería por nada del mundo cerca de su camino. Tragó saliva.

Johnny no pensó que los ojos de ciervo pudieran parecer tan grandes y asustados como estaban en ese momento. Se quedo quieto en su lugar, cuando el profesor más cercano iba pasando se separo de LaRusso como si quemará. Escapando, pero como un hombre, del lugar, sentía una corriente cerca de su miembro.

Cerró los ojos. Se le ocurrió que no solo podía conseguir a Ali devuelta, si no que, tenia una nueva forma de acosar a Daniel. 

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