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Pijamada; 2

Los pequeños en silencio, pensando, considerando, descartando lo que podrían hacer en esa pijamada

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Los pequeños en silencio, pensando, considerando, descartando lo que podrían hacer en esa pijamada.

De repente, el pelinegro con una brillante idea resplandeciendo en su mente.

—¡Lo tengo! —corrió hacia su pequeño escritorio, sacando un control remoto del segundo cajón. —¡Veamos una película, Ddeonu!

—Oh. —el pequeño se emocionó, recordando algo. —¡Mis papis ven películas juntos!

—¿Enserio? —regresó a la cama, encendiendo el televisor. —¡Mis mamis también! Aunque siempre se quedan dormidas, así que yo apago la tele por ellas.

Presionó el botón de "Netflix", dando click a su propia cuenta.

—¿Cuál película vemos? —preguntó Sunghoon, mirando al castañito.

—Mmm.. —estiró su boquita, mirando la gran cantidad de películas que le ofrecía esa plataforma. Era difícil escoger.

Sunghoon solo miraba cariñosamente la adorable carita concentrada de Sunoo, con sus cejitas fruncidas y sus labios estiraditos. Era tan lindo el castañito.

—Oh, ¡intensamente, intensamente! —se decidió, apuntando eufóricamente a la pantalla.

Sunghoon dió click a la película, acostándose luego junto a Sunoo, entrelazando sus brazos para acurrucarse juntos. Con su brazo libre, Sunoo alcanzó la bolsa de gomitas de mora, dándole de comer a Sunghoon una y luego otra a él. Así sucesivamente.

Todo iba bien, los pequeños habían terminado sus gomitas, ahora solo mirando abrazaditos la película. Pero, oh... la escena triste por fin había llegado, y sus corazoncitos dolieron haciéndoles llorar a un volumen no tan bajo.

Minju subió a checar a los pequeños al escucharlos llorar, mirando por la puerta entreabierta que los dos tenían la boca manchada de morado, abrazándose mientras lloraban por Bingbong. Suspiró divertida, negando un poco. Los pequeños siempre lloraban con esa parte de la película aunque ya la conocieran a la perfección. Con cuidado cerró la puerta, haría galletas para la cena y así tal vez olvidarían su tristeza.

—H-hoonie... —el nombrado volteó a verlo. —E-estoy triste, dame un besito para que me sienta mejor. —pidió con sus labiecitos abultados.

Sunghoon se arrodilló, tomando entre sus pequeñas manos las mejillas canela con gotitas de agua, acercándose para besar los labios de piquito como solía hacerlo.

—Mmm... —Sunghoon miró a Sunoo luego de dos besitos de pico. —¡Ddeonu, tus labios saben a gomitas!

Volvió a unir sus labios, sólo que esta vez de forma diferente, apresado los acolchados y pintaditos —por el colorante morado— labios del castaño. Fascinado por el acaramelado sabor, metió su rosada lengua a la boca del castaño, probando el dulce sabor en la lengua de Sunoo.

Una electricidad les recorrió el cuerpo entero, sonrojándoles, tan intensa para sus cuerpecitos que se separaron como si sus bocas quemaran. Les había gustado esa sensación, sin embargo también asustado. Tanto, que no estaban seguros de querer repetirlo de nuevo.

—¿Qué fue eso? —preguntó el sonrojadito Sunoo.

—Un beso... Creo. —dijo apenado, no sabiendo qué hacer ni decir. —Ah... ¿Lo siento?

—No importa, Hoonie. —restó importancia, borrando la tensión e incomodidad con su preciosa y tierna sonrisa

Sunghoon sonrió también, el castañito recostándose otra vez en su pecho para continuar viendo la película, sintiendo las suaves caricias que el azabache daba a su brazo con su pulgar

Hacer lo que sus papás hacían también era muy relajante.

𝐋𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐇𝐀𝐂𝐄𝐍 𝐌𝐀𝐌𝐀 𝐘 𝐏𝐀𝐏𝐀 › sungsun ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora