vii. we never know

98 12 16
                                    

❝¿estaríamos mejor ahorasi hubiese dejado caer mis paredes?tal vez; supongo que nunca lo sabremosya lo sabes, ya lo sabes❞

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿estaríamos mejor ahora
si hubiese dejado caer mis paredes?
tal vez; supongo que nunca lo sabremos
ya lo sabes, ya lo sabes❞

Jackson suspira mirando el boleto de avión en su mano con destino a Hong Kong, la mano de Mark reposa en su hombro indicándole que está bien y que está ahí apoyándolo. Al menos alguien está para él.

—No tienes que hacer esto si no quieres, Hyung.— susurra Youngjae sentado a su lado.

—Necesito hacerlo, no puedo estar aquí si... Si no puedo tenerlo conmigo, no tiene sentido.— Choi asiente sin decir nada.

Bambam por su parte suspira ganando la atención de los tres mayores.

—Si te vas como un cobarde jamás sabrás si Jinyoung te quería de vuelta.— suelta cruzado de brazos. —Sé que estás esperando que él venga e impida que te vayas aunque no lo digas, ¿pero cómo esperas que eso pase si Jinyoung ni siquiera lo sabe?

—Tengo miedo de que lo sepa y no haga nada al respecto.— suelta en un susurro más para si mismo, pero de igual manera el contrario llega a escucharlo.

—Jamás sabrás cómo hubiera reaccionado y creo que eso es mucho peor.

Jackson sabe que el tailandés tiene razón pero no quiere decepcionarse, porque Jinyoung jamás peleó por él y no cree que vaya a hacerlo ahora. Y aunque cree que las cosas hubieran sido diferentes ya no cree que haya una solución, haciéndolo sentir peor cada vez que lo piensa, agradeciendo no estar solo en ese momento.

Los tres chicos le dan su apoyo incluso si no están de acuerdo con su decisión, y Wang se encuentra a sí mismo queriendo llevar su amistad cómo uno de los pocos buenos recuerdos que le quedarán de Corea, porque aunque los recuerdos con Jinyoung sean los mejores, ahora serán recuerdos dolorosos en los que no querrá pensar en los días difíciles.

—Hey, no pongas esa cara. Estarás bien, iremos a verte, lo prometo.— dice el coreano con una sonrisa.

—Es verdad.— suelta Bambam. —No nos verás tan seguido pero de ahora en adelante nos colaremos a todos los viajes de Mark para ver a su familia.

—Yo no acordé que...

—Si, probablemente estaremos contigo para acción de gracias.— continúa Bhuwakul sin dejar al americano protestar. —¿Y Navidad? Probablemente también Navidad, depende de cuánto dinero pueda hacer Mark.

Jackson suelta una risa sintiéndose agradecido de tenerlos, sintiendo los brazos de Choi abrazarlo con fuerza. —No te dejaremos solo, Hyung, lo prometo.— susurra mientras se aferra más a él.

—Estaremos contigo, Jackson.— dice Mark, siendo interrumpido por el sonido de su celular. —Lo siento, debo atender.

El americano se aleja dejando a los dos menores en compañía del chino que observa su equipaje.

—¿Tienes donde quedarte?— cuestiona Choi preocupado.

—Si, yo... Ya tengo todo resuelto. Me quedaré en, en la casa que era de mi madre.

—Podemos ayudarte a costear otro lugar si no te sientes cómodo allí.— suelta Kunpimook de repente. —Tú solo pídelo y cuando bajes del avión el lugar ya estará a tu nombre.

—No es necesario.— dice con una mueca. —Estaré bien ahí, es... Es mi hogar.

Sus palabras no le convencen porque, aunque en algún momento ese fue su hogar, su hogar es Jinyoung y ninguna de sus peleas podrá cambiarlo, por más que todo esté derrumbándose frente a él, el menor siempre será su lugar seguro.

—Chicos, estoy de vuelta.— dice Mark sacándolo de sus pensamientos mientras se sienta a su lado.

—¿Ocurrió algo, Hyung?— cuestiona Youngjae, viendo a Tuan negar.

—Nada importante, solo...— su mirada se posa en Jackson, mordiendo su labio para negar levemente. —Era algo del trabajo.

Jackson mira sus pies y se mantiene en silencio, esperando que anuncien que su vuelo estaba por partir.

Cuando la voz femenina dice que en quince minutos partirá el vuelo se para tomando su maleta, sorprendiéndose cuando Mark lo toma del brazo.

—Espera cinco minutos más, por favor.

El chino lo mira con confusión, al igual que los menores que no comprenden la repentina acción del americano. »Confía en mí, Jackson. Solo cinco minutos.

La esperanza se instala en el corazón de Wang, que espera los cinco minutos ansioso, creyendo que tal vez Jinyoung iría por él.

Pero cuando los minutos pasan y no hay señales de Jinyoung, se siente un estúpido por dejar que su corazón se emocionara de tal manera, y entiende que Jinyoung jamás irá por él.

Porque jamás estuvieron destinados a ser.

Porque jamás estuvieron destinados a ser

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
before you go | jinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora