ᴀ ʟᴀ ʜᴏʀᴀ ᴅᴇ ᴍɪ ᴍᴜᴇʀᴛᴇ

2.3K 281 52
                                    

Las luces están apagadas, el cuarto a oscuras y frío, a pesar de que las dos personas en él se encuentran muy calientes. La nieve ha comenzado a caer fuera y el viento golpea contra la ventana que ha casi llegando al techo, pero Yoongi se encuentra muy ocupado para prestar atención a la tormenta que, poco a poco, comienza a formarse.

No puede dejar de gemir sobre la boca del diablo debido a las aceleradas embestidas que éste le daba. Tan solo se oían los chasquidos que formaban sus labios, la cama crujir un poco y el sonido de Taehyung entrando y saliendo de Yoongi. Ambos desnudos, unidos de la mejor forma posible.

-Voy a... -Intentó avisar el rizado, pero fue demasiado tarde. Soltó un jadeo ahogado y algo agudo mientras arqueaba su espalda y doblaba los deditos de sus pies, tensando cada musculo de su cuerpo a la vez que su escencia salía, manchando ambos torsos. Exquisito.

Mientras intentaba recuperar la respiración, se mantuvo quieto hasta que el ente llegó al orgasmo en su interior. Ambos quedaron sudorosos, respirando entrecortado y con los cuerpos pegados. Taehyung se sostenía con sus brazos a los lados de la cabeza de Yoongi, y comenzaba a darle profundos y lentos besos en los labios, los cuales eran correspondidos de inmediato. Sus manos bajaron por el pequeño cuerpo del menor hasta llegar a las nalgas.

-Ya no voy a dejar que nadie vuelva a lastimarte. —Presionó sus manos para apegarlos más, sin dejar de besarlo. Los brazos del menor rodeaban el cuello del ente. — Tú eres mío.

-Sí... —Y, maldición, si que lo era

Los besos continuaron, pero Taehyung pudo notar como éstos se volvían más lentos de parte de su niño favorito. Salió del interior de éste último y se puso a su lado, atrayéndolo a sus brazos y agitando su mano, provocando que las cobijas volaran en su dirección y los taparan a ambos.

Sabía que Yoongi no tenía sueño, porque llevaba durmiendo gran parte de las tres semanas que había pasado sin irse ni un momento. El adolescente tenía miedo, incluso a veces temía estando junto al diablo y éste debía de comenzar a explicarle que nada más malo que él podia permanecer a su lado a la vez que el ente se encontraba allí. Estaba delgado, pálido, con marcas que él no hacía. Eran golpes, golpes insignificantes como rozar los dedos contra un mueble, o marearse y apoyarse bruscamente contra una pared. Ya no reía tanto, sonreía poco, y se mareaba mucho.

¿Debía Taehyung ignorar las súplicas de Yoongi e irse en busca de lo que lo dañó? No estaban llegando a nada, y su esposo moría lentamente. Por su culpa.

Se pasó la noche en vela, como siempre, pensando miles de cosas mientras acariciaba el rostro de su esposo y lo admiraba hasta el amanecer.

Se pasó la noche en vela, como siempre, pensando miles de cosas mientras acariciaba el rostro de su esposo y lo admiraba hasta el amanecer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era 20 de diciembre.

La nieve continuaba cayendo y la familia Min empacaba para irse a la cabaña en la cual siempre se hospedaban para pasar la navidad junto a los tíos y primos de Yoongi. Éste último se encontraba doblando ropa sobre su cama con un bolso abierto a un lado. Dominique se oía en el piso de arriba y el rizado no paraba de tararearla. Taehyung lo observaba en una esquina con los ojos grandes y serio, como si estuviese traumado: Aquella canción había sido reproducida más de siete veces y su esposo la seguia cantando.

ᴅᴀɴᴄɪɴɢ ᴡɪᴛʜ ᴛʜᴇ ᴅᴇᴠɪʟᵗᵃᵉᵍⁱ (En Revisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora