Después de algunas reuniones pensó que superarían ese silencio. Cuan equivocado estaba la pequeña Venecia, después de varias reuniones de trabajo no habían podido romper el hielo.
― Hmm - aclaro su garganta - es un bonito lugar federación -
― Gracias -
Ahí estaba de nuevo ese incomodo silencio que mataba al latino. Nunca le había costado tanto hablar con alguien. Solo estaban los dos caminando por los extensos pasillos del palacio ----
En vez de socios, parecían dos militares. Ninguno decía nada solo caminaban con la vista al frente olvidando toda forma de socializar.
― Es un bonito día -
― Sí muy bonito -
Sin que Rusia, se diera cuenta Venezuela, le miraba de forma simulada. Detallando sus facciones. Queriendo encontrar similitudes con su antiguo compañero.
Pero por estar tan entretenido comparando al vivo con el muerto tropezó, cayendo inevitablemente al piso.
― (Coño e' la madre, no pos el que pasa pena) - maldijo mentalmente no queriendo levantar la cabeza - (Ahora pensara que estoy ahuevoniao/idiota/pendejo) -
― ¿Estas bien? -
Rusia, le pregunto de cuclillas delante de él. Al ver que el latino no se levantaba se preocupó.
― ¿eh? - levanto la cabeza un choqueado Venezuela -
― Pregunte ¿si estás bien? -
― S-si -
Aun con su cara incrédula se levantó con un poquito de ayuda de Rusia. A pesar de que ya le había dicho varias veces que estaba bien la mueca que se cargaba era lo que preocupaba al soviético.
― Si se siente mal podríamos ir al médico para que le hagan una pequeña revisión -
― ¿Que? ¡No! Estoy bien enserio, solo... - por primera vez le mostro al soviético una pequeña sonrisa - pensé que te burlarías de mi -
― ¿Por qué debería? -
― Porque me caí -
― Admito que fue una caída ridícula pero solo hice lo que cualquiera hubiera hecho que es ayudarlo - termino de aclarar. Y solo termino de hablar y Venezuela, ya se estaba riendo bajo - ¿Eh dicho algo gracioso?
― Eres raro - dijo tratando de controlar su risa - (Se me olvida que no todos son como mis hermanos) -
Rusia, le miraba sin entender ¿Qué era tan gracioso? E ¿Por qué le decía raro? Si el solo usaba el sentido común.
Pero aun así la risa del latino, le relajo.
― Perdón, perdón, solo que no pude evitarlo -
― No descuida, es agradable -
Quizás ahora las cosas les vallan mejor.
