- es increíble como fue que recuperé a la única persona que realmente me noto como persona y no por el tipo que sabe tocar la batería - pensaba el menor, hundiéndose en esos labios delgados que lo devoraban con necesidad, dejándose seducir por esos ojos con un amor celestial, el azúl de sus pupilas solo lo hacía ver más angelical.
Cada noche era lo mismo, aunque Jordison admitía que era él quien lo pedía a gritos.
- quizás en el fondo, yo lo deseaba también... O tal vez, estoy cayendo tan rápido en sus malditos encantos - seguía diciéndose internamente, dejándose hacer sin oposición.
Cada caricia era atesorada por sus sentimientos.
- ¿Por qué hago esto?... Oh... es cierto, tu eres especial -
Esas manos que moldean su placer y su apego hacía aquella persona que parecía entregar su alma con cada roce de piel con piel.
- intento amarte por qué nadie a estado tan loco por mi -
Murmuraba, apenas moviendo los labios, acariciando el cabello de su amante, mientras esté bajaba sus pantalones, sin olvidar tocar su cuerpo centímetro a centímetro.
Su manera de amarlo le revolvía la cabeza, le confundía, pero realmente lo disfrutaba, sus formas tan intensas, salvajes y románticas eran algo único, un sabor que nunca había degustado.
- me preguntó que habrías hecho si no me hubiese importado tanto - sentía sus tejidos temblar al contacto de sus erecciones, con besos tan obscenos alrededor de su cuello y pecho.
- no se por qué siento que eres algo que debo proteger de si mismo -
Su carne estaba siendo deliciosamente destruida pedazo a pedazo, su respiración siendo tomada por cada palabra provocativa que el mayor soltaba a sus labios.
Acorralado entre las sábanas y el cuerpo del vocalista... Una vulnerabilidad que hacía crecer un calor en sus profundidades, haciendo su expresión más vivida.
- está es la mejor tontería que he hecho en años -
Le decía con la mirada a Corey, encendiendo su entrepierna.
La comida no se prepara sola, por lo que Taylor se apoderó de su pelvis inferior, transformado la respiración alterada del baterista en jadeos que acrecentaban de intensidad.
- no había pensado en lo poco que me conocía a mi mismo ¿Por qué estás mierdas son tan difíciles de explicar? -
Expresaba mentalmente, atento a los ojos pasionales del contrario.
Sus acciones y sus gestos excitaban más al pequeño, aunque se sentía culpable por dejar que Corey haga todo el trabajo.
- debería... -
El menor se levantó.
- ¿Qué haces? - pregunto Taylor sin recibir respuesta.
Joey aprovechó la posición que el vocalista había tomado (estando de rodillas frente a él).
Gateó hasta abrazar las caderas de su compañero, para luego atrapar el miembro con su mano izquierda y besar la punta.
-oh... ¡mierda! - gruñó el mayor.
Jordison continuaba lamiendo el carnoso trozo, divirtiéndose con los gemidos de Corey.
En poco tiempo, el número 8 no sería el único que soltaría sonidos.
El baterista percibió un suave toque en su cadera, que se convirtió en aquella sensación placentera que entraba y salía.
- ¡Maldita sea! ¡Se siente tan bien! - pensaba durante el tiempo que su voz salía.
Ese breve tiempo de complacencia a medias de ambos, el baterista se detuvo por el sostén a su mentón en el momento que Corey paro el estímulo.
- eso fue genial... Pero ahora me toca a mi - el corazón del músico se sobresalto.
Apenas escucho el final de esa frase, su cuerpo de nuevo fue tumbado en la cama pero está vez boca abajo.
Su columna fue repasada por las yemas de los dedos del mayor, que cambian a rasguños conforme bajaban.
- ah... - suspiro Joey.
- dolor... ¿Cuánto habrás sufrido para tenerme así? -
Sus antebrazos fueron puestos uno sobre otros detrás de su espalda, el cinturón de Corey rodeo sus extremidades, creando un tipo de correa.
El menor sollozaba con deseo.
- mierda, esto se va a poner extremo - Joey se encontraba completamente enardecido por lo que venía.
Sometido, con agresividad de parte de su amante, esa imagen estaba matando al baterista.
- quiero... -
Flexionó sus rodillas, doblando su espalda, provocando al vocalista.
- Corey... - dijo Jordison de manera suplicante.
Pronto la hombría del mayor invadió las entrañas de Joey, soltando un alarido de dolor placentero.
Con un sonido golpeando cuero contra cuero viajando por toda la habitación.
- oh... ¡Dios! Ahg... -
Toda su piel sufrió escalofríos, sus manos temblaron.
La correa apretaba y jalaba con cada ataque.
- soy un pasivo... Soy un Maldito pasivo... ¿Desde cuándo me volví tan gay? ¡Mierda me encanta! -
- ah... Más fue-erte... Ahí.... Oh... Jus-justo ahí... Ahhh... - decía al sentir el toque que recibía su punto dulce.
Haciendo temblar sus piernas.
Su erección goteaba, escurriendo a través de su entrepierna.
Su boca ya no se controlaba, liberando palabras tan sucias que potenciaban la dureza del vocalista entre tanto su saliva estaba formando una humedad en las sábanas que se enfriaba en segundos.
- ah... Mmmm... A-ah... Corey... -
Su respiración se perturbaría más en tanto las embestidas aumentaban de velocidad.
Su cuerpo percibía un calor abrazador corriendo de extremo a extremo.
Mientras su miembro recibía caricias que lo hacían lloriquear y una que otra nalgada que lo alteraba, pero le gustaba oírse a si mismo gritar.
- ¡Corey! Ah... Aghhh... Ugh... ¡Mi-mierda! -
Sus gemidos comenzaban a sonar con cada bocanada de aire, dando la señal que la emoción debajo de su estómago lo tenía rendido mentalmente.
- eres mejor que una mujer... Ugh... - resonó en los oídos del menor al sentir un tacto en la espalda, seguido de un beso detrás de su oreja que le provocó un cosquilleo alrededor de su mandíbula.
- s-si... L-lo soy para ti... Ah... Solo pa-para ti - contesto de inmediato asintiendo varias veces con la cabeza.
Corey volvió a apretar la correa, envolviendo de nuevo al menor en una caliente crueldad, adentrándose con más energía
- ah... Se-se siente t-tan malditamente bien... ¡Oh! Corey... Ah... Ahh... Mmgh... Ahg... ¡más! - exclamaba el baterista al tener tan cerca el orgasmo.
Perdiéndose en ese entrar y salir cada vez más frenetico que en poco tiempo lo hizo explotar desde sus entrañas, corriendose violentamente sobre las sábanas.
- oh... ¡Corey! Ah... Mmgh - gimoteaba intentando recuperarse de tan fuerte sensación.
Sus brazos fueron desatados mientras el número 8 salía de su interior, desbordando un ardor deslizandose entre sus glúteos.
Apenas se reincorporo boca arriba, fue asaltado con un beso, está vez más tierno y pacífico.
- te amo, Joey - repetía su amante.
Su pecho se agitó, enamorado de las palabras de ese hombre.
Protegido...
Amado...
Admirado...
Satisfecho...
Su corazón se llenaba.
Si la compañía de Corey era única.
¿Entonces por qué le estaba costando tanto amarlo?
