Realmente delicioso

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Tag se encontraba sentado en el techo de una iglesia frente a la estación de autobuses mirando con una pequeña sonrisa a todos los ridículos humanos pasar apresurados uno tras otro.

El día estaba tan nublado que ni un solo rayo de sol pasaba por ellos. Perfecto para salir, tomar el aire diurno de la ciudad y romper su nocturna rutina.

Bajó para unirse al absurdo festejo de lo que los humanos llaman "navidad".
Su pelo platinado se movía con el frío viento dejando entre sus hebras pequeños copos de nieve.
Estaba buscando algún animalillo exótico para comer pero algo mejor se cruzó en el camino.

Al pasar por una estación de metro un aroma lo cautivó por completo.

Le resultó dulce, tal vez demasiado.

Sus ojos dejaron el marrón para dar lugar a un dorado esplendoroso.

- Tómalo con calma - Se dijo en voz baja.

Hace años, siglos para ser más exactos, que no probaba una gota de sangre humana.

El dulce olor de la sangre B+ venía de un chico con apenas 21 años el cual hablaba molesto por teléfono.

-¿Pero que quieres que haga mamá? ¡Las cerraron!

El vampiro no tenía idea de lo que hablaba, ni de la razón para su molestia, pero con cada palabra se alteraba más haciendo que su sangre corriera velozmente.
Tag lamió sus ahora notables colmillos.
Podía escuchar el paso de la sangre por las venas y su garganta se secaba a cada minuto.

Una pequeña sonrisa se asomó en su rostro, había encontrado su cena.

-¿Mi tío? Está bien.

Comenzó a caminar refunfuñando cosas por lo que el mayor lo siguió sigilosamente solo para darse cuenta que su platillo comenzaba a enfriarse.

El chico se detuvo en una puerta para tocó el timbre. Su nariz y mejillas estaban demasiado rojas debido al frío, pero lo hacían ver tan apetitoso.

Una señora salió y tras intercambiar un par de palabras el muchacho se sentó en una banqueta con una mirada desolada.

-Debí regresar ayer.- Soltó casi susurrando.

Donghyun se lamentaba, pues las vialidades se habían cerrado debido a la nieve y ahora no tenía donde pasar la noche.

Había ido a otra ciudad a pasar parte de las vacaciones con uno de sus amigos, se suponía que en algún momento el volvería a casa y su amigo se iría al pueblo natal de sus padres.
Y casi todo había pasado así ,solo que ahora no podía salir de la ciudad.

Suspiró viendo el vaho salir de su boca, el frío era tanto que había dejado de sentir sus manos.
Se recargó en su maleta con los ojos cerrados quedándose dormido.

Donghyun desperto casi 3 horas después, estaba frente a una chimenea bastante linda, en un sillón tapado con una suave cobija.

Miró a todos lados sin saber dónde estaba, la casa era grande y linda aunque no se podía distinguir bien debido a las obscuras y pesadas cortinas que cubrían las ventanas.

Unos pasos lo hicieron sentarse para buscar a la persona que habitaba ahí.

Se encontró con un chico pálido y muy delgado que no parecía ser muchos años mayor que el, vestía un abrigo largo color negro, con un suéter de cuello alto debajo. Y tenía algunas cadenas alrededor de su cuello.

Se había recargado en el mueble frente a él observandolo con una mirada increíblemente seductora.

-Hola.. ¿Que hago aquí?

-Te encontré tirado en la calle así que te traje, parecías a punto de congelarte.

-Muchas gracias creo que me salvó.

- Supongo que me debes una. - Dijo casi sonriendo.

Ambos se miraron hasta que Donghyun desvió la vista con el pretexto de buscar su maleta.

-Todo está en aquel cuarto- dijo señalando una puerta. - Deberías avisar que no volverás a casa. La nieve es densa y cerraron todos los caminos.

-Lo haré gracias.

Youngtaek comenzó a caminar mientras hablaba.

- Preparé una deliciosa cena y creo que te gustara tanto como a mi.

Donghyun asintio bajito.
Había algo en el dueño de la casa que lo mantenía inquieto y expectante.

Llamó a su madre para decirle que estaba bien, que no se encontraba con su tío porque al parecer había salido de vacaciones, pero que estaba a salvo.

Después de colgar se acercó al comedor donde había un gran plato lleno de pasta, algunas guarniciones y un trozo de carne que se veía delicioso.

-Pareces ser bueno en la cocina.

-Un poco, come, necesitas estar sano. - Dijo dando un trago a su copa.

El menor no pudo evitar admirar como era que el líquido pasaba por la garganta contraria, sintiendo repentinamente que el calor aumentaba.

Sin querer mirar más al anftitrion comenzó a comer velozmente. Sw moría de hambre, no había ni desayunado.
Fue hasta que se sintió satisfecho que le puso atención al contrario. Tag no había probado nada más que un trago a su copa de vino.

-¿No comerá?

-Aún no, me gusta admirar mi comida, aunque me siento impaciente hoy.

Donghyun se sonrojo y agachó la mirada antes de que el mayor tomara nuevamente la palabra.

-Pasemos al sillón.

Kim caminó sin decir nada, el calor de la casa y la chimenea lo hacía sentir bien.
No acostumbraba tomar vino así que estaba un poco adormilado. Y al verlo así, Youngtaek lo acostó de manera lenta y suave a lo largo del sillón antes de sonreír gustoso.
Donghyun tenía el cabello revuelto, las mejillas sonrojadas, los labios rojos y una respiración pausada y tranquila.

Una sonrisa se plasmó en su cara al ver qué tenía frente a el la oportunidad de darse un verdadero banquete.

El vampiro se posicionó sobre el y le acaricio la mejilla con un dedo antes de besarlo.
Era un beso acelerado y más experto de lo que Donghyun podía manejar, se sentía un poco mareado así que solo siguió sus instintos.

Una mordida que le abrió el labio al menor fue lo que finalizó el beso.
Tag lamio la gotita de sangre que luchaba por salir de la herida sintiendo su respiración acelerarse.

-Eres delicioso. - Dijo mostrando majestuosamente sus colmillos.

Donghyun sabía que debía de tener miedo, pero era todo lo contrario. Dejar su cuello expuesto le ocasionaba un extasis enorme que aumentó al sentir la respiración contraria acariciando su piel.

El mayor sonrió mordiendo su lengua y dejó un beso en la piel antes de enterrar sus colmillos.
Donghyun soltó un gran gemido de placer. Había escuchado muchas historias del goce que un vampiro daba al beber de ti, pero comprobarlo era una cosa abismalmente diferente.

Youngtaek bebió la dulce sangre del humano impulsado por los deliciosos sonidos eroticos y llenos de gusto que salían de la boca del menor, solo hasta que los latidos del contrario eran demasiado fuertes.

Selló la herida y disfrutó del rostro satisfecho y somnoliento mientras relamia sus labios.

-Mi cena fue realmente deliciosa- Dijo dando un último y explícito beso.

Donghyun lo miró agitado como si acabará de correr un maraton, parecía que podría caer dormido en cualquier momento.

-Espero que la tormenta continue un poco mas.- Dijo intentando recuperar la respiración.

Tag sonrió con un brillo particular en los ojos antes de agregar.

-Yo igual.

Obsequios de Invierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora