CAPÍTULO 2

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Caroline estaba en shock, no daba crédito a lo que estaba ocurriendo, había sido vendida por su propia familia, a un extraño, a un extraño que podría hacerle lo que quisiera, justo cuando esos pensamientos inundaron su cabeza se comenzó a sentir cada vez más débil, como si le faltara el aire, volteó a ver hacia la cama en dirección a su madre, la cual se había despertado de nuevo debido al ruido, solo miraba hacia abajo, avergonzada pero no había detenido a Pete ni una sola vez, sabía que su madre no le tenía mucho cariño, pero, ¿venderla?.

No pasaron ni dos minutos cuando Caroline dejó de escuchar a su alrededor y todo se volvió negro.

La desnutrición combinados con todo lo que había vivido en un solo día habían ocasionado que el cuerpo de Caroline no resistiera más y se desmayó frente la mirada de su madre, su padrastro y el hombre que acababa de comprarla como si fuese ganado.

...

Klaus no daba crédito a lo que veía, incluso a lo que acababa de ocurrir, tan solo pudo ver como la chica miraba desorientada y caía, alcanzó a reaccionar para tomarla por la cintura y que no cayera al suelo.

El hombre que hasta ese momento no sabía si tenía algún parentesco con la muchacha, tan solo se dignó a pedirle el dinero del trato, la mujer en la cama solo veía sus pies como si fueran lo más interesante del mundo, se preguntó si sería la madre de la chica, ellas dos sí que se parecían un poco.

El hecho de que la chica se hubiera desmayado afectaba terriblemente el plan de Klaus, había planeado dejarla ir apenas y salieran de su ¿casa?. ¿secuestro?, no lo sabía pero tampoco le interesaba, solo le pareció lo correcto.

Después de unos minutos Klaus se encontraba cabalgando la carreta que había comprado, lo suficientemente grande para que la chica yaciera acostada sobre las tablas de madera de la carreta, hasta había puesto su capa estratégicamente colocada para que diera cierta sombra a la chica. Por unos minutos no pudo más que imaginar cómo había terminado la chica con esas personas, su mirada angustiada y asustada con la que lo había observado, seguro se imaginaba lo peor de él, fue tanto su miedo que su cuerpo no le dio para más y cayó, aún recordaba lo delicada que se sintió entre sus brazos, no podía esperar a que despertara y decirle que era libre.

...

Caroline sintió como un leve rayo de luz le daba en la cara, así que poco a poco se fue despertando mientras sentía el ruido de unas ruedas y un caballo, no tardó más de dos segundos en que recordará lo que había ocurrido, sus hermanos, su padrastro vendiéndola a un desconocido, su madre sin hacer nada al respecto, sintió miedo, mucho miedo, observó que el hombre estaba cabalgando al caballo y no se había dado cuenta de que ella se había despertado, miró por encima del pedazo de tela que le impedía ver por completo y vio que no había nada, solo árboles y un camino de tierra y piedras, no lo pensó y saltó, saltó pensando que incluso morir era mejor que estar con ese hombre que no sabía que planes tenía para ella, saltó albergando la posibilidad de correr lo más rápido posible y alejarse de él, perderse por el bosque hasta que ya no quisiera encontrarla o no pudiera.

....

Un grito helado, de dolor y el sonido de algo cayendo de la carreta hicieron que Klaus frenara de golpe, el caballo relinchó e inmediatamente volteó a la carreta, ella ya no estaba, ni si quiera se había dado cuenta cuando despertó.

Bajó del caballo y la vio a unos cuantos metros y una expresión de dolor que se transformó en miedo, intentó levantarse pero fue en vano, tenía el tobillo torcido, Klaus se dispuso a acercarse pero cuanto más lo hacía, la chica más intentaba alejarse, vio como muy apenas pudo levantarse y dar unos pasos hasta volver a caer, frustrada. Cuando por fin pudo acercarse lo suficiente, se agachó para tomarla de la mano y ayudarle pero la chica que antes en sus ojos expresaba puro miedo ahora eran una mezcla entre furia y asco.

-¡NO ME TOQUE!-Dijo mientras trataba de alejarse sin poder avanzar más que unos centímetros, el cabello se le pegaba a la frente combinado por el sudor por el esfuerzo.

-Quiero ayudarla-Le dijo lo más calmado que pudo-Por favor, sólo, permítame ayudarla-Dijo Klaus que cada vez se iba impacientando más

-Sólo, déjeme aquí, por favor-Le dijo suplicante

Se lo pensó, por un lado ese había sido su plan desde el principio, dejarla ir, pero estaba herida, sin duda si la dejaba ahí sería lo mismo a matarla.

-Escucha, si te dejo aquí es muy probable que mueras o que alguien te haga daño-Vio como la chica lo miraba como diciendo "y tu no?", no te haré daño.

La chica lo observaba con recelo y aún en medio del dolor que debía estar pasando solo dejaba ver la furia, Klaus no recordaba que alguien lo hubiera visto con tanto odio, asco además de su padre claro está.

-Escucha, ¿si quisiera hacerte daño no crees que ya hubiera intentado algo mientras dormías?-Por primera vez la chica pareció pensárselo, tenía un punto.

Volvió a intentar levantarse cuando el dolor hizo que casi cayera una vez más, Klaus se acercó y le ofreció su hombro para apoyarse, la chica lo tocó lo menos que pudo y cuando por fin logró subir a la carreta notó que se sentó hasta la esquina de la misma y ni siquiera lo miró.

...

Caroline se sentía enojada, furiosa con todos, con ella misma por haber caído mál y haberse visto imposibilitad a huir, a tener que volver de donde por almenos unos minutos pudo escapar, era cierto, el hombre tuvo la posibilidad de hacerle algo mientras dormía pero no lo hizo, aunque tampoco lo excusaba de malas intenciones, Caroline no se podía dar el lujo de confiar, no.

Pero era su mejor opción hasta ahora, si se quedaba en medio de la carretera quien sabe que personas pudieran encontrarla, lo que le harían, estaba tan débil, tan herida, pero no por mucho, se dijo, en cuanto pudiera moverse aunque sea un poco para poder estar de pie se iría, si tenía que matar a ese hombre para lograr su libertad lo haría.

Desde atrás podía notar que aquel hombre no lucía como los aldeanos que siempre frecuentaba en el mercado, lucía mucho más limpio y sus ropas eran algo finas, se parecían a los que usaban los guardias del castillo que había visto esa mañana.

Ahora todo era diferente ya era de noche, aunque no muy tarde porque apenas se había ocultado el sol, estaba hambrienta y muy cansada pero no podía dormir, no podía darse ese lujo.

Vio como el hombre volteaba a verla varias veces de reojo hasta que frenó el caballo y se bajó del mismo.

-Supongo que tienes hambre-Le dijo, ven, compremos algo de comida aquí y con suerte habrá lugar donde dormir-Dijo e inmediatamente en cuanto dijo esas últimas palabras se arrepintió, la chica lo miraba asustada-No no, no es lo que quise decir, yo.. escucha yo no quería comprarte-Mientras más hablaba sentía que iba metiendo más la pata-Lo hice porque creí que sería lo correcto y...

-¿Es lo correcto quitarle la libertad a alguien?-Le dijo enojada

-No, pero pensé que si no la compraba, alguien más lo haría, alguien que sin duda no se habría preocupado en ser la mitad de amable de lo que he sido yo-Le dijo ahora el algo indignado-Puedes irte cuando quieras, es más ahora mismo si quieres, pero si eres un poco lista sabrás que eso no te conviene, no hasta que te recuperes-Le dijo mientras veía su tobillo aún inflamado-Como quieras, estaré ahí dentro, si decides entrar asumiré que aceptas sino, puedes irte, eres libre, yo no compro la libertad de nadie-Dijo mientras entraba al pequeño negocio de guisados que también era en parte un lugar en donde rentaban habitaciones a los viajeros.

Lo vio entrar sin siquiera verla, tenía dos opciones, confiar en ese extraño hombre o ir cojeando por el bosque durante la noche, ninguna de las opciones le gustaba.

Les gustaría que siga?... alguna recomendación?--- Los leo(:

𝑩𝑬𝑳𝑰𝑬𝑽𝑬𝑹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora