Capitulo 10: Hola cariño

41 8 0
                                    

Marinette y Rellian habían salido luego del mediodía, ante la duda de dejar o no a Adrien solo, Rellian indicó que era más que la casa era más que segura y que no podía salir, De cualquier forma, al menos Marinette no lo vio desde el día anterior. Tal vez él volvió a morir en la habitación, solo. Pero ella descartó esa idea poco probable. Estaba en largo camino por la avenida Rosh, dirigiéndose a su antiguo hogar.

-¿Estamos seguros de que fue una buena idea dejarlo solo?-Luego de un buen rato, Marinette volvió a insistir con la idea.

-No se trata de que sea una buena idea o no, es lo que más nos conviene.

-Pero realmente-Ella hizo una pausa-¿Lo es?

-Te preocupas por él más de lo que quieres aparentar.

-No me preocupo por él, me preocupa lo que pueda pasar.

-Es mi experiencia con las personas, cualquier consulta no modifica los posibles eventos futuros-Él la miró de reojo-Solo relájate.

Marinette ignoró la última frase, estaban por llegar dentro de poco a su antiguo hogar. No podría calmarse, y sabía que tampoco iba a poder calmar las emociones que iban a surgir cuando se cruza por el marco de la puerta. Probablemente los pequeños trozos de cebolla se resecaron sobre la tabla de madera la televisión que realmente solo proyectaba solo dos canales pero no necesitaban en lo absoluto probablemente esta arruinado por completo gracias a las pequeñas goteras del techo. Marinette sentía que su corazón se hundía más y más cuando entró en los caminos familiares que llevaban a la choza en los límites de los suburbios.

Tomó aire, tratando de controlar los sentimientos que quería salir a flote. Ella iba a entrar ahí, tomar lo que necesitaba y se iría. Sin detenerse a mirar alrededor, sin recordar los distintos recuerdos vividos que tenía en cada rincón del lugar que solía ser su hogar. Pero era difícil, era tan jodidamente difícil cuando cada pedazo de su alma estaba rota en porciones tan pequeñas que era difícil volverlas a unir. Se preguntaba si algún día iba a recomponerse así misma.

-Es la casa detrás de los árboles, podríamos aparcar aquí que es difícil entrar con un vehículo.

A medida que caminaban por el pequeño sendero de piedras, las hojas caían de los árboles como si dieran la bienvenida. A pesar de que era un lugar de fácil acceso para cualquier persona, a Marinette siempre le había gustado lo escondido que estaba la pequeña cabaña, en medio de los frondosos árboles y el único indicio que había de la ciudad eran los dos postes de luz, un escalofrío recorrió el cuerpo de Marinette al observar el lugar en donde había encontrado a Aurora muerta. A la luz del día, y sin un cadáver, el piso solo estaba adornado de hojas resecas.

La cabaña tenía un color oscuro, como si nunca hubiera tocado una gota de pintura. Lo cual era acertado, Aurora pensó en comenzar a pintarlo por alguna razón de color blanco, pero jamás pudo concluir su idea. Una vista simple, se notaba que era un hogar abandonado pero el interior era mucho más reconfortante y acogedor.

Ambos se detuvieron a unos metros de la cabaña.

-Tomaré lo que necesito y saldré en cinco minutos.

Los ojos de Rellian, que había estado vagando por todo a su alrededor como si estuviera buscando algo. Cuando escuchó las palabras de Marinette, su mirada de tigre se puso sobre ella con una pequeña incógnita que no supo descifrar. Nada de él era predecible.

-Estaré esperando-Se limitó a decir.

Marinette empujó un poco la puerta principal, esta hizo un pequeño rechino que provocó un eco en el bosque. La cerró detrás de ella, casi segura de que los ojos de Rellian no la habían abandonado hasta que desapareció de su visión. El olor a madera húmeda penetró sus fosas nasales que la llevó a un recuerdo automático de Aurora encendía esas velas aromáticas que tanto le gustaban. Una débil sonrisa se instaló en su rostro, sabía que a pesar de todo el dolor que podría llegar a sentir valía mucho la pena recordar los buenos momento que ponerse triste por saber que no se volverían a repetir.

가족의 유대 © PAUSADA TEMPORALMENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora