Capítulo 18: Regreso a casa

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Genial, olvidé tomar la ropa antes de venir a ducharme y para colmo la toalla apenas cubre mi cuerpo, jodidamente genial. Salgo al pasillo y me dirijo a mi habitación, entro y cuando me doy la vuelta ahí está Dante recostado en mi cama.

- Oh mierda, me has dado un susto de muerte – digo y aferro la toalla a mi cuerpo

- Perdón, subí a buscarte y como no te vi supuse que estabas en la ducha y decidí esperar aquí – comienza a caminar en mi dirección y veo sus ojos barrer mi cuerpo

- Va…vale, eh, Michi dijo que no estabas en la casa

- Salí con Liam a dar una vuelta por los alrededores, una despedida se pudiera decir – llega a mi lado y acaricia mi brazo desnudo y yo comienzo a ser un manojo de nervios

- Podían habernos avisado y así los acompañábamos

- Tú estabas durmiendo y no te quería molestar, además, alguien tenía que quedarse a esperar por tu amigo – siguió con su caricia y al llegar al final de mi brazo tomó mi mano – ¿Como estuvo su conversación?

- ¿Qué?

- Sí, llegamos y Michi nos dijo que estaban teniendo una conversación entre mejores amigos – esa conversación fue de todo excepto de mejores amigos – así que esperé y subí unos minutos después de que él bajara

- Ah, sí, todo bien, solo teníamos que arreglar unos asuntos que teníamos pendientes

- Ok – subió mi mano hasta sus labios y besó mis nudillos – dejo que te cambies y te espero en la sala, Michi se encargó del almuerzo – hace una mueca de disgusto y yo me compadezco de él, y bueno, de todos nosotros.

Le di un beso al adonis y se marchó, carajo, los nervios me estaban matando, no podía estar más incómoda teniendo una conversación en toalla con Dante.
Una vez vestida con un short celeste y un top negro, bajé las escaleras tomando profundas respiraciones, sabiendo que debía estar en la misma habitación con Dante y Fabio, al llegar a la sala, Liam y Michi conversaban animadamente sentados en uno de los sillones, mi cavernícola al lado de ellos y el adonis en el sillón de enfrente, ambos chicos estaban inmersos en sus celulares haciendo sabrá Dios que cosa.

- Hola – dije para llamar la atención de todos

- Aquí llega la dormilona – habló Liam entre risas

- Ven aquí princesa – Dante palmeó a su lado en el sofá, observé a Fabio disimuladamente y noté como este ponía los ojos en blanco

Me senté y Dante me dio un pico, esto en serio era incómodo.

- Ya que estamos todos, vamos al comedor y así almorzamos, tardé mucho en cocinar, espero que sepan valorar mi esfuerzo

- Yo solo espero no morir envenenado – dijo Liam y mi amiga lo fulminó con la mirada

- Vamos a darle una oportunidad, dice que se esforzó así que quizás puede sorprendernos – mencionó Dante riendo

- Gracias querido, ves osito, alguien que si cree en mí

- Ya basta, vayamos a comer y listo – si no paraba esto se avecinaba una tonta discusión de enamorados

Noté que Fabio estaba muy callado y eso me preocupaba un poco, pero no pensaba preguntar, estaba enojada con él por su comportamiento de mierda y no quería hablar por ahora.
Mientras los chicos se sentaban a la mesa, ayudé a Michi a servir su gran creación, la cual consistía en pollo frito, papas fritas, arroz blanco y ensalada de tomate, lechuga y pepino, y según ella preparar esto fue muy trabajoso, no es que yo sea una experta en la cocina, pero mi amiga es una exagerada.

- Cariño ¿Esto es lo que te tomó tanto trabajo? – ay querido Liam me leíste el pensamiento

- No sabes lo difícil que es evitar que se te quemen todas estas cosas y que no queden crudas, además, freír debería ser considerado un deporte de alto riesgo – todos estallamos en risas, excepto Fabio que seguía demasiado serio y hasta se veía pensativo, ido.

- Bueno, como sea, coman

Resultó ser que la comida no estaba tan mal y terminamos felicitando a Michaela, luego del almuerzo Fabio dijo que saldría a tomar aire y no volvió hasta que Liam lo llamó alrededor de las 5 de la tarde diciendo que ya era hora de salir, era 1hora y media de viaje y debíamos salir temprano para descansar ya que al otro día teníamos clases, momento de volver a la realidad.
Empacamos todo y metimos las cosas en el jeep de Fabio, esta vez me tocó sentarme de copiloto ya que atrás se encontraban Michaela, Liam y Dante sosteniendo una maleta de mi amiga, este sería un viaje largo. El silencio dentro del auto era algo incómodo, ni siquiera Michi hablaba, no sé si era que todos estábamos cansados o si de alguna manera se detectaba la tensión que había en el aire.

Decidí que la música ayudaría a relajarnos y me tomé la libertad de encender la radio, y bueno, malísima idea porque comenzó a sonar la canción de Marshmello con Anne Marie, Friends, y para más desgracia era la versión en español. Fabio y yo nos miramos y apretó el volante cuando la canción decía:

Entiende que aunque luches no habrá nada

El chico a mi lado apagó la radio, sinceramente, no sé quién debería sentirse más ofendido con esa canción, él o yo, aunque siendo honestos, yo más.

Al llegar a la ciudad, mi mejor amigo se aseguró de dejar a cada uno cerca de sus hogares, Dante me pidió que esperara por él para llevarme a casa en el auto de su padre, pero me negué, ya que entre otras cosas, eso significaba que tendría que entrar y conocer a sus padres, no quería dar ese paso, así que le expliqué que estaba muy cansada y el entendió, nos despedimos y se fue. Los siguientes fueron Michi y Liam, quienes se quedaron, ambos, en casa de Liam. Cuando Fabio y yo nos quedamos solos mis manos comenzaron a sudar y no quería ni mirarlo, así que me dediqué a observar por la ventana. Una vez el auto aparcó frente a mi hogar, abrí la puerta y salí disparada de este.

- Gracias por traerme, a todos en realidad, hasta luego – me dispuse a cerrar la puerta, pero Fabio se estiró y agarró mi brazo

- Pelusa yo…

No me miraba, no me miraba a los ojos y eso me desconcertaba, su mano tomó la mía y lo único que hizo fue observar nuestras manos entrelazadas, levantó la vista y en sus ojos me pareció ver algo de tristeza y arrepentimiento. ¿Qué está pasando?

- Solo, espero que ese idiota te trate bien, te lo mereces – depositó un beso en la palma de mi mano y se despidió

Me quedé observando la calle, pensando en lo que acababa de decirme, mi corazón se agitó, pero me obligué a mí misma a olvidar cualquier tipo de sentimiento que pudiese tener ahora mismo por Fabio y entré a mi casa, hora de descansar y prepararme para mañana.

Primer Amor (Que No Te Engañen Los Cuentos De Hadas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora