— Tu sabes hermosa que a mi, no me gusta que me vean la cara de idiota - Me soltó del cuello y de las muñecas - ahora, ve por tus cartitas. Quiero ver con mis propios ojos como las tiras.
Rápidamente corri por mi sudadera, me la coloque y fui por mis cartas de Ruggero. Cerre el cajón y junto con Liam salimos de la habitación, dejando solo a Tim. Caminamos por aquellos corredores oscuros y solitarios. Salimos al patio, en donde tomábamos nuestros recesos. Nos acercamos a un tacho de basura y nos quedamos parados.
— Ahora quiero que las tires. ¿Son todas? - Asiento con la cabeza - bien. Tira las.
Sin pensarlo, las tire al bote de basura. No puedo creer que me haya obligado a hacer esto. Tirar a la basura las cartas de la persona que amaba. Aún que no era tan malo, ya que las podría buscar después y guardarlas otra vez en mi cajón.
Estaba apunto de irme, cuando veo a Liam prender un fósforo y tirarlo al bote de la basura. Rápidamente intenté salvar alguna de las cartas, pero el me agarró fuerte para que no lo intentara. Me obligó a ver como aquellas cartas se quemaban.
Mi corazón se contraía al ver esa escena. Esas cartas las había escrito el, con su letra legible y prolija. Con sus típicas cartas de 1980. Con su sello de cera roja con el símbolo de una rosa y una "R" en el medio. Todo ese trabajo que el hizo fue echo en vano.
Después de unos minutos, Liam me soltó y se fue de ahí caminando. Yo corrí hacia los baños de las chicas y llené un mini balde para apagar el fuego. Cuando ya lo había extinguido, intenté recuperar alguna de las cartas, pero fue inútil. Lo único que pude recuperar fue uno de los sellos de Ruggero.
Era un sello rojo, con una "R", una rosa traspasando la "R" y una pluma pequeña pegada. Rápidamente la guarde en mi bolsillo y corrí hacia mi cuarto. No quería que Liam me obligara a quemar este recuerdo de Ruggero también.
Al llegar a mi cuarto, vi que Tim no estaba en mi cama. Desesperada, lo busqué por todas partes, pero no estaba. Lo llamaba y gritaba por el, pero nadie contestaba. Estaba apunto de salir a buscarlo, pero escucho que alguien sale del baño. Era el. Estaba un poco dormido aún.
— ¡Hay! Tim, me asustaste - Me acerqué a el y lo abracé -
— Tranquila señorita, estoy bien - Susurro con su voz de niño pequeño -
— Ven, vamos a volver a dormir.
El asintió con la cabeza y ambos nos acostamos en la cama. Mientras que lo abrazaba y jugaba con sus rulos, una pregunta surgió en mi mente.
¿Quien le habrá dicho a Liam sobre las cartas?
Los chicos me prometieron que nunca se lo dirían a Liam, no hasta que yo le termine la relación. Igual no creo que los chicos hayan sido, ellos nunca me harían esto.
[••••]
Mis compañeros y yo, estábamos decorando el auditorio para el día del show, que sería mañana. Estaba tan feliz. Mañana me vería bailar Ruggero. Seguramente sigue siendo igual de lindo que antes e igual de caliente.
Estaba terminando algunos detalles, cuando veo que Liam se acercaba. El al principio no me vio, pero yo corrí y me escondí para que no me viera. No quería pelear y ni siquiera discutir con el. Estaba feliz y el no me arruinaría mi felicidad. Esta vez no.
Después de cinco minutos de buscarme, se fue. Yo salí de mi escondite y le agradecí a mis compañeros por no delatar me. Ellos sabían muy bien por lo que estábamos pensando Liam y yo. No podía pedir mejores compañeros de clase.
Seguimos decorando el auditorio, hasta que por fin quedó precioso. Como era viernes y los viernes nos dejan salir, unos chicos nos invitaron a tomar algo, en forma de festejacion. Todos aceptamos y salimos directo a un bar.
Estaba sentada junto a Martí y Matías. Mauricio estaba haciéndole bromas a los chicos, diciéndoles que tenía una cucaracha en la cabeza. Algunos se creyeron su broma, pero otros no. Todos estábamos festejando y riendo, hasta que mi sonrisa se desvaneció. Liam me había encontrado y estaba enojado.
Con pasos firmes camino hacia mi, chocando con algunas personas. Yo intenté retirarme de la mesa, pero los chicos no me hacían paso. Me deslice por debajo de la mesa y corrí hacia la pista de baile para perderlo. Pero fue inútil. El ya me había visto.
Segui caminando entre las personas, tratando de irme y salir de aquí, hasta que choque con Mauricio. Rápidamente lo abracé y me aferre a él. El no entendía nada. Me pregunto que era lo que pasaba, hasta que vio a Liam venir hacia nosotros.
— Karol, tenemos que hablar, así que por favor no hagas las cosas más difíciles.
— Liam, somos amigos y todo, pero lo que le estas haciendo a Karol es incorrecto. Déjala tranquila.
— Es mi novia y yo hago lo que quiera con ella. Si yo quiero hablar con ella, ella tiene que obedecer me, si yo quiero tener sexo, ella tiene que complacer me.
En eso, siento como Mauricio le pega un puñetazo a Liam, haciéndolo caer al suelo. Las personas, asustadas por el suceso, hicieron un círculo, mirando la escena. Levante mi mirada para ver a Mauricio y este me hizo una seña para que me fuera de aquí rápido.
— Vete ahora. No quiero que te metas en esto pequeña - Beso mi frente tiernamente y me empujó lejos de él -
Sin voltear mi mirada hacia atrás, corrí sin parar. Estaba asustada y un montón de pensamientos me cruzaban por la cabeza. Después de tanto correr, me pare en un parada de autobús. Me senté en uno de los asientos y trate de calmar mi pulso.
Para mi mala suerte, había empezado a llover. Estaba sola, cansada, asustada, con frío y perdida. Hoy no era mi día. Me puse mi sudadera gris y me coloqué la capucha. Camine por las calles, tratando de reconocer algo que me dijera que estoy serca del istituto, pero nada. Estaba súper perdida.
[••••]

ESTÁS LEYENDO
💋ᴍI sᴇxʏ ᴘʀᴏғᴇsᴏʀ ᴠᴏʟᴠIᴏ ᴘᴏʀ ғIɴ💋
Ngẫu nhiên- Pensé que nunca te volvería a ver Pasquarelli - Cruzandome de brazos - - Pues, pensaste mal nena - Me toma de los tirantes de mi uniforme - yo nunca te dejaría solita - Acariciando mi mejilla - - Nunca te había visto vestido así - Mirandolo de pie...