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Abrazos

Era su primera vez jugando a ser padres, hacer todo lo que observaban de sus progenitores

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Era su primera vez jugando a ser padres, hacer todo lo que observaban de sus progenitores. ¡Les emocionaba!

Ser padre tampoco se veía muy fácil, así que ese reto hacía el juego más divertido.

—¿Hoonie hyung, qué haremos primero? —preguntó adorablemente el pequeño Sunoo, sus grandes ojos miel brillando curiosos.

Sunghoon terminó de guardar las hojas blancas y los lápices de colores como el niño grande y responsable que era, poniéndose nervioso al no saber qué contestarle al castañito.

—Ehm... —pensó rápidamente. ¿Qué hacían sus mamás? ¿Qué hacían? ¿Qué hacían..? —¡Oh! Mamá y mami se abrazan mucho y se dicen muchas cosas bonitas cuando llegan a casita.

—Pero, Hoonie, ¡yo siempre te abrazo muchito y te digo que eres el mejor hyung cuando te veo! —hizo un pucherito, ¿no harían algo diferente después de todo?

Sunghoon negó. —Es diferente, Sunnie. —aclaró.

—Uhm, ¿de qué forma? —se acercó más a su hyung, su curiosidad resplandeciendo tiernamente en sus ojos.

—Pues... Mami Minju se sienta en las piernas de mamá para acurrucarse en su pecho. Luego se empiezan a decir cosas bonitas hasta que las dos tienen los cachetes rosas. —dijo, observando inocentemente a Sunoo.

Este se puso de pie, solo para sentarse de lado en las delgadas y pálidas piernas de su hyung, recargando su cabecita en el pecho de Sunghoon y abrazándose de la cintura del mismo. Al instante unos brazos lo envolvieron cómoda y cálidamente, haciéndolo sentir aun más pequeño de lo que ya era, pero también satisfecho y, por alguna razón, tímido.

—¿De esta forma? —preguntó, alzando un poco su vista para mirar al mayor, quien asintió en respuesta, apretando un poco más el cuerpo de Sunoo al suyo posesivamente. Un pequeño celoso que quería cuidar de su bonito dongsaeng.

Sunoo se acomodó mejor, abrazando el torso de Sunghoon y acomodando su cabeza en el hombro del mismo. Su gran cachetito canela contra el pequeño hombro de Sunghoon, sus labios rojizos abultados en un pucherito por la presión en el lateral de su cara.

—Me gusta abrazar a mi Sunnie. —dijo de repente el mayor, recargando su cabecita en la del castañito. Sunoo solo sonrió feliz y sonrojadito.

—A mí también me gusta abrazar a hyung. —escondió su carita en el pecho del mayor, y sólo dejó su rostro a la vista una vez que ese extraño y bochornoso (pero también lindo y emocionante) calor desapareció de sus mejillas. —¿Qué cosas lindas se dicen tus mamis?

—Uhm, siempre las susurran y no puedo escuchar bien... Pero dicen cosas como "eres muy linda" y "estoy feliz de estar contigo" y así. —se alzó de hombros.

—Oh. —entonces Sunoo se acomodó para estar a horcajadas sobre Sunghoon, aplastando sus mejillas suavemente para sonriente decirle. —Sunghoonie es el niño más tierno y bonito del mundo.

Sunghoon sonrió, sus mejillas espolvoreándose levemente de rosa al recibir aquel cumplido. Tomó las manos de Sunoo que estaban en sus mejillas, entrelazando sus deditos juntos.

—Sunnie es un pequeñito muy guapo y talentoso. —le dijo con una gran sonrisa, el mencionado sonriendo tímidamente con sus cachetitos nuevamente rojos.

—¡Hoonie será tan apuesto cuando crezca, que se convertirá en el modelo más guapo de Corea y del mundo!

—Sunnie tiene la voz más bonita del mundo cuando canta. —Sunoo rió por eso, encantando de lo dicho.

—Hoonie será... Uhm, Hoonie será... —pensó por unos momentos, mirando al mayor que esperaba emocionado por lo que diría - ¡Hoonie será mi esposo!

—¿Oh? —abrió sus ojos sorprendido. —¿Quieres que sea tu esposo? —el castaño asintió avergonzadito, su labio inferior preso y su carita víctima de un fuerte sonrojo.

Sunghoon parpadeó un par de veces hasta finalmente sonreír con un feliz sonrojo.

—Sunnie será el esposo más tierno y bonito del mundo. —dijo, emocionando al menor, quien lo abrazó fuertemente escondiendo su carita otra vez.

Sunghoon reía por lo tímido que era su menor, dedicándose a acariciar su espalda y su sedoso cabello castañito. Pasaron minutos de esa forma, hasta que se percató de que el agarre de Sunoo se debilitaba, víctima del sueño.

—Sunoo, ¿tienes sueñito? —acarició suavemente su mejilla. Sunoo bostezó, sus ojitos llenándose de pequeñas lágrimas antes de asentir y volverse a acurrucar en Sunghoon.

Sunghoon bostezó igualmente, viéndose contagiado por la pereza también. Aún así, siguió acariciando la espalda y masajeando el cuero cabelludo de su menor.

Cuidándolo, consintiéndolo, amándolo.

Después de todo lo quería mucho y como hyung debía cuidarlo muy bien.

Minutos después, ambos menores quedaron profundamente dormidos en su inseparable y tierno abrazo.

Minju fue quien los descubrió dormidos, abrazaditos en la alfombra.

Una tierna escena que sin dudas debía capturar, por lo que buscó su cámara y el mejor ángulo. El flash despertando solamente a Sunghoon, quien miró con confusión a su mamá, que le sonrió a forma de disculpa.

—Sunghoon, voy a llevar a Sunoo al cuarto para que duerma más cómodo. —avisó, estirando sus brazos hacia el menor.

Estaba por alzar al castañito, las alarmas de Sunghoon se encendieron en ese instante, sus brazos reaccionando por sí solos y apretando a Sunoo más fuerte, para que su mamá no se lo quitara, para no dejarlo ir.

—¿Sunghoon...?

—¡No! —Minju se sorprendió, alejando sus delicadas manos de Sunoo, quien seguía cómodamente dormido en los brazos de Sunghoon. —No te lo lleves, no me lo quites. —pidió.

—Pero, Sunghoonie...

—¡No! —se refugió en el cuello del castaño.

Minju se sintió conmovida, así que dejó que su hijito siguiera abrazando al somnoliento Sunoo, dejándolos solos.

Y Sunghoon volvió a dormir tranquilo, junto con Sunoo, en una burbuja rosa pastel de cariño y afecto, que los envolvía en un sueño animado lleno de golosinas y juguetes de acción.

𝐋𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐇𝐀𝐂𝐄𝐍 𝐌𝐀𝐌𝐀 𝐘 𝐏𝐀𝐏𝐀 › sungsun ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora