Capítulo 19: Actitud Romeo y Julieta?

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Mi despertador empieza a sonar como loco y lo busco a tientas sobre la mesita de noche, una vez lo encuentro, lo lanzo y el ruido termina. Supongo que tendré que comprar uno nuevo, ese reloj era mi salvación cuando mi teléfono se descargaba y no podía usarlo de alarma, diez minutos después comienzo a arreglarme para ir a la escuela, luego de ducharme al ritmo de Luis Fonsi, con su canción Calypso, me quedo en ropa interior frente al espejo de mi closet y me voy aplicando una fina capa de maquillaje a la vez que tarareo Señorita, pasan unos minutos y me doy cuenta que estaba tan inmersa en el maquillaje que no me percaté de que cantaba esa canción porque estaba sonando mi teléfono, lo agarro y veo que Fabio era el que llamaba, decido ignorarlo y continuar, luego le regreso la llamada.

Justo cuando termino de aplicarme brillo labial, siento un ruido en mi ventana y decido aproximarme para ver que pasa, no he dado ni dos pasos cuando entra mi cavernícola rodando prácticamente y termina a centímetros de mí. Me quedo como una estatua en el lugar mientras él se levanta, acomoda su pelo y me dedica una de sus sonrisas moja bragas.

- Buenos días Pelusa – baja la mirada y me observa con zumo cuidado, como si analizara cada parte de mi cuerpo y en el proceso, levanta una ceja y se relame los labios antes de soltarme – bonitas bragas

Un momento, bo-bo-bonitas bragas dijo, miro mi cuerpo y los dioses deciden iluminar mi cerebro y activar las pocas neuronas que sobrevivieron al shock de ver a Fabio entrar por mi ventana, para recordarme que sigo en ropa interior, y que, para mi desgracia, no llevo ropa interior infantil como suelen hacer las protagonistas de esas novelas que leo en wattpad, no, llevo un conjunto negro de encaje que me regaló mi madre hace unos días.

- Estúpido cavernícola, ¡¡¡¡date la vuelta!!!  – agarro una almohada para cubrirme y le lanzo otra, él se da la vuelta entre risas y yo corro a mi closet para ponerme algo. Agarro un vestido negro que no uso hace tiempo y que me llega a los muslos, es ajustado y me hace una linda figura – ya puedes darte la vuelta

- Vaya, ahora mismo me estoy decidiendo si te prefiero con eso puesto, en ropa interior o sin nada absolutamente – me dedica una mirada cargada de malicia y yo le lanzo mi toalla, que carajos pasa con él hoy que trae este humor cuando un día antes me estaba deseando suerte con Dante – sólo era una broma Pelusa, apúrate que se nos hace tarde para la escuela

- No jodas, quieres explicarme porqué entraste a mi habitación por mi ventana, casi me causas un infarto y para colmo, me violas con la mirada prácticamente

- Vine a buscarte para llevarte a la universidad, hoy soy tu chofer personal, lo de verte en ropa interior fue una agradable sorpresa adicional – me guiña un ojo y seguido me lanza un beso

- No podías tocar el timbre y entrar como una persona normal

- Oh vamos, donde estaría lo interesante en eso, además, soy un romántico empedernido, escalar ventanas a lo Romeo y Julieta es mi especialidad

- Si claro

Lo miro de mala gana, pero a quién quiero engañar, no puedo estar enojada con él, no cuando escaló mi ventana, no cuando tiene esa hermosa sonrisa pegada al rostro y definitivamente no cuando está vestido con esos jeans oscuros y esa camisa gris que se pega a sus brazos marcándolos y haciéndome babear mentalmente.

- ¿Desayunaste? – le pregunto luego de darme una bofetada mental para enfocarme

- No, me apresuré por llegar aquí antes de que te fueras

- Bueno, bajemos a desayunar, gracias a Dios mi madre salió temprano a trabajar si no, ni idea de como le explicaría cómo carajo entraste

- Dramática, ella me ama

Primer Amor (Que No Te Engañen Los Cuentos De Hadas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora