Él no había escuchado algún tipo de sonido durante mucho tiempo, al principio fue extraño y casi desesperante. Pero luego, le gustó. Fue una agradable sensación estar en la nada misma, era difícil de explicar para él pero era simplemente la incertidumbre, era como estar sentado en un lugar completamente oscuro, sin paredes ni suelo. Sin poder pensar, sentir o hablar.
-Esta por despertar.
-Necesito hablar con él.
No reconoció la primera voz, pero si la segunda. La había estado buscando por un tiempo, hasta que ella lo encontró. Se sentía entumecido, no recordó en que momento había perdido el conocimiento. Abrió sus ojos lentamente, sin parpadear. Sentía los ojos arenosos, como tuviera tierra en ellos.
-Adrien.
La había visto en la penumbra de la iglesia, luego de haber esperado horas y horas. Pero supo que vendría, solo tenía que esperar el momento. Hasta que vino, estaba igual a como la recordaba. Aunque él realmente no sabía cuanto tiempo había pasado. Lentamente su cerebro recreó el recuerdo de la primera vez que la vio, sintió lo mismo que aquella vez en ese momento. La sensación de descubrir algo nuevo, había visto muchas mujeres en su vida pero sabía, sabía que Marinette nunca fue como todas.
-No respondiste la pregunta.
Marinette frunció el ceño, cuando habían entrado a la iglesia y vieron a Adrien sentado, tan pronto como se acercaron su cuerpo cayó al suelo como un saco de patatas. Fue un completo shock volver a ver a Adrien. Al menos lo que quedaba de él. Su piel tenía un color amarillento como la cera pero al mismo tiempo morado, opaco y sin ningún tipo de brillo, sus labios agrietados eran de un color tan oscuro que parecían completamente negros. Tenía el cabello descolorido, seco y manchado con tierra. Los ojos de Adrien habían cambiado a un color grisáceo tan antinatural y vacíos que a Marinette le recordaron a un pozo negro. Tenía una mirada desorbitada, como si realmente no estuviera ahí.
¿Realmente él lo estaba?
Marinette podía afirmar, Adrien era un muerto viviente. Sus ojos se arrastraron lentamente a los de ellas, la capa gris que los recubría le provocó escalofríos.
-Les daré diez minutos a solas, Marinette.
Ella ignoró el comentario de Rellian, habían ido a su lugar. Si es que se pudiera llamar así, era una solitaria casa en una de las manzanas menos pobladas de Dalewood. El lugar apenas estaba amueblado, Marinette sabía que tan solo era uno de los muchos lugares en donde Rellian se escondía cuando hacía trabajos para su padre. Apenas se habían acercado a Adrien en la iglesia abandonada, su cuerpo se desplomó en el suelo como un saco de papas. Cuando lo transportaron al auto, el olor a tierra y pasto era lo único que nublaba sus fosas nasales.
-¿Cómo es esto posible?-Susurró Marinette, se sentía tan increíblemente sorprendida y en estado de shock por verlo frente a ella que fue difícil que sus emociones no salgan a flote.
Él estaba acostado, con sus manos sobre su estómago. Sus ojos pasaron de Marinette a recorrer todo a su alrededor, el techo, el suelo, las paredes, como si fuera un recién nacido. Adrien tan solo dio un pequeño parpadeo mirando el techo. Marinette espero una respuesta por unos largos minutos, pero nunca llego.
-Adrien-Sonó casi suplicante.
Él no reaccionó al llamado, comenzó a palmear la punta de su dedo índice contra su estómago.
-¿Estaba muerto?
Los ojos de Marinette se aguaron recordando la noche que cambio el rumbo de su vida para siempre, fue hace tanto tiempo, los recuerdos comenzaron a inundar su cabeza como una película. Luchó contra el sollozo que amenazaba con escapar de su garganta, tragó saliva con fuerza y suspiró.
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가족의 유대 © PAUSADA TEMPORALMENTE
Fanfiction''Bienvenido, el juego nunca se acaba'' Continuación de los 저주받은 쌍둥이 (Los gemelos malditos)