𝐚𝐫𝐞 𝐲𝐨𝐮 𝐥𝐨𝐬𝐭 𝐢𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐚𝐬𝐭? || Oliver Wood, Draco M. , Tom R

𝗔𝗬𝗟𝗜𝗧𝗣 || 𝗱𝗼𝘀

Lo había conseguido, Fred había logrado su propósito. Entre sus brazos se encontraba durmiendo la bruja de la que llevaba enamorado desde hacía cinco años.

— Sé que esto no acabará del modo en el que quisiera, te acabarás casando con el hurón y tendréis muchos niños repipis y rubios, pero no cambiaría esto por nada. No puedo esperar a que tus hijos me llamen tío Fred y les enseñaré bromas y trucos con los que molestarán a Draco.-Rió imaginándose a un par de niños haciendo todo tipo de maldades.

Con un simple Nox, apagó la luz de su linterna y se fue a dormir, no sin antes encantar los zapatos de la francesa para que se convirtieran en ratas cuando ella despertara.

— Lo siento.-Susurró Laura tras quitarle la sabana al pelirrojo y colocársela alrededor de su desnudo cuerpo.

Necesitaba vestirse y salir de allí, eran las siete menos cuarto y debía marcharse sin que nadie de la familia lo supiera.

— ¡FRED!-Exclamó aterrorizada tras ver cómo sus deportivas se convertían en dos bolas de pelo blanco.-Joder, nunca cambiarás.-Rodó sus ojos y convirtió a las ratas en zapatillas.-Te quiero.-Besó la mejilla del adormilado brujo y se comenzó a vestir.

No quería desaparecerse dentro de la casa, tanto su padre como los Malfoy le habían inculcado que era de muy mala educación, por no mencionar que la mayoría de casas de magos estaban hechizadas con protección para que no fuera posible el aparecerse o desaparecerse. Tapó a Fred con la sabana que ella misma le había quitado y bajó las largas escaleras de la madriguera sigilosamente.

— Buenos días.-Saludó Molly sobresaltando a Laura.-¿Quieres desayunar algo?
— Hola.-Sonrió la francesa con incomodidad.-Lo siento, yo ya me iba, no pretendo molestar pero gracias de todas formas.
— Oh tonterías, siéntate.

Titubeó un poco antes de decidir si debía hacerlo o no, hasta que finalmente lo hizo, no sin antes golpearse mentalmente, « No mereces estar sentada frente a esta mujer. »

— ¿Tortitas?-Preguntó y Laura asintió.-¿Te encuentras bien, cielo?-Le sirvió la comida en un plato y se sentó frente a ella.
— Muchas gracias y claro, ¿usted?-Empezó a comer.
— Preocupada por todo lo que sucede, son tiempos oscuros. Hace mucho que no te pasas por aquí, te echamos de menos.
— Lo siento, mi padre ha estado... Y yo tenía que... Me daba vergüenza volver aquí.-Resopló tras sincerarse.
— Siempre serás bienvenida en esta casa jovencita, tanto tú como tu padre.-La agarró de la mano.-No nos importan tus orígenes, yo sé que eres muy buena.-Le dedicó una cálida sonrisa.
— Muchas gracias señora Weasley.-Se levantó para abrazarla.
— ¿Cuántas veces debo repetirte que me llames Molly?-Rió para después abrazarla con fuerza.
— Tengo que irme, me esperan en casa y no me gustaría despertar a nadie más aquí.
— No te preocupes, vuelve pronto, ¿sí?
— Claro, ha sido genial volver a verla.
— Espera cariño, casi lo olvido, ¿cuál es tu talla? Has crecido mucho y el año pasado no pude enviarte un jersey por navidad.-En ese mismo instante Laura quería matarse, realmente no merecía tener a una persona tan dulce como la señora Weasley.
— Oh no no, no es necesario.
— Laura.
— Uso una talla mediana, un poco más pequeña que la de Ginny, estoy segura de que Fred podrá ayudarla con mi talla.
— Muchas gracias.
— He echado de menos estar por aquí.-Sonrió antes de marcharse.

Tras caminar por unos minutos hasta haber perdido la casa, se apareció en la mansión Malfoy, en su habitación para ser exactos.

— Estoy harta de la decoración de estas paredes.-Rodó sus ojos y salió del cuarto.

No sabía que era exactamente lo que sentía, pero estar en ese lugar la ponía de muy mal humor, el ambiente era tenso y al parecer todo el mundo pensaba lo mismo que ella.

— Pensé que no vendrías.-Suspiró Blaise con alivio.
— ¿Desde cuándo rompo promesas? No soy el ministro de magia.-Bromeó, él era el único que la hacía sonreír.
— Ven, vayamos a la antigua habitación de Draco, allí tendremos privacidad y he conseguido que un elfo nos traiga el desayuno a esa habitación.-La guió hasta una puerta con marcas de tinta en el marco que se encontraba en el último piso de la Mansión.

Laura sonrió al ver como esas manchas se trataban de cuánto había crecido el platinado.

— 1'24 metros cuando tenía 7 años. Era un niño bajito.-Rió mientras pasaba sus finos dedos por los números.

Blaise imitó su acción y abrió la puerta. Ambos se quedaron perplejos, sin poder tan siquiera pestañear.

— Qué.-
— Mierda.-Terminó Zabini la frase por ella.

El shock era fuerte para los cuatro, el rostro de Bellatrix, la cual se encontraba encima de Sophie, mostraba sorpresa, al igual que el de la rubia, que lo único que atinó a decir con una sonrisa fue: Lau pensé que no volverías hasta mañana.

— Soph.-No encontró las palabras adecuadas.
— Luego te lo contaré, cerrad la puerta y marcharos.
— Pasadlo bien.-Sonrió Laura.

Tanto Blaise cómo Bella se encontraban demasiado confundidos, desde luego, no tenían ni la más remota idea de cómo reaccionar ante tal situación pero la reacción de ambas brujas no era lo que esperaban.

— ¿Qué acaba de pasar ahí dentro?-Preguntó el moreno tratando de entender a la par que se alejaban y caminaban a la habitación del joven.
— Estaban acostándose, ¿es que no lo has visto?-Frunció el ceño y entró en el lugar.
— Laura. No creo que entiendas la gravedad de la situación.-Se sentó en su cama.
— ¿Que Sophie es bisexual? Creí que lo sabías.-Lo continuó mirando con la misma expresión de incredulidad.
— Me...Me da igual que sea bisexual; yo soy gay. No creo que entiendas que estaba con Bellatrix Lestrange.
— Sí, estaba con ella, ¿y? Blaise es su vida, ella nos lo explicará.-Tomó un sorbo de zumo.-¿Qué querías contarme de todas formas?
— Quieren tatuarnos la marca tenebrosa, Draco ya la tiene.
— ¿Que Draco tiene qué?-Abrió los ojos como platos.
— Fue forzado, Voldemort tiene fijación con él tras lo del ministerio, tiene misiones para nosotros, odio decir esto, pero tengo miedo.
— Yo también tengo miedo, pero nosotros podemos con esto, solo debemos...
— ¿Mantenernos unidos? Sí, Theo no deja de repetirlo pero cada vez lo veo más complicado.-La interrumpió.
— Tendremos que intentarlo.-Se escuchó la gruesa voz de Malfoy responder desde la entrada.