Eres la razón de este sentimiento inexplicable,
de este acordeón de somníferos en el que duerme
mi corazón, en un sueño estable.
Reventado en las alas de un pájaro,
multiplicando esquinas con mis sueños
aunque también repito en cable
la emisora de tu recuerdo.
Sueños de radio,
corazón voraz
que se alimenta de tu respiración
para complementar la mía.
Aunque suene lento
aunque derrame aceras
resbaladizas sobre mis párpados.
Creo que nunca supe hacer volar
a las estrellas, quizá las hice titilar
alguna vez.
Si tú me mirabas,
pero nunca le di cuerda
como tú plegabas las alas.
Nunca hice caso a este sentimiento
que crecía como Nerón
incendiaba Roma.
Creí que podía sobrevivir,
que podía subsistir.
Me hiciste mudar del verano
a tu piel.
Y del mar a cada tripa de diciembre
colateral que nos pilló por sorpresa,
volviendo del final al principio.
Así es cómo me gustan las historias
que cada ventana grite más fuerte,
que cada papel escape el gas
que yo no pueda darte.
Las cartas de agosto y el peón
de Navidad.
Sé que podría armar todo mi cuerpo
en una botella,
respirar tus contraluces
y versar tus sombras.
Me gusta que me enciendas
a luces,
y que me desgarres a intentos.
Que me provoques incendios
burlando a la pared.
Que dobles mi piel
como si fuera papel que sólo responde
a los algoritmos de tus dedos.
A los movimientos de deshielo
entre el terremoto y la falla
de nuestros cuerpos.
Tuya hasta el cien por ciento
de las ecuaciones con las que el amor,
ni por asomo puede explicarse.
Tuya, hasta las células que no pueden contradecirse.
ESTÁS LEYENDO
Crépuscule (poesía)
PoesíaPoesía convexa o en verso el Stendhal más puro, tengo las flores enfermizas de Baudelaire cayendo por Mâle. Copyright Crépuscule ( Poetry) 2020