cuatro.

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— Pero mira esos movimientos, hombre.— rió DongHyuck, dándole una palmotada al culo de Jeno. Jeno lo miró con el ceño fruncido y cara de perro. A DongHyuck le daba igual.— Jenakira, ya sabes, por Shakira.

Jemin copió los movimientos de Jeno, que no tenían nada de parecido con los de Shakira, en realidad.— Shakira, Shakira. I never really knew that she could dance like thi

Jeno, para ser exactos, era una tabla entre los cuerpos de ambos muchachos, que se meneaban de un lado a otro al ritmo de alguna canción pegajosa que DongHyuck debía conocer de principio a fin, a decir por como gritaba la letra al aire, buscando quedarse sin voz.

El pelinegro rodó los ojos.

— Me piro.— murmuró Jeno, y aunque apenas se le escuchaba entre todo el barullo de la fiesta, Jaemin supuso lo que quería decir: que se iba a casa.

El castaño fue rápido y tomó la mano de Jeno entre las suyas, atrayéndolo hacía sí mismo con un tirón que provocó un torpe traspie por parte del mayor.— No, Jen, ven aquí.— Jeno chocó su pecho con el de Jaemin, que se dedicó a reír ligeramente.

— Me quiero ir.— dijo el mayor de nuevo, esta vez algo más alto para que su amigo puediese entenderlo. Jaemin apretó una de sus manos entrelazadas.

— ¿De verdad?

Cualquier cosa que fuese a contestar Jeno quedó tapado por el grito de DongHyuck, que a punto de tirarse de los anaranjados cabellos a causa de la sorpresa y los ojos brillamtes de ilusión, dijo:— ¡Ay, Dios mío, que nos han escuchado y han puesto hips don't lie!

Y Jaemin olvidó totalmente que Jeno no tenía ganas de estar ahí, que quería irse cuanto antes, y en cambio terminó bailando con el pelinaranaja, moviendo las caderas como si supiesen lo que hacían.

Jeno pronto se aburrió de verles bailar como lelos, así que se movió por su cuenta en busca de una cerveza, un chupito, un cubata, o cualquier cosa que se ofreciera. Se dejó perder por el salón de la casa, resultando casi imposible encontrar la cocina, a la que llegó varios minutos después. Vio a una chica sirviéndose una mezcla.

Preguntó por si le podría preparar uno para él. La chica sonrió y se lo preparó con destreza. Derramó algo de cocacola por la encimera, en realidad, pero tuvo mérito pues estaba sirviéndolo decentemente mientras otra chica aparecía y le rascaba la cabeza rapada. Le quedaba bien el pelo corto.

La chica le ofreció el vaso de plástico, chafandolo en uno de los lados con sus uñas acrílicas. Poco después desapareció con la otra chica.

Jeno suspiró y se bebió el brebaje rápido.

A tomar por culo.

.  .  .

Lo siguiente parecía un sueño. Pero, vive el momento, ¿no?

Era un beso amargo: de la menta de un chicle de hacía un par de horas, cerveza de unos minutos atrás, melocotón del brillo de labios.

Era un beso cálido: de un abrazo que los envolvía en una esquina de la habitación, la mordida del labio inferior de hacía unos segundos, el humo de alguien que vapeaba cerca.

Jaemin apretó la camisa del mayor entre una de sus manos, sintiendo sus piernas flojas. Se iba a caer de bruces contra el suelo. Jeno lo sujetó del brazo. Después de una de sus piernas, alzándola hasta que el muslo del menor tocaba su huesuda cadera. Jaemin suspiró en medio del beso, mandando un cosquilleo por el cuerpo del pelinegro.

Era abrasador. Poco a poco, los labios del contrario quemaban el interior de Jaemin, mandando llamas flameantes por todo su sistema. Y ni hablar de su corazón, que directamente estaba en el infierno.

Se apartó un segundo del beso para respirar, para aclarar su mente quizá, pero duró poco, por no decir nada, pues el pelinegro volvía a atrapar sus labios con habilidad. Ya lo había hecho un par de veces. A saber a cuanta gente habría besado para tener esa técnica. Jaemin se encargaría de preguntarle en cuanto no estuvieran bajo la influencia de, bueno...

— ¿Encima de gilipollas eres marica?

Esa voz había sonado familiar. Pero Jaemin no sabría decir a quién pertenecía, puede que por la música, por el porro, o por la triste cerveza que no había llegado a terminar pero que aún así lo había dejado tocado.

Jeno se giró rápidamente. Sonrió con picardía al ver a su ofensor, pero no dijo nada. Al fin Jaemin vio de quién se trataba. Quién era el que los había insultado. Y cómo no.

Voló un puñetazo.

Alguien cayó redondo al suelo.

Y a partir de entonces, nada.

.  .  .

yep, mini actualización (tan mini que se tarda dos minutos en leer, vaya) pero bueno, q pronto subiré más caps, creo lol

se lo dedico a los rockstars italianos d eurovisión 🛐

drug ;;ɴᴏᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora