◇especial Navidad 1◇

1.6K 130 104
                                    

24 de Diciembre, 2020.

En una casa grande, espaciosa y muy hermosa, se encontraba decorada de varios decorativos navideños. La chimenea blanca [como la casa] tenía decorativos tales como calcetas colgadas, una rama de pascuas, y arriba de la misma chimenea tenía adornos muy elegantes obviamente relacionados con la fecha festiva; algo elevada estaba una corona decorada con esferas rojas y blancas. Los sofás únicamente tenían cojines rojos y blancos, con una pequeña manta roja que cubría el posabrazos.

Un árbol al lado de la chimenea estaba decorado con esferas rojas, doradas y verdes, junto con un listón largo rojo, con luces de colores alrededor de él, también tenía una estrella en la punta del árbol. El jardín tenía lucesitas amarillas con un Santa inflable y un par de renos que movían ligeramente la cabeza. La casa por fuera también estaba decorada con luces amarillas.

Era un día donde estaba nevando, era de esos típicos días que no quieres salir de la cama ya sea por el frío que hace o por la pereza.
En la habitación, la televisión estaba prendida, específicamente en el canal de películas, donde por 7 semanas pasaban sin parar películas navideñas. El rubio estaba recostado en la gigantesca cama aburrido, esperando a que su frijolito volviera de hacer las compras navideñas. Y es que quería ir con él, pero él le dijo que no, poniendo como excusa que aún no había comprado su regalo.
El azabache volvió en medio día con múltiples bolsas en manos. Entró a la casa, dejó lo que había comprado en la cocina, dejó el regalo para su amante debajo del árbol y subió hacía su habitación en busca de ayuda para cocinar.

Al entrar, se topó con el bastardo mirando películas navideñas, ACOSTADO EN LA CAMA CUAL NIÑO MIMADO.
-Pero que barbaridad, Laurent, ¿no piensas hacer algo?

-Pero si no tengo nada que hacer.-

-¡¿Cómo que no tienes nada qué hacer?! ¡Te hubieras levantado a hacer limpieza! ¡Mira cómo esta la casa! Esta sucia, weon culiao. Anda, levántate, que barbaridad que siempre te estés echado en la cama, No es bueno.-

Al escuchar toda la mierda del menor, el francés se levantó y caminó hasta donde estaba su chiquillo. Posó sus manos en la cadera del menor y le dió un beso en la frente.
-Estas frío, dejame calentarte.- Le ofreció el rubio. El otro solo asintió.
Entonces, el muy bastardo se arrodilló y sus manos viajaron hacia el cinturón del japonés, con la intención de bajarselo. El otro entró en pánico.

-¡Así no, idiota! Quiero que me abraces.- Dijo con un puchero.

Laurent solo le hizo caso. Quedaron abrazados por unos minutos, hubieran quedado así por más tiempo pero el muy idiota del mayor estaba calentando de otra manera [de nuevo] la situación.

-¡Laurent! Ven mejor acompañame a la cocina, sabes que no soy tan bueno.-
Su bebote le había hecho caso y lo acompaño a la cocina. Donde el menor había puesto un regalito en el techo.

El azabache abrazó al mayor, poniendo sus manos en su cintura y en puntillas para alcanzar el rostro de éste, susurró: -Laurie, mira hacía arriba.

Exactamente arriba, Edamura había puesto un pequeño muérdago.

-Sabes que no necesitamos de eso para besarnos, ¿no?- Rió el mayor.

-Si, pero es la tradición.

Ambos se acercaron, y Thierry con sus manos puestas en las mejillas del más bajo, lo besó.

-Ahora ayudame a cocinar la cena, porque no tengo ni la más mínima idea de cómo cocinarla.- Se rió Edamame al separarse.

Había pasado un tiempo y ya era hora de comer, y como estaban cansados, pidieron la vieja confiable, pizza.

One shots -Great pretenderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora