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❝cuando te duele en el interior como agua turbulenta enfriándose bueno, el tiempo lo puede sanar pero esto no lo hará❞
Jackson no volvió con Jinyoung, no tuvo el coraje de hacerlo.
Así como dijo, el día siguiente por la mañana ya había depositado todo el dinero, sin siquiera pensarlo dos veces.
No había dejado de llorar desde la discusión, el mismo día había ido a casa de Youngjae, sollozando en su sofá sin decir una palabra. Al otro día solo había tenido el valor de levantarse e ir al banco. Lucía deplorable, realmente lo hacía, motivo por el cual no volvió a casa de Youngjae y decidió ir a casa de Mark, el americano lo recibió dándole un espacio en su casa y llamando a los otros dos chicos para hacerle compañía.
—Hyung, ¡abre la puerta!— el grito de Bambam hace eco por la casa logrando que el chino se esconda aún más en las mantas. Mark se dirige a la entrada, encontrándose a ambos menores del otro lado de la puerta.
—¿Cómo está?— pregunta Youngjae.
—Luce terrible.
—Ayer fue a casa.— comenta Choi. —Lucía mal, demasiado mal.
—No creo que haya mejorado mucho.— suelta el americano haciendo que ambos menores se adentren a su habitación.
—¿Qué ocurre Hyung?— cuestiona el tailandés sentándose en la esquina de la cama.
—Hyung, estamos aquí para ti.— alienta el coreano. —Vamos a apoyarte, solo dinos que anda mal, somos amigos, jamás te juzgaremos.
Un estruendoso sollozo sale de los labios del chino alertando al trío de amigos que lo mira con suma preocupación.
—Jackson...— comienza Mark, siendo interrumpido por el mismo mencionado.
—Jinyoung me odia.— suelta de repente, ocultando su rostro en la almohada. —He hecho algo muy malo y ahora Jinyoung me odia.
Los tres chicos se miran entre sí sin poder entender mucho.
—Hyung jamás podría odiarte.— dice Choi.
—Él lo dijo, lo dijo...— suelta con tristeza. —Me odia y yo... Lo merezco
—¡No seas estúpido!— dice Bambam. —De seguro Jinyoung lo dijo por la molestia que sentía en el momento, pero estoy seguro que no te odia, sería muy imbécil si lo hiciera.
—Esta... Esta vez lo arruiné.
—Hyung, Jinyoung ha estado en tus momentos más difíciles, no veo por qué te abandonaría ahora.
—Es verdad.— asiente el mayor de los cuatro. —Jinyoung lo ha soportado todo, si no se fue antes, ¿por qué ahora?
—Tal vez ya fue suficiente para él.— susurra apenas audible, su corazón rompiéndose con solo decir tales palabras. —Y... Lo entiendo. Ya ha tenido que soportar demasiado.
Los tres chicos se miran entre sí, sin siquiera saber que decir. Youngjae abre sus brazos y Jackson se lanza a ellos desahogándose, pero sabe que sin importar cuanto llore, cada vez que piense en Jinyoung volverá a hacerlo.
—Estamos aquí para ti, Hyung.— susurra acariciando su espalda, dando aquellas palabras de aliento que no tienen efecto alguno en el chino.
Él no quiere que estén para él, él solo quiere volver al pasado y arreglar sus errores uno por uno.
Pero se deja hacer y abrazar por los tres preocupados chicos que intentan consolarlo aunque no lo logran. Jackson pone lo mejor de sí para detener su llanto, pero aún así este solo aumenta, haciendo que los abrazos sean más fuertes y que incluso sus amigos comiencen a sollozar por verle así y no poder ayudarlo.
No sólo lo arruinas con Jinyoung, sino que también haces que los chicos se sientan mal por ti como si valieras la pena. ¿Puedes dejar de arruinar a cada persona que se mete en tu vida?
Incluso en los momentos más difíciles, donde debería armarse de valor para superar las cosas, su mente suele recordarle cada error de una manera u otra, haciéndole sentir miserable, volviendo el camino más tortuoso y diciéndole que no merece volver, porque él no es merecedor de sus amigos, ni de Jinyoung-ie o de su perdón, él no es merecedor de nada, ni siquiera del aire que respira.
—L-lo siento.— solloza. Ni siquiera sabe por qué está disculpándose, o si es a sus amigos. Tal vez lo hace a sí mismo, por haberse convertido en esa persona que tanto odia, por no poder hacerlo bien, no lo sabe.
—Hey, no tienes por qué.— dice Mark secando sus propias lágrimas. —Está bien sentirse triste en ocasiones, nos ayuda a valorar las cosas que nos dan felicidad.
Suspira asintiendo, aunque, ¿de qué le sirve saber que Jinyoung es su felicidad si jamás lo tendrá de vuelta?
—No estés así, Hyung.— anima Bambam a su lado. —Verás que todo va a mejorar y que Jinyoung estará contigo pronto.
—Es cierto, Hyung.— agrega Youngjae con una sonrisa. —Todo estará bien y ustedes estarán juntos otra vez, y si no, es porque no es el momento correcto y con el tiempo podrán amarse nuevamente.
—El tiempo lo cura todo, Jackson, recuérdalo.— dice Mark.
—No creo que el tiempo pueda curarnos esta vez.— suelta en un susurro, que es más para si mismo.
Tal vez porque Jinyoung ha tenido suficiente, o porque de todos sus errores este es el primero que realmente debía cometer, aunque fue en vano.
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