Hyung

129 16 36
                                    

Sungyoon golpeaba su pie contra el suelo mientras pensaba. Estaba molesto.

Su novio está frente a él trabajando sin siquiera mirarlo a través de ese enorme cristal.

Levantó el teléfono cuando notó que lo llamaría.

—Sungyoonah, necesito que me traigas las carpetas con las transacciones del último mes.

— Enseguida. - Dijo de mala gana.

Las sacó de su cajón y entró a su oficina sin tocar.

—Gracias siempre eres rápido. - Tomó las carpetas.

El mayor torció la boca por la sonrisa de Bae.

—¿Por qué no me llamas Hyung?

—Porque soy tu jefe, ya lo hemos hablado.

—Pero soy mayor que tu.

—Pero soy tu jefe Sungyoonie, no debo de decirte hyung, ahora sí me permites debo terminar esto.

El mayor bufó antes de salir, entendía esas jerarquías del trabajo pero no lo veía necesario en ellos.
Viven juntos desde hace dos años, pero nunca le llamaba de esa forma, ni siquiera en la casa.

Es secretario de Seungmin pero eso no le quita edad ni el hecho de ser su novio.

Suspiró.

Tal vez si no se hubieran conocido en el trabajo, sería diferente, pero conociendo a Seungmin probablemente, aún en otro ambiente no lo haría.

El día pasó sin mayor problema.
Se fue a casa primero y después regresó por Seungmin.

El más joven estaba agotado y apenas estuvo en el carro se quedó dormido.
Sabía que eso pasaría así que llevó una cobija para el camino.

Cuando llegaron no pudo evitar suspirar al quitarle el cinturón de seguridad, se veía adorable cubierto con la cobijita de conejitos pero no le gustaba que se llegara tan cansado.

Aunque no se sorprendía, era igual cada fin de año en la empresa, mucho trabajo y poco tiempo para disfrutar de acurrucarse juntos debido al frío.

Lo cargó como princesa hasta su cama e incluso le quitó los zapatos.

Seungmin no se enteró de nada hasta el día siguiente cuando el odioso despertador sonó.

Se levantó con cuidado y llegó hasta la cocina con los ojos cerrados, necesitaba un café.

Una mueca de disgusto apareció en su cara al no encontrar lo que buscaba, estaba seguro que lo había dejado en la mesa. Bufó y finalmente abrió los ojos encontrando a un despeinado Sungyoon recargado en el refrigerador.

—¿Buscabas esto?- Dijo mostrándole la el bote de café.

— Dámelo.

El mayor negó con una sonrisa burlona.

— Deberías pedírmelo cómo se debe "dame el café Sungyoonnie hyung~"

—No.

El  menor intentó tomarlo pero su novio levantó los brazos rápidamente. Intentó alcanzarlo pero pronto se dio cuenta de que no conseguiría nada por más que saltara.
Choi es demasiado escurridizo y aún tenía mucho sueño, así que solo se sentó en una  y extendió las manos hacia el mayor.

—Sungyonnie Hyung quiero café por favor. - Dijo con voz melosa.

Sungyoon sonrió más que satisfecho y se acercó a darle un besito en la nariz.

— Yo te lo preparó Seungminnie. - Respondió en el mismo tono aún riendo.

Seungmin sonrió feliz. De saber que podía despertar de tan buen humor con solo una palabra, no se habría negado tanto.

Obsequios de Invierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora