ᴄᴏɴsᴇᴄᴜᴇɴᴄɪᴀs ɪɴғᴇʀɴᴀʟᴇs

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Habían pasado tan solo unos minutos
de lo ocurrido, y Yoongi parecía haberse congelado en su sitio. Taehyung se encargó de limpiarle el rostro con su propia camisa, lo tomó en brazos, y lo llevó a la pequeña e incómoda cama de aquel lugar, desvistiéndolo para ponerle su pijama.

Era lo menos que podía hacer.

Fue cuando el rizado se durmió -o eso
parecía- que Taehyung se giró hacia la
puerta, haciendo un movimiento con
su mano en dirección a esta. Debía de
bloquearla, al menos en el tiempo en que no estaría allí.

Se puso de pie con lentitud, caminando
hasta el medio del cuarto, provocando que la madera del suelo resuene con cada lenta pisada y, no sin antes echar un ultimo vistazo a su niño favorito, quien dormía con tranquilidad, desapareció de aquel sitio.

Cuando regresó a la casa de los primos de Yoongi, fue recibido por un irritante, y desgarrador llanto. No podía importarle menos. Estaba allí para amenazar al único primo que quedaba de Yoongi, a quien le advertiría guardar silencio, o su muerte sería aún más dolorosa que la de sus hermanos.

Había oficiales en aquel lugar, tambien
oyó el llanto de una mujer, y estaba seguro de que se trataba de la tía de Yoongi, lamentándose por la pérdida de otro de sus hijos. No era su culpa, pero no podría explicárselo, ni quería. Taehyung hubiese ido directo hasta el cuarto donde el cuerpo de aquel idiota se encontraba, pero se detuvo de forma abrupta al notar algo inusual. Su mirada viajó hasta la bolsa de óbito que
se encontraba sobre una camilla, por ser transportada hacia la morgue, por lo cual se aproximó. No le importaba. Había algo extraño, sí...

Llevó su mirada a la bolsa que envolvía el cadáver de Jun, el cual estaba sobre una camilla, y tuvo que acercarse un poco para comprobarlo. De todas formas, no estaba siendo visible para los demás.

Llevó su mano sobre la bolsa, sin tocar, y lo confirmo: El alma de Jun seguia en su lugar.

¿Cómo era posible? Más bien, la verdadera pregunta de Taehyung era: ¿Por qué Muerte no había ido por el alma de aquel lamentable intento de persona?

Cuando él no estaba haciendo pactos,
Muerte era la encargada de las almas.
Se las llevaba, y las guiaba hacia donde
pertenecían: Cielo, infierno, purgatorio.
El no tomar un alma de un cuerpo,
significaba dejarla con decisión propia, es decir; Jun se volvería un alma en pena o ni siquiera despertaría, continuaría como si estuviese dormido, cosa que a Taehyung le parecía perfecto porque no quería verle ni
de fantasma, aun así, era extraño.

Lo suficiente para prestarle atención.

Cuando Taehyung reapareció en el cuarto del motel, notó a su esposo despierto, observando el techo antes de girar un poco su cabeza en su dirección, observándolo fijamente. Había ojeras más notables bajo sus ojos, pareció como si se deteriorara
con el paso de los minutos.

Esto tenía que terminar hoy, y más
ahora, que estaba casi seguro de haberlo conseguido.

El Diablo caminó hacia la cama,
sentándose en el espacio que quedaba.

-Necesito que me cuentes sobre tus
visiones.

Yoongi parpadeó rápidamente antes de
negar, regresando su mirada al techo.

-No eran muy interesantes -dijo. Un
silencio se formó entre ellos antes de que el rizado suspirara y se pusiera de lado, en dirección a su esposo- ¿Por qué quieres saberlo?

Taehyung debía ser inteligente, y eso
significaba no decirle a Yoongi su plan. Este había comenzado la etapa de oscuridad la cual, ya de por sí, iba bastante rápido- y probablemente no querría su alma de regreso.

ᴅᴀɴᴄɪɴɢ ᴡɪᴛʜ ᴛʜᴇ ᴅᴇᴠɪʟᵗᵃᵉᵍⁱ (En Revisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora