CAPÍTULO 11

160 18 2
                                    

Muchas gracias a @rosaliawth por comentar<3 disculpen la tardanza pero estoy entre la escuela y mis dos historias! que por cierto puedes ver en mi perfil(: cualquier cosa saben que pueden comentar y muchas gracias por votar!

*POV CAROLINE*

Estaba nerviosa, muy nerviosa, traté de calmarme para no tirar el café de la bandeja que llevaba, jamás había tenido un... ¿profesor?, suspiré, seguí caminando hacia el jardín en donde últimamente Klaus prefería tomar su desayuno, caminé intentando no reflejar como me sentía en el exterior.

Cuando me acerqué lo suficiente pude notar las dos sillas, a diferencia de los demás días, no estaba ocupada por libros de cuero viejos, sino que estaba vacía, asumí que la había dejado así para mí.

-Buen día-Dije lo más indiferentemente posible que pude, el me vio y sonrió

-Buen día Caroline, siéntate, por favor-Yo voltee a ver la bandeja en mis manos y el estiró las suyas y las deposité en ellas y después vi como dejó la bandeja en el suelo, para después pasarme una hoja con unos escritos y una pluma con tinta en un recipiente de vidrio, dude un poco hasta que los tomé, no sabía cómo debía tomar la pluma

-Bien, lo que vez ahí-Dijo apuntando un garabato, eso me pareció a mí cuando lo vi- Son las letras, es el alfabeto... tu primer tarea es memorizarlas

-¿Todas?-Dije alarmada

-Todas-Dijo mirándome seriamente

-Bien-Dije un poco desilusionada

Después de unos minutos es los que me dijo que letra sonaba como cada una y estuve un rato intentando memorizarlas me interrumpió

-¿Qué te hizo cambiar de opinión?-Dijo mirando hacia el frente

Consideré el contarle lo que ocurrió el día anterior con Elena, el hecho de querer ser útil en ciertos aspectos para los cuales no podía sin saber leer pero no lo hice- Bueno, es algo útil supongo-Dije indiferente

Él me vio con los ojos entrecerrados pero no dijo nada, después de un momento en silencio en donde solo escuchaba el sonido de mi boca al susurrar las letras, en realidad no era tan difícil, ya me había memorizado algunas en orden

-Bien, paso número dos

-Aún no he terminado

-No importa, ya estas familiarizada-Yo fruncí el ceño, no estaba segura de que así funcionara el sistema de enseñanza pero hey ¿quién soy yo para decidir eso?

-Toma-Dijo pasándome la pluma, yo la observé

-¿También me enseñaras a escribir?

-Leer y escribir van de la mano... vamos-Dijo y la tomé, nunca había tenido una en mis manos, consideré el peso entre mis dedos, pero no sabía cómo debía sostenerla, él pareció notar mis pobres intentos de acomodar la pluma en mi mano

-Permíteme... ¿diestra, cierto?-Dijo tomando mi mano suavemente con la suya, cuando lo hizo no pude evitar ponerme un poco a la defensiva, pude sentir los callos de sus manos cuando con delicadeza colocó algunos de mis dedos alrededor de la pluma—cada persona tiene una manera particular de escribir, de tomar la pluma incluso, ésta...-Dijo volteando a ver mi mano, la cual seguía sujetada por la suya- es la mía, por lo pronto puedes empezar así, conforme practiques puedes hallar tu propia manera- el sonido de su voz era suave, me quedé embelesada viendo como manipulaba mi mano entre las suyas, después condujo mi mano hacia el recipiente con la tinta, mostrándome como sacar el exceso luego para no manchar el papel, quería decirle que me devolviera mi mano, es decir, mi mente me decía que no quería que me tocara pero en lugar de eso lo seguí observando, me concentre en la aspereza de sus manos sobre la mía y su voz calmada explicándome algo que sin duda había dejado de escuchar ensimismada en mis pensamientos, tanto que no me di cuenta cuando dejo de tocar mi mano y me miraba expectante, esperando a que escribiera o al menos intentara escribir el alfabeto

-¿Y bien?-Dijo entre extrañado y divertido, yo carraspee incómoda y proseguí a intentar realizar el primer trazo

-Muy bien-Dijo, ahora has lo mismo con las demás-Dijo y así lo hice

-Listo-Dije alzando la cabeza y alzando la hoja con una sonrisa orgullosa que inmediatamente desapareció en cuanto observé bien la hoja. Había terminado, sí, pero en comparación, mis trazos eran... feos, tenía letras más grandes que otras, algunas no se parecían mucho a las de él... otras algo, sí pero-Suspiré

-Todos empezamos así, la práctica es lo más importante-Dijo, yo asentí

Iba a decir algo pero un pensamiento corrió por mi cabeza

-¿Qué horas son?-Dije preocupada y el frunció el ceño mirando su reloj que colgaba de su pantalón

-pasadas las 11... 11:23

-¡Demonios!-Dije mientras me levantaba de la silla, no recordaba que hoy debía recibir un encargo para Mary a las 11:20, con suerte aun no habrían llegado aún

-Yo... tengo algo que hacer dije levantándome rápidamente que no noté que uno de mis zapatos se clavó en la tierra y al intentar caminar casi me caigo, no caí pero si trastabillé-Estoy bien-Dije y seguí caminando y a medio camino voltee-Gracias por la lección-Dije e inmediatamente seguí mi camino, podría jurar que lo vi aguantado la risa, no tenía tiempo de molestarme debía llegar antes que...

Demasiado tarde, vi como Elena sostenía una caja y la depositaba en la cocina

-Yo iba a recibir el paquete

-Si bueno... me pareció que estabas ocupada-Dijo haciendo énfasis en la última palabra-Se lo que haces-Dijo y subió la escalera mirándome con los ojos entrecerrados antes de desaparecer completamente

¿Se lo que haces?, apreté mis puños molesta, ¿Qué se supone que significa eso?

Después como ya era costumbre desde hacía unos días dejé un par de frutas dentro de una caja dejada estratégicamente de tal manera que pareciera basura, no sabía mucho de la niña pero si sabía que nadie roba comida solo por diversión... el día anterior por poco y la alcanzaba pero de alguna manera lograba desaparecer cuando yo creía que lograba alcanzarla.

Decidí que lo mejor era ganarme su confianza primero, suspiré cansada cuando escuché que Mary llegaba así que corrí a ayudarle.

...

Ya había pasado más de una hora de la cena y me encontraba en la cama cepillándome el cabello cuando escuché como alguien tocaba a mi puerta, lo cual era extraño, nadie tocaba mi puerta.

Me levanté descalza y me puse una bata sobre mi pijama para abrir la puerta, cuando lo hice no pude ver a nadie pero en el suelo estaba la misma hoja de la mañana con la misma pluma y tinta, no pude evitar sonreír aunque rápidamente me obligué a suprimirla, esperaba que él no estuviera viéndome aunque dudaba que eso fuera posible, lo habría visto, aun así, no quería que me viera.

Tomé las cosas y cerré la puerta, me quité la bata y me dirigí de nuevo a la cama, solo que en vez de cepillarme el cabello me dediqué a repetir los trazos sobre el papel hasta quedarme profundamente dormida.

𝑩𝑬𝑳𝑰𝑬𝑽𝑬𝑹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora