― Tan linda mi arepita – abrazo más a la venezolana sacando le una risa –
― Ya solecito, puedes soltarme – pidió sonriendo –
― ¡No quiero! – dijo haciendo que su voz sonara como la de un niño berrinchudo –
Los country que pasaban por ese pasillo se les quedaban viendo entre incómodo y con desaprobación.
Ninguno de los dos le prestaba atención. Uno estaba muy ocupado dándole mimos a su amiga y esta trataba de que le soltara aunque no ponía mucho esfuerzo en ello.
― ¡Si siguen ahí se les hará tarde para la reunión! –
Una voz femenina llamo la atención de los cariñosos, una voz que la venezolana conocía demasiado bien.
Rusia estaba parada delante de ellos. Se mostraba igual que siempre seria y tranquila pero solo alguien observador notaria su enojo suprimido.
― Este no es escenario para sus "muestras de cariño" – les miro con desaprobación. Argentina soltó a Venezuela – la reunión está por comenzar espero que no se entretengan más y lleguen a tiempo –
Dicho esto retomo su camino a la dicha reunión. Soltó un suspiro pesado en lo que estuvo lo suficiente legos para que el par de latinos no la escucharan.
Acelero el paso, mientras más legos estuvieran esos dos, mejor para ella.
― ¡Rusia! –
La llamaron desde atrás igual seguía a su paso casi corriendo. La chocolatera la volvió a llamar pero ella seguía fingiendo demencia.
Al ver que la soviética no se detenía decidió correr hacia ella. Por suerte no había nadie y se le hizo rápido llegar hasta el lado de la rusa.
― Rusia, ¿estas molesta? – Pregunto pero no recibió respuesta – Sabes que argi es mi mejor amigo él no tenía ninguna otra intención –
― No... no es eso –
― ¿Entonces qué es? –
― Estaban abrazados – miro hacia otro lado – los demás miraban y no les importaba. Esta mal que sienta envidia –
Envidia esa era la palabra que mejor describía lo que sentía.
― Rusia... –
― Conoces mis leyes no puedo estar así contigo en público –
― Eso no me molesta –
― A mi si – por fin le miro no podía aguantar se más – no me gusta tener que ver como los demás pueden abrazarte y yo tengo que esperar a estar solos –
Al ver la falta de respuesta por parte de la venezolana iba a continuar pero la chocolatera atrapo sus labios en un demandante beso.
Esa acción tomo por sorpresa a la soviética, tardo unos instante corresponder aun así lo hizo aunque sabía que corrían el riesgo de que alguien pasara y las vieran.
En ese momento nada parecía importar. Ni siquiera que cierto country se hubiera detenido para ver como avanzaba la trama.
― Acaso crees que a mí no me molesta el que siempre andes rodeada de esos maricos hipócritas – confeso molesta – pero se me pasa, porque sé que soy solo yo quien te hace suspirar en la cama –
― ¡Vene! No digas eso y si alguien te hubiera escuchado –
― Pibe ella tiene razón – argentina salió de su escondite sobresaltando a la pareja que más roja de la vergüenza no podían estar – Imagina que hubiera sido otro como Japón o Canadá ellos hubieran subido este video de ustedes como "Calenturientas en el pasillo" – dijo mostrando su teléfono. En la miniatura perfectamente se podía ver a ellas en la imagen –
― ¡Borra eso! –
La chocolatera trato de quitarle el teléfono a su amigo pero por la diferencia de altura hacia que no lo alcanzara.
El argentino se reía con maldad se le hacía muy divertido ver como la venezolana daba saltos para tratar de alcanzar el teléfono.
Hubo un momento que se detuvo extrañando al bicolor, hasta que la chaparra diabólica le golpeo en su hombría. Tumbando lo y dejando que se retorciera de dolor.
― Ni que te hubiera dado duro – dijo borrando el video que el argentino había grabado –
Rusia no se movía estaba muy avergonzada como para poder reaccionar. Hasta que Venezuela le agarro la mano arrastrándola hasta la reunión.
Luego pensaría en una forma de que el argentino le perdone por el golpe.
