ADIÓS

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Ahí estaba, acostado en el césped del patio de mi casa viendo las estrellas brillantes junto con esa luna espectacular, pero, empiezo a sentir que me caía una por una las gotas de la lluvia. Pensaba en pararme, pero no podía porque empecé a recordar algunas cosas que pasé contigo, encimándome en tu hombro, mientras que me acariciabas mi cabello, mi mano que decías que eran muy suaves junto con mi cara. Pensé en ese momento que por fin había encontrado a una persona con quien compartir muchas cosas, y eso fue, hasta que fueron pasando los días, las cosas se pusieron densas, cortantes y llegó un punto en que nadie se quería ver la cara y poniendo excusas.

¿De qué serviría las excusas? La verdad, ni idea. Pero, cómo tú lo provocaste y lo peor de todo esto, que me viste plato de segunda mesa y adorno, sin darme cuenta que fueras capaz de hacerlo, así que empecé a conocer a otros, pero...

Sentimientos AfiladosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora