CAPÍTULO 12

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Habían pasado semanas en las que Caroline había practicado incansablemente hasta llegar a tener una caligrafía decente según los comentarios de Klaus, además de que ya podía leer cada vez con menos dificultad.

Ese día en particular Caroline estaba contenta al haberse ofrecido para ir por algunas cosas al mercado, sorprendiendo a Elena al verla tomar la hoja en la que Mary había escrito lo que necesitaba, la chica solo le dedicó una sonrisa que a su ver no era nada amable, pero que utilizaba para hacer creer a Mary lo "agradable" que podía ser.

Se asomó por la ventana y lo vio sentado sosteniendo uno de los tantos libros que Marcel le había prestado, se dirigió a pasos ligeros sin hacer ruido.

-Buenos días—Sonrió divertida cuando lo vio sobre exaltarse por la sorpresa.

-¡Casi me matas del susto!—Dijo cerrando el libro ante la mirada de la chica que sonreía—Okay, me estás asustando aún más— dijo señalando el hecho de que ella rara vez sonreía—La chica volteo los ojos entregándole la nota que llevaba.

Klaus la miró con el ceño fruncido preguntándose porqué la chica le entregaba una lista de víveres.

-Yo iré por esas cosas al mercado—Dijo orgullosa, Klaus no entendía hasta que después de pensárselo supo lo que eso significaba, Caroline había podido leer lo que estaba en aquella lista.

-Presumida—Dijo entregándosela de vuelta, la chica solo se encogió de hombros.

De lejos notó como Elena los miraba desde la cocina.

-Sabes, creo que me vendría bien salir—Dijo Klaus mirándola a los ojos, haciendo que la chica se concentrara en él, habían pasado también unas semanas en las que él se estaba recuperando y ya podía caminar mucho más y con menor dificultad, quizá no correr, pero al menos era un gran avance.

-Yo... supongo que sí—Dijo la rubia dedicándole una leve sonrisa—Bueno, tengo que volver, en unas horas podemos ir si gustas.

-Perfecto—Dijo y la chica antes de irse no pudo evitar notar sus ojos entre azules y grises brillar por el halo de luz que se colaba entre las ramas de uno de los árboles.

—Estaré esperando—Dijo y la chica se percató de que aún no se había ido y se sintió algo avergonzada, se giró y regresó a la posada.

Al llegar se permitió guardar la nota en el bolsillo de su vestido, no pudo evitar mirar por la ventana a Klaus, con el ceño fruncido mientras seguía leyendo, se permitió posar sus ojos sobre él de lejos cuando notó que alguien entraba a la cocina.

-No sabía que nos pagaban por mirar la ventana—Dijo Elena como si nada, Caroline volteo los ojos.

-No sabía que nos pagaban por espiar—Dijo cruzándose de brazos, no entendía por qué desde que entró Elena se comportaba así con ella.

-Suerte en el mercado—Dijo y pasó junto a ella indiferente.

...

Al subir a su habitación Caroline se permitió volver a repasar la lista, solo tenía problema con una palabra pero aprovecharía que iría con Klaus para preguntársela, lo cierto, es que a pesar de que en las últimas semanas se había dado cuenta de que no era tan molesta su compañía, le importaba lo que los demás pudiesen pensar, Elena había hecho incansables insinuaciones a cerca de Klaus y ella que le molestaban, no solo por el hecho de ser falsas, sino porque la manera en la que lo decía, la hacía sentir como si buscara algún tipo de "favor" por parte de él por medio de "supuestas" atenciones.

Suspiró cansada y como era costumbre, dejó unas manzanas fuera de su habitación, llevaba haciendo lo mismo hace tiempo, dejando fruta que desaparecía al otro día, lo cierto es que no se había topado con aquella pequeña de nuevo, pero estaba segura de que era ella quien tomaba la comida que dejaba.

𝑩𝑬𝑳𝑰𝑬𝑽𝑬𝑹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora